Las
niñas bien, está dirigida por Alejandra Márquez Abella, quien comparte guion
con Monika Revilla, basándose en el
libro de Guadalupe Loaeza.
Sofía (Ilse Salas) es una mujer de clase alta,
en vísperas de celebrar su cumpleaños. Está casada con un importante empresario, Fernando
(Flavio Medina) y vive rodeada de
lujos, en su gran mansión. Pero, en ese año 1982, la crisis llega a México y
comenzarán los problemas económicos en la empresa de su marido.
Sofía intentará
guardar las apariencias, aunque día a día ve como todo su mundo se desmorona.
Asiste al club al que pertenecen y allí las amigas critican a otras compañeras
que han caído ya en desgracia, teniendo que dejar de formar parte de la élite. Sofía,
cada día se siente más desesperada, más perdida, más víctima de la sociedad a
la que pertenece y a la que no desea renunciar.
La directora y
guionista mexicana, Alejandra Márquez
Abella, durante un periodo de tiempo, vivió en España, estudiando dirección
de cine en el Centre d´Estudis Cinematofáfics en Barcelona, tras finalizar sus
estudios, realizará algunos cortometrajes y regresa a su
país, donde dirigirá el cortometraje “5 recuerdos” 2009, con relativo éxito.
Trabajará en televisión escribiendo guiones para series como “Imaginantes” 2008
o “Soy tu fan 2010/11. En 2015 salta a la gran pantalla con “Semana Santa”
y cuatro años más tarde, nos ofrece “Las
niñas bien”
Estamos ante un filme en
donde el cinismo campa a sus anchas por todos los espacios retratados en la
refinada fotografía de Dariela Ludlow,
vestida de luz, glamour y pomposidad,
para acompañar a sus personajes en su Olimpo, particular. Millonarias que no
asumen que los buenos tiempos también se acaban y que se niegan a abandonar, lo único
les hace feliz: El lujo, elegir el nuevo modelo a lucir y el asistir a las fiestas
que organizan sus amigas. Sofía es una de esas glamurosas mujeres, cuya vida personal,
triste y vacía, se alimenta de la frivolidad, los engaños e incluso de presumir ser amiga de Julio Iglesias.
Si bien durante el
metraje, somos conscientes de esa crítica social, política y cultural, en donde
Ilse Salas, nos la va mostrando a través de su personaje, con gran
credibilidad; Alejandra se queda en la superficie, sin arriesgar, sin
profundizar, sin entrar a matar; convirtiendo su obra en monótona y repetitiva.
Los mismos espacios, fiestas, salones y ostentación entre mentiras, reproches y
puñaladas, soledades, vacíos, sonrisas tristes, silencios incómodos y miradas
de compasión; en unos personajes gélidos, sin vida y sin alma. Seres que
deambulan de un lado a otro, como fantasmas en vida, entre conversaciones
vacías de contenido. Solo les preocupa que su fiesta sea mejor que la de su
amiga y sobremanera, no perder su status social, el carnet del club al que pertenecen y
las fiestas donde codearse con lo más ganado del país. A mi juicio, a la película
le falta presencia.
Lo que no se puede
negar a Alejandra Márquez Abella,
es su refinamiento a la hora de dirigir. Todo está cuidado al milímetro, la
cámara situada siempre, en el lugar preciso, los planos detalle mostrando las
joyas, los tejidos, las copas, los elementos de una mesa e incluso los zapatos,
entre miradas, labios sensuales, melenas vaporosas y uñas esculpidas. Los
espejos, reflejando la coquetería y el orgullo, en ocasiones el falso orgullo, o el
agua como bien preciado. Ha dirigido con sutileza a sus actores y actrices, aunque les haya
desprovisto de alma. Deseo destacar también el vigoroso montaje de Miguel Schverdfinger
Mi nota es: 6
ESTRENO en ESPAÑA: 8
de Noviembre
REPARTO: Ilse Salas,
Flavio Medina, Cassandra Ciangherotti, Paulina Gaitan, Johanna Murillo, Jimena
Guerra, Anajosé Aldrete Echevarria, Pablo Chemor, Claudia Lobo, Diego Jáuregui,
Daniel Haddad y Rebecca de Alba.
PRODUCTORA: Woo Films.
DISTRIBUIDORA en
ESPAÑA: Vercine
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