lunes, 11 de mayo de 2015

VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN


        Las historias de superhéroes siempre me han gustado. Llenan la gran pantalla de acción, efectos especiales y bofetadas para todos, menos para el director, que  normalmente sale bien parado, pero siempre hay un pero o varios, como ocurre en esta ocasión.

La película empieza bien, presentación por todo lo alto de los superhéroes que nos van a acompañar, desde Irón Man, pasando por el Capitán América y sin olvidarnos de Thor, además de otros compañeros de batallas, pero luego, aunque sea una película de acción, uno se pregunta dónde está la historia, y que no me venga nadie diciendo que tiene un gran mensaje sobre que el hombre no es merecedor de vivir sobre el planeta Tierra que está destrozando, porque está demasiado manido, aunque sea una realidad.

Señores de Marvel, todos amamos a sus héroes y nos encanta verles enfadados contra los malos y risueños con sus amigos, pero ellos también tienen que evolucionar con la sociedad que vivimos y además de que el hombre no esté a la altura de este planeta, hay más temas que se pueden tratar y profundizar, y si no hagan un ejercicio de  derroche como lo hacen con los  efectos visuales y bordarán la próxima entrega.

Cada héroe tiene su tiempo, su momento estelar para lucirse y lo hacen, algunos con mayor acierto que otros. He disfrutado con cada una de las frases cargadas de ironía tan propias de las aventuras de Marvel, y me han aburrido algunas conversaciones que no tenían el menor sentido, para la historia.

Hay varias escenas a destacar y otras que deberían haber ido directamente a la papelera, porque si algo le sobra a esta película, son minutos de metraje. Una película de acción no tiene porqué sobrepasar de las dos horas, sino da más de sí, y aquí rozan las dos horas y media.

Otro defecto que se aprecia en algunas escenas, es la sobrecarga de efectos visuales. Por si ustedes no lo saben, el ser humano tiene dos ojos y la capacidad de retener y analizar  a  una determinada velocidad las imágenes en su cerebro. En algunos momentos es imposible seguir la acción, no es que uno se pierda, es que no encuentra a sus héroes a los que quiere ver dar leña.

Voy a destacar dos escenas que en este momento me vienen a la cabeza. Por divertida me quedo con el momento en que todos están en el bar y tratan de levantar el martillo de Thor, las miradas y gestos de éste a sus compañeros mientras lo intentan, son magistrales y algunas frases para lanzar una fuerte carcajada. Y por espectacular la maravillosa y  gran escena final contra el malo malísimo y sus secuaces. Esos instantes de cámara lenta, casi detenida para mostrarnos en acción a cada uno de los héroes, me pareció muy elegante.

El final muy previsible nos deja ver que en las próximas entregas, algunos de los héroes no volverán a salir y por el contrario tendrán su reemplazo. Sinceramente, si no sale Thor y Irón Man en las próximas, conmigo que no cuenten. Son los mejores. Con ellos el sarcasmo cobra otra dimensión, además de sus logradísimas interpretaciones.

Dicho todo esto, para los fans de Marvel y aquellos que van a una sala de cine sólo para evadirse dos horas y media, la película resulta impactante. La banda sonora impresionante, los efectos visuales son de lo mejor, el sonido muy cuidado y que nadie se levante de la butaca antes de finalizar la película, por dos razones. Entre los títulos de crédito se disfruta de unas imágenes al más puro estilo de estatuas griegas, como si los héroes estuvieran tallados en el mármol más níveo y por supuesto, ofrece un mini avance de la próxima entrega.

Como calificación, porque me gusta el espectáculo y los superhéroes, le doy un notable bajo (7 puntos)

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