lunes, 1 de julio de 2019

LOS DÍAS QUE VENDRÁN: CRÍTICA DE CINE

Los días que vendrán cuenta con guion de Coral Cruz, Clara Roquet y el propio director, Carlos Marques-Marcet.
Vir (María Rodríguez Soto) y Lluís (David Verdaguer) viven juntos. Un día Vir le comunica que no le ha llegado la regla y tras hacer las comprobaciones con el test de embarazo, confirma que está embarazada. Ambos reconocen que no están preparados para tener un hijo, que se quieren mucho, pero no es el momento. En un principio deciden abortar, pero luego la idea de traer una vida al mundo…
Una obra que navega entre la realidad y la ficción, pues María y Lluís, son pareja en la vida real. María estaba embarazada cuando Carlos se enteró de tal acontecimiento e ideó una trama para poder filmar algo tan hermoso y misterioso. Una película muy intimista.

Carlos Marques-Marcet es un joven catalán, director, guionista y montador de cine, que estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra, en su ciudad natal, Barcelona. Se ha curtido en el cortometraje con obra como: “Amunt i a vall” 2006, “Fora de joc” 2007, “5456 Miles Away” 2010 o “Mateix lloc, mateixa hora” (2012), también ha experimentado con el documental “De Pizarros y Atahualpas” 2009 y “El día que la conocimos” 2012, hasta llegar a su ópera prima en el 2014 “10.000 km” un filme con el que obtuvo un buen número de premios, entre ellos el Gaudí y el Goya, a mejor director novel. En 2017 filmó “Tierra Firme” y ahora en 2019 nos sorprende con “Los días que vendrán”
Desde los primeros fotogramas, sabemos que estamos ante un filme diferente, en el cual Carlos juega con la parte documental y  la ficticia, presentándonos a una pareja de jóvenes con una vida muy normal que como ha sucedido en tantas ocasiones, la marcha atrás no es el mejor método para evitar un embarazo y tras conocer el resultado,  brotan las preguntas, las dudas, los momentos de estrés y sobre todo los miedos. Miedos a pensar como van a cambiar sus vidas y miedos sobre el ser  que se está gestando en el vientre de Vir y su futuro.
Temores y frustraciones que se revelan a modo de discusiones, por una parte por la naturalidad que Vir está viviendo la experiencia y por la otra, los agobios que sufrirá Lluís ante situaciones como el ver que Vir beba alcohol durante su embarazo o  se suba a las sillas a bailar, actos por los que él, la reprende.  Al encararse a las preguntas clásicas de elegir nombre, la decisión de parto natural o por cesárea,  el tenerlo en casa o en el hospital e incluso los problemas del día a día. Estados de irritación que él mismo justifica a su hija, tocando el vientre de su esposa: "Nunca te fíes de las parejas que no discuten" Miedos en la vida de una pareja de principiantes y los enfrentamientos ocasionados por el cansancio de la larga espera. Una Espera que les llevará a los dos, mientras ese vientre va creciendo, hacia la madurez y las responsabilidades.


En todo momento Carlos utilizará la cámara en mano para hacernos partícipes en primera persona de todo lo que acontece y está por venir, a través de una fotografía austera en la mirada de Alex García.  No desea que nos perdamos nada e incluso, mientras aguardamos el instante, intercalará imágenes grabadas de forma casera, del propio nacimiento de María, una gran sorpresa que se llevó el propio director, cuando ella le comentó que poseía tal documento. Unas imágenes que sin duda enriquecen al filme, entre la sencillez, la naturalidad y la intimidad absoluta. La vida siempre se abre camino y este filme nos lo demuestra.
Entre las disputas, las esperas, los malestares, el día a día; Carlos también tiene momentos para hacer crítica sobre la precariedad laboral de nuestro país, viendo como Vir pierde su puesto de trabajo cuando se enteran de su embarazo o el que Lluís tenga que aceptar un puesto, no deseado, para poder aportar estabilidad en la pareja, que pronto pasarán a ser tres.



Está claro que Carlos se ha dejado llevar en determinados instantes por la improvisación, sobremanera en esos momentos de intimidad de la pareja, pues algunas escenas resultan tan sinceras que sientes “rubor” por estar traspasando el umbral de la intimidad de un hogar... de una pareja. La vulnerabilidad de dos personas que exponen sus miedos y dudas con autenticidad, sin tapujos, como les sucede a María Rodríguez Soto y David Verdaguer, en dos interpretaciones impecables, directas y cercanas. La banda sonora, compuesta por María Arnal, es un magnífico acompañamiento.
Mi nota es: 8

ESTRENO en ESPAÑA: 28 de Junio
REPARTO: David Verdaguer, María Rodríguez Soto, Albert Prat y Sergi Torrecilla.

PRODUCTORA: Lastor Media// Avalon P.C.// ICAA// Movistar+ // TVC
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Avalon Distribución Audiovisual.

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