jueves, 24 de enero de 2019

LA CASA DE JACK: CRÍTICA DE CINE


En coproducción entre Dinamarca, Francia, Alemania y Suecia, La casa de Jack, cuenta con guion y dirección de Lars von Trier. Un filme difícil de clasificar. Un thriller abrumador, narrado en cinco incidentes, con claras pinceladas de documental didáctico.
Jack (Matt Dillon) es entrevistado por Verge (Bruno Ganz), al que no veremos hasta la última parte de la película, pues la obra está dividida en cinco incidentes. El primero de ellos, el más breve y con un humor más negro, está interpretado, además de Matt, por Uma Thurman, la cual da vida a una mujer exasperante y obstinada, a la que mata con un gato hidráulico, en  un ataque, más que por desearlo, por desesperación. Único asesinato que despierta la simpatía del público, abriendo camino a un frenesí demencial y paranoico.
A partir de ese instante, las diversas partes, se van oscureciendo a medida que se crea una trama compleja, entre los asesinatos, las divagaciones y forma de ver la vida  Jack, un psicópata con un grave TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y fuerte endiosamiento; mientras responde a las preguntas de Verge.  Jack ve arte en cada uno de sus movimientos y actos.
Lars von Trier, resulta un director incómodo, por los temas que trata y la forma de narrarlos. Exquisito en su puesta en escena, no deja nada al azar, todo tiene un porqué y una explicación que se va dilucidando a medida que transcurre la historia. Una obra perversa, la que nos ocupa, que podría entenderse como una “flagelación” hacia su forma de percibir el arte y el proceso de creación de sus obras, desde el momento en que surge la idea en su mente, hasta su conclusión. Una tortura entre lo terrenal y lo intangible. Lo material (la sangre vertida) y el desenlace (la muerte)
Su ego será abducido por Jack, ese ingeniero que desea construir su propia casa y por más maquetas que realiza en su estudio y más ideas que va plasmando en el terreno a construir, la casa no toma la forma deseada, en parte por los materiales utilizados y sus débiles cimientos, teniendo que empezar una y otra vez desde el principio, lo que le lleva a la destrucción para de nuevo, crear; entre conversaciones filosóficas y artísticas que compartirá con su interlocutor. Conversaciones que nos llevan a esa parte documental de la que al principio hablaba, entre disertaciones sobre arquitectura o pintura.
Pero, la casa de Jack, es también una gran provocación visual y emocional, mostrando una absoluta misoginia, en la forma en que se deshace de sus víctimas femeninas, el presenciar  la matanza de animales o lo más impactante, al menos para quien os escribe, el ser testigo de la caza y muerte de dos niños y el ritual posterior con la merienda. Todo con una puesta en escena deshumanizada, cruel y desmesurada, demostrando su falta de pudor, de escrúpulos y su alto ego provocativo.
Faltan calificativos para esta obra  tan sádica y vil, en la cual su creador, nos va preparando para llevarnos a los infiernos en la Catábasis, donde Verges acompañará a nuestro protagonista al inframundo, haciéndose presente una vez más, el arte, a través del famoso cuadro de Delacroix “La barca de Dante”, entre el fuego eterno, los lamentos insoportables de las almas que allí se encuentran, el abismo sinfín y la agonía que le espera. Una obra que cuenta con una impactante y estudiada fotografía en la mirada de Manuel Alberto Claro y una espeluznante banda sonora en la batuta de Víctor Reyes.
Dejo para el final, la impresionante interpretación de Matt Dillon, al que perdemos de vista desde el instante en que Jack lo posee. Junto a él viviremos todas las demencias, atrocidades, locuras, divagaciones, excesos, miedos, obsesiones y egos, entre mucho más, con lo que debe lidiar su personaje. Una interpretación magistral, asumiendo la presión de un guion sobrecogedor, con múltiples lecturas que el espectador irá descubriendo, en sus dos horas y media de metraje. Un ejercicio en el cual se desgranan las miserias del ser humano, cuando éste pierde la razón.
Debo advertir a los lectores de esta crítica, que si son aprensivos, no vayan a verla. Es un filme que se antoja altamente despiadado. Estamos ante una gran película, un diamante en bruto  que te destrozará sin piedad, por muy dura que tengas el alma.
Mi nota es: 8,5
ESTRENO en ESPAÑA: 25 de Enero
REPARTO: Matt Dillon, Bruno Ganz, Uma Thurman, Riley Keough, Sofie Gräbøl, Siobhan Fallon, Ed Speleers, Osy Ikhile, David Bailie, Yu Ji-tae, Marijana Jankovic, Robert G. Slade.
PRODUCTORA: Zentropa Productions// Radio (DR)// Film// Väst
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Golem Distribución.

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