miércoles, 13 de julio de 2016

BUSCANDO A DORY: CRÍTICA DE CINE


“Buscando a Dory” es la última película de la factoría Disney Pixar, y sin duda además de refrescante para este verano, es una entretenidísima película para toda la familia.

Cuando en su día vi “Buscando a Nemo” no sé la razón, pero me enamoré de este personaje que poseía graves problemas de memoria y su forma de ser tan positiva,  y al igual que cuando disfruté de los Minions, en “Mi villano favorito”, pensé que este personaje precisaba ser el protagonista principal de una de las historias. Parece que hemos sido muchos los que opinábamos igual.

En “Buscando a Dory” descubriremos la siempre optimista pez azul en sus tiempos de infancia y como sus padres con suma paciencia intentan que supere su problema de memoria a corto plazo, pero un buen día entre juegos se pierde de ellos y es cuando la conoceremos en la historia de Nemo.

Un buen día, de repente,  tras unos sueños y recuerdos que tiene Dory de su infancia, decide emprender un viaje en busca de sus padres a la costa californiana, llegando hasta el instituto de Biología Marina, un centro de rehabilitación para la vida marina, donde descubrirá que ella nació allí. En este lugar conocerá a sus nuevos amigos: Una ballena beluga blanca, un tiburón ballena y a Hank el pulpo quien la ayuda a cambio de la placa que le han puesto en una aleta al entrar en dicho instituto; no faltarán por supuesto sus amigos Nemo y su padre Marlin.

          A Disney siempre le ha gustado dejar mensajes en sus obras, mensajes sociales, culturales y algunas veces de superación de uno mismo, y no iba a ser menos en esta obra. Brilla el OPTIMISMO de Dory, incluso en los momentos más complicados por los que tiene que pasar. La ESPERANZA de nunca rendirse y buscar SOLUCIONES cuando parece que ya no las hay. Siempre hay una razón para seguir adelante y ese mensaje lo deja claro y de forma repetitiva Disney, tanto para que los más pequeños lo aprendan, como para que los más mayores no lo olvidemos.

          “Buscando a Dory” nos hace reír, nos hace sentir, nos hace disfrutar de sus aventuras, de sus locuras, de sus extravagancias, y mientras los niños se entretienen, a los mayores nos logra sacar al pequeño que llevamos dentro, que en los tiempos que estamos, es un gran regalo.
        Sales de la sala con una gran sonrisa, entre niños que han disfrutado de casi dos horas de proyección, como te pasará a ti. 
        Para los amantes del cine de animación.
          Mi puntuación para esta película es de: 6,5

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