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lunes, 2 de marzo de 2015

EL PRÍNCIPE FELIZ (ÓSCAR WILDE) CRÍTICA TEATRAL


Acudir a ver una función a la sala Bubulú2120 siempre es un placer, por ser uno de esos espacios escénicos pequeños, donde el espectador siente mucho más de cerca las interpretaciones de los actores.

La obra en cuestión, disfrutada el sábado, fue el conocido cuento de Óscar Wilde “El príncipe feliz” la acción, en esta ocasión, comienza llegando la golondrina (Pablo Martín) al lugar donde se encuentra la estatua del príncipe feliz (Oscar Frendo) y decide descansar esa noche en su viaje hacia Egipto, pues sus compañeras ya han partido a pasar el invierno y ella se ha entretenido por estar enamorada de un junco que ha conocido a la orilla del río. La estatúa del príncipe está cubierta de oro, con sus ojos de zafiros y la empuñadura de la espada con un rubí. La golondrina se acomoda contra la estatua para descansar, siente que se está mojando y comprueba que la figura está llorando, le pregunta el motivo y le responde que porque hay gente que sufre y es pobre en aquel lugar, le pide a la golondrina que le ayude, ya que no se puede mover de su pedestal y que quiere que lleve a una mujer pobre el rubí que adorna su espada, la golondrina acepta y… El resto lo dejo para quienes no conocen el cuento.

Lo primero que me extrañó es que la obra se presentaba como una función infantil y lo que me sorprendió es que la magnífica adaptación de Juan José Ballesteros  Egido y la dirección de Pedro Entrena consiguen su propósito: Atrapar a los niños y a los adultos por igual. Dicen que los niños son los mejores críticos, que si algo no les gusta protestan sin ningún reparo, pues durante la casi hora que dura la función, no se les escuchaba ni respirar y eso que como todos sabemos, quienes conocemos la historia, la trama es muy dramática.

Las interpretaciones por parte de Pablo Martín y Óscar Frendo están perfectas y quien maneja la magnífica marioneta que representa perfectamente al alcalde, muy convincente. Un vestuario y escenografía correctísimo por parte de Ana Montes y un equipo técnico que apenas se nota que existe, y eso es lo mejor que puede suceder en una obra teatral, que no se aprecie y que se sepa que está presente, eso demuestra que su trabajo está más que conseguido. Por último felicitar a Creaciones del Sako por recuperar un clásico y mostrarlo con tanta humildad y gran efectividad.

Mis felicitaciones a todos.