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martes, 18 de marzo de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR.


                             PRESENTACIÓN
 
            He pensado mucho en dar este paso y al final me he decidido. Por una parte, mis amigos me decían que tal vez me serviría de terapia, escribir todo lo que me está pasando en estos meses, y así liberar tensiones. Luego me pregunté si lo escrito debía de compartirlo o reservarlo y dejarlo en el cajón de la mesita, y finalmente decidí que sí. Así que durante unas semanas, capítulo a capítulo os iré desgranando y relatando lo que comenzó en diciembre del 2013.

            Una fecha que parece muy cercana para casi todo el mundo, apenas han pasado dos meses largos, pero para mí ha sido un tiempo de meditar, pensar mucho y sobre todo de vivir entre numerosas pruebas de hospital, algunas duras, otras incluso desagradables.

            Dentro de unos días, me operan de un nódulo pulmonar y aún, habiéndome hecho un sinfín de pruebas, no me confirman si es benigno o maligno, hasta que me abran y analicen la materia durante la operación.

            Durante estos meses, lo que en un principio eran las pruebas rutinarias anuales para tener todo controlado, se han vuelto meses de dudas, incertidumbre, cansancio físico y mental, dar mil vueltas en la cama en noches de insomnio, pensando, pensando, siempre pensando el porqué, ¿por qué yo tenía que estar padeciendo todo esto? y luego me respondía que hay mucha gente ahí fuera que lo está pasando mucho peor. Y aquí no vale el dicho de “mal de unos consuelo de tontos” No, no se puede jugar con las palabras y los sentimientos cuando uno se encuentra enfermo e impotente ante lo que nos puede venir, con la incertidumbre de cuál será el siguiente resultado y si los especialistas no te ocultan nada, pues aunque yo con ellos siempre he sido muy claro: “Quiero saber la verdad, no me gustaría que me oculten nada” y creo que hasta la fecha me han dicho todo con pelos y señales, algo por lo que les estaré siempre agradecido. Pero la duda queda y esa duda, amigos míos, es la que a uno le merma por dentro, porque si te lo han dicho todo, perfecto; pero si por el contrario te han ocultado algo, ¿cuál es el motivo?

Durante estos meses me he preguntado muchas veces de porqué el ser humano tiene que sufrir con tantas enfermedades existentes, algunos desde muy niños, otros a medida que nos vamos haciendo mayores. ¿Por qué si vamos a vivir una existencia determinada en este planeta, tenemos que sufrir? Y que nadie me venga ahora que si todo fue motivado por Adán y Eva y el castigo divino. No, eso no cuela.

Vivir con el lastre de que una enfermedad nos puede acosar en cualquier instante, creo que no es vivir, si lo pensamos bien, pero afortunadamente tenemos la inmunidad y la capacidad de que nuestro cerebro no piensa en ello, salvo cuando ese momento llega, por lo tanto podríamos decir que sobrevivimos, más que vivimos, y rogamos entre tanto, que nunca nos aceche ese momento a nosotros.

No voy a hacer muy largo cada capítulo, para no haceros perder mucho tiempo, y espero que entre la realidad más dolorosa y ese punto de flexible fantasía, que sabréis porque está motivada, os pueda resultar interesante.