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viernes, 30 de marzo de 2018

BILLY ELLIOT (EL MUSICAL): RESEÑA TEATRAL

          BILLY ELLIOT (El Musical) Tres grandes nombres firman esta obra. Lee Hall (Libreto y letras), Elton John (Música) y originariamente dirigida, por Stephen Daldry, para el cine.  

          Billy Elliot, el musical, tras llevar 11 años en Londres y 4 en Broadway, se ha instalado en  el Teatro Alcalá  en la Calle de Jorge Juan 62 de Madrid.

          Las noticias nos llevan, a través de un televisor visto por un niño, al año 1984, cuando gobernaba la llamada dama de hierro, Margaret Thatcher y durante el año de la huelga minera en el Reino Unido. Una huelga masiva por los mineros británicos y que paralizó en gran medida la industria del carbón durante 1984 – 1985.

          En el condado de Durham tras declararse dicha huelga, los enfrentamientos entre piquetes y policía, son continuos. Entre los mineros más exaltados están Tony y su padre. Éste último se ha empeñado en que su hijo Billy, reciba clases de boxeo, aunque tenga que sacar los peniques que cuestan las clases, del dinero que se precisa en casa.

          Billy un día observa los ensayos de una clase de ballet impartida por la señora Wilkinson, quien invita al joven a participar. A partir de ese momento Billy descubre que está hecho para bailar, sabiendo que no va a ser bien visto por su familia, pues consideran que el ballet es para niñas o mariquitas.

          La obra parte de la película británica del año 2000, dirigida por Stephen Daldry y que cosechó un gran éxito de taquilla, ahora y tras la notoriedad que está obteniendo fuera de nuestras fronteras, llega a Madrid, donde cuenta con una gran acogida, con llenos absolutos y espectadores complacidos.  

          Las malas políticas y una sociedad excesivamente conservadora, serán el detonante de este drama, cuyo protagonista principal es un niño de 13 años. Un niño viviendo en el seno de una familia humilde, como es la de cualquier minero. Un padre autoritario, cabeza de familia y clara representación del machismo fuertemente arraigado en una sociedad en la cual las niñas deben jugar a las muñecas y los niños al balón o como sucede en esta ocasión, los varones  boxear y las féminas bailar, todo lo que se salga de esos criterios, es totalmente inviable.

          La ignorancia y una incorrecta educación recibida, son capaces de provocar el sufrimiento en un ser humano, tenga la edad que tenga, pero mucho peor y totalmente inaceptable si cae sobre un niño, rompiendo sus sueños y truncando su vida mientras se “secuestra” su futuro.

          La obra es un canto a la libertad y los derechos fundamentales del ser humano. Un trabajo y un sueldo digno, para el sustento de los suyos y la educación de los hijos.

        Un canto a la igualdad en la elección de los estudios y el trabajo; en esa lucha por perseguir lo que se añora ser, sin importar lo que otros puedan o no decir.
Un canto a la igualdad de género y el derecho a vivir, sintiendo el respeto de la sociedad. Los tutús, en el epílogo de la obra, serán la parábola perfecta hacia esa igualdad, respeto y libertad del ser humano.

          Una obra ágil en la dirección y el montaje, con una magnífica partitura de Elton John, los acertados números musicales adaptados para la obra original, el cuidado vestuario y sobre manera, los  maravillosos cambios de decorados ascendiendo o descendiendo ante los ojos del espectador, mientras una escena da paso a  otra, sin que los personajes dejen vacío el escenario; todo en  un excelente espectáculo, con una precisa iluminación.

      Las interpretaciones muy correctas, destacando la figura de Billy Elliot, quien lleva todo el peso de la obra junto al de su padre y la maestra, aunque todos los secundarios están creíbles.

         Destacaré, antes de finalizar, dos grandes momentos, al menos desde mi punto de vista: La ensoñación de Billy consigo mismo como adulto, tomando el fragmento de la danza de los cisnes y el baile de su enfado. Si el primero citado emociona, este segundo sobrecoge el alma, mostrando a través del baile, todo el drama que vive en su interior.