miércoles, 15 de febrero de 2017

JACKIE: CRÍTICA DE CINE


        JACKIE del chileno Pablo Larraín (El club) no es una película más sobre acontecimientos reales, la vida de JFK o un  biopic al uso. Larraín nos adentra en el mundo interno y privado, de aquella primera dama.

          La película se desarrolla en los días que precedieron al asesinato de JFK en aquel 22 de noviembre de 1963 y lo que supuso en la vida de Jackie Kennedy (Natalie Portman).

          En esos días Jackie estuvo arropada por su cuñado Bobby Kennedy (Peter Sarsgaard), por su sacerdote confesor (John Hurt), algunos políticos, el personal de la Casa Blanca, sus hijos, amigos y entre otros, con  Theodore (Billy Crudup) a quien ofreció una entrevista personal, que en todo momento deseó controlar, sin conseguirlo.

          Gracias a Pablo Larraín y al magnifico guion de Noah Oppenheim,  el espectador será invitado de honor para presenciar una parte de la vida de Jackie Kennedy, en la Casa Blanca. Las relaciones públicas cara al exterior. El terrible asesinato de un presidente. La toma de posesión de uno nuevo, con el cuerpo presente del anterior, en pleno vuelo. Asistirá a la mudanza en dicha residencia, a los sueños vividos y los que faltaron por realizarse, e incluso, a los miedos por un futuro incierto.

          El caos y la organización, la presencia de la soledad aun rodeada de mucha gente, el dolor que no se puede mostrar en público, la templanza ante los acontecimientos y sobre todo ofrecer generosamente una fortaleza inaudita, ante el impacto que la muerte de su marido ha causado en el mundo entero.

          Larraín exhibe la intimidad de la primera dama con tal naturalidad, que por momentos el espectador se siente pudoroso. Penetra en las estancias privadas, describe con crudeza el momento del impacto de la bala y veremos a Jackie limpiarse la sangre, en manos y cara, que su marido ha perdido debido al tiro en la cabeza, intentando mantener siempre la compostura por el rango que aún ostenta.

          Un drama duro, apasionante y sosegado. Todo parece estar por momentos en una quietud que no molesta, sino por el contrario se agradece, para poder tomar de nuevo aliento, ante el clímax que rodea cada escena, cada situación, cada instante de los días vividos.

          Si algo se percibe desde el primer fotograma al último, es la complicidad de actriz y director. Portman y Larraín están en perfecta sintonía, hasta el punto de intuir la ausencia de ambos, para dar presencia y prioridad a la primera dama. Natalie está sublime, perfecta, impecable, maravillosa, elegante; tan creíble que duele, duele por el dolor que ella experimenta como mujer  y por sentir más que nunca el vacío y la soledad de quien lo  tenía todo, como primera dama, o al menos eso creían la mayoría en su tiempo. Una viuda joven con dos hijos pequeños y un futuro privado del amor que profesaba a JFK.

          Miradas de angustia en los espacios, ambientación perfecta y coreografía en los movimientos, donde Larraín consigue crear una fuerte atmósfera apoyándose en la soberbia fotografía de Stéphane Fontaine y en la sobrecogedora y angustiosa banda sonora a cargo de Mica Levi.

          Expresiones lapidarias y referencias con fuerte carga social y política, como el mantra citando textos de canciones del musical de Camelot o la frase con la que Jackie sentencia tras una pregunta del periodista Theodore: “Algunas mujeres buscan el poder en la sociedad y otras lo buscan en la cama”

          Mi nota es 8,5

          Recomendable para amantes del cine y drama histórico

          ESTRENO EN ESPAÑA: 17 de Febrero.

          REPARTO: Natalie Portman, Peter Sarsgaard, Billy Crudup, John Hurt, Greta Gerwig, John Carroll Lynch, Richard E. Grant, Max Casella, Beth Grant, Caspar Phillipson, Julie Judd, Sara Verhagen, Sunnie Pelant, Hélène Kuhn, Deborah Findlay, Corey Johnson.

          PRODUCTORA: Coproducción USA-Chile/ Protozoa Pictures/ Fabula/ LD Entertainment

          DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Vértigo Films España.

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