miércoles, 19 de junio de 2013

ROSAS BLANCAS PARA WOLF: LA CRÓNICA


A Hugo lo conocí a través de una red social y entre muchos post que hemos compartido, descubrí que él también tenía como afición la escritura. Había escrito una  novela de corte histórico y donde el telón de fondo era la II Guerra Mundial, centrada en el nacionalsocialismo. La etapa más oscura que vivió Alemania provocada por una mente retorcida y carente de corazón. Con un ideal esperpéntico: Crear una raza única, la raza aria.

Tres personajes destacan, a mi juicio, en la obra y muy distintos entre ellos: La primera  que nos encontramos será Gudrun, la hermana de Wolf, estudiante de medicina en Munich, quien se unirá a la resistencia con los miembros de la Rosa Blanca y a quien iremos descubriendo gracias a las cartas que envía a su hermano, cargadas de emotividad y ese lado racional de la familia, donde dichas misivas harán reflexionar a su joven hermano, creando en él dudas y en esas dudas, sin él saberlo hasta el final, madurar. El segundo en aparecer es el Comandante de las SS Rudolf  Höss, un hombre despiadado y con un único propósito, conseguir llegar a lo más alto, caiga quien caiga y con un odio exacerbado y extremo hacia los judíos, y por último al joven Wolf quien será educado en las juventudes alemanas. El protagonista de la historia y que Hugo lo muestra como una marioneta del régimen que un buen día, decide romper algunas de las cuerdas que lo manejan y con ello normas que jamás había quebrantado.

Una novela que en su lectura, desde el principio, sólo he visto imágenes en blanco y negro, cargadas de tensión emocional, de nubes grises y plomizas que aplastan a los ciudadanos, de silencios necesarios, de diálogos justos pero profundos, de miradas, sobre todo de muchas miradas: de odio, de complicidad, interrogativas donde las respuestas golpean en los cerebros de quienes las buscan con ansiedad, y con frecuencia no son las deseadas.

Una novela que parece estar escrita más con la cabeza que con el corazón, por las situaciones que nos presenta, pero que conociendo un poco al autor, es fácil discernir que lo ha hecho con el corazón, enfriándolo hasta el estado del hielo para con la mente serena, mostrarnos una historia en toda su crudeza y realidad. Una realidad que aunque conocida por todos, aún, pasadas las décadas y habiendo dejado atrás aquellos años oscuros del siglo XX, nos cuesta asimilar. Porque el ser humano, con la conciencia de la razón y los sentimientos que tantas veces se encuentran entre ellos, no es capaz de comprender, de asimilar, cómo pudieron existir mentes tan retorcidas, tan viles y canallas como las que formaban los nazis y su máximo cabecilla: Hitler.

No voy a descubrir más de la obra, pues la considero de obligada lectura. Para los amantes de la literatura, una novela perfectamente estructurada con una narrativa clara y adictiva, y para los amantes de la historia, otra perspectiva de rememorar aquel tiempo pasado que nunca debió de existir.

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