martes, 25 de marzo de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR (CAPÍTULO VII)


CAPÍTULO VII

 LA HORA DE LA VERDAD

            Por fin habían pasado todas las pruebas. Llevaba desde primeros del mes de diciembre y terminando la primera semana del mes de marzo. Os aseguro que esos meses, no se los deseo a nadie, aunque también estoy convencido que habrá muchos enfermos que si leen mi relato, dirán. Paparruchas. Y es que cuando traspasas las puertas de un hospital, te das cuenta de la cantidad de personas que hay enfermas y algunas con dolencias muy graves y dolorosas.

            Haciendo un resumen, en ese tiempo había tenido las pruebas rutinarias anuales (resonancia, análisis, radiografías etc) A continuación llegaron las pruebas para la operación del tumorcillo en el oído. Visto lo visto y ya relatado, nos vamos a nuevas pruebas para ver qué es esa cosa que tengo en el pulmón derecho y tras saber el resultado, la últimas pruebas que se realizan son para la operación del nódulo pulmonar. Toda una aventura por las diferentes estancias de la Fundación Jiménez Díaz y el Hospital Clínico San Carlos.

            El neumólogo me recibe, me cuenta que hay que operar y me relata cómo será dicha operación, pero que el que mejor me contará todo con detalles, será el cirujano, y a los pocos días estoy en su consulta. Muy agradable, por cierto, y me hace sentir seguro, incluso con la noticia de que no se descarta que puede ser negativo el tumor, pues las pruebas que han realizado con la biopsia, han sido de tejido cercano al nódulo, pero no del mismo. Ese tejido ha resultado ser benigno, por lo que yo espero, deseo y ruego a Dios, que el nódulo en sí, también lo sea.

            Con todo detalle, como además me gusta que los especialistas me hablen, me explicó cómo sería la intervención, primero si el nódulo es benigno, y luego si es maligno. Que no lo va a ser, pero bueno, lo tengo que escribir.

            Sólo os daré como detalle que el comienzo de la intervención, tras estar completamente dormido, serán dos incisiones pequeñas, una más arriba que la otra, en la zona del costado y entre dos de las costillas, por una de ellas introducen una cámara y por la otra las pinzas con las que extraerán la muestra. Dicha muestra se la llevan a analizar y en unos 20 minutos tienen el resultado. Mientras, claro está, yo permanezco anestesiado.
           
            Confío plenamente en todo el personal de la FJD. Desde el primer día que pisé sus instalaciones, hace ya más de tres años, sólo puedo hablar maravillas de todo el personal, y cuando digo todo, es todo. La educación, la cordialidad, el respeto, la sensación de querer agradar y conseguirlo. De hacerte sentir bien, sabiendo que te pueden dar una mala noticia, es absoluta. Sí, confío y dejo mi cuerpo en manos de los cirujanos, ellos conocen su profesión y yo quiero sanar.
 
            Mientras muchos de vosotros, hoy día 25 de marzo, estéis leyendo este capítulo, yo estaré en la mesa de operaciones, en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) donde permaneceré unas horas tras la operación, o ya en la habitación, dependiendo cuando sea leído.

            Esté relato saltará, automáticamente, como otros que dejaré ya escritos y con fecha programada. Ingreso hoy día 25  a las 8 de la mañana y comenzará la intervención a las 12 del mediodía. La intervención tiene una duración aproximada de unas 4 horas. Así que lectores del blog, quienes estéis frente a este escrito, sólo os pido una cosa: Si sois creyentes, pedid porque todo salga bien durante la intervención y el nódulo (que yo estoy convencido que sí) sea benigno. Si creéis en otras fuerzas, invocarlas para que  la energía positiva me abrace en este día, y sino creéis en nada, pues con sólo decir: "Suerte", va a ser más que suficiente.
 
             Mañana, al menos, habrá un nuevo capítulo. Mientras tanto un abrazo y sed felices.

           

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