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viernes, 19 de julio de 2013

ENRIC LAFONT NOS HABLA DE ESCOCIA


 
¿Cuál fue la primera impresión al bajar del avión?

No fui en avión, sino dentro de un Tour por toda Inglaterra en coche. Las impresiones de Escocia fueron geniales, ya que el camino elegido fue rural, es decir, no una autopista, sino carreteras de pueblo, estrechas, circulando por valles y montañas, pasando ríos de agua negra (la turba de la zona la hace negra) y en general el camino fue fantástico, pues te puedes parar en pueblos en mitad de la nada rodeados de verde y con un clima para verano, nada caluroso.
¿Qué es lo que más impacta del país al turista?

En general Escocia está a mitad de camino entre el mundo rural y una cierta sensación decimonónica urbana. Me encantó sobre todo las zonas abiertas, los valles, ríos, zonas pantanosas y el estar en mitad de la nada sin ver a nadie en todo el día. Más de una vez me preocupe qué pasaría si el coche se quedaba tirado. El agua negra de los ríos es muy  impactante, fruto del filtrado del agua por los pantanos y la tundra escocesa. Respecto a zonas urbanas, el centro de Edimburgo es medieval y muy bien conservado. Glasgow es más una ciudad post-industrial en decadencia (aunque esto puede haber cambiado en los últimos tiempos)
¿Qué ciudades visitaste y cuál es la que más te gustó?

Las más importantes de Escocia son: Aberdeen, Skye, Glasgow, Dundee, Edimburgo y una multitud de pueblecitos (por llamarlos de alguna manera. Muchos no son más que una casa en mitad de la carretera que sirve de restaurante, albergue, correos y ayuntamiento, que sirven de punto de encuentro para las casas diseminadas por el territorio). Mi favorita fue Edimburgo. Cosmopolita, alegre, preciosa, llena de gente y de actividad. Tengo gratos recuerdos de aquellos momentos. Aunque lo que realmente me gustó fue el viaje en sí. Ir en coche, parar donde te apetece, ver el paisaje, bañarte en ríos gélidos de aguas negras, hablar con los pastores perdidos en mitad del campo. Lo recuerdo como una experiencia de lo más gratificante. Claro que iba muy bien acompañado y eso ayuda mucho. La que menos, quizás, Glasgow. Me resultó muy deprimente. Una ciudad post-industrial medio abandonada (hace 10 años de mi viaje y esto quizás, como dije antes, haya cambiado), y absolutamente horripilante. El cewntro de la ciudad era lo que más se salvaba y ni aún así. Se veía que intentaban insuflar vida en la ciudad con la construcción de un moderno edificio/centro comercial, pero yo no pude verlo.

¿Qué nos puedes contar de su cultura y tradiciones?

Acudí a Edimburgo en verano, en pleno festival y es impresionante. No sólo por el festival; las calles están llenas de actuaciones, de gente joven venida de todas partes del mundo, y donde hablar, comunicarse y también ligar, resulta fácil y agradable.

¿Cuál es el comportamiento de los autóctonos hacia el turista?

Escocia en general y Edimburgo en particular, tienen una economía bastante orientada al turismo, así que los locales no se preocupan en exceso de ti. Vive y deja vivir. Además en verano, Escocia está llena de turistas, por lo que no encontré grandes problemas. Creo que en el tiempo que pasé allí (unas dos semanas) mi interacción con los locales quedó ceñida solamente a la solicitud de servicios y a la gerente del albergue en el que nos encontrábamos (mi ex y yo). El trato fue amable y cordial.

Háblanos de su gastronomía.

No puedo comentar nada aquí, ya que como turista pobre, acabas comiendo la misma mierda que aquí: italianos, sándwiches, algún chino, fish and chips y lo que encuentras a medida que caminas por la ciudad. En este sentido cabe decir que no encontré nada autóctono. También es verdad que con un presupuesto más grande quizás podría haber descubierto alguna delicia, pero el dinero era más interesante gastárselo en cervezas, espectáculos y diversión.
¿Aconsejarías el viaje a tus amistades? ¿Por qué?

Claro que sí. El paisaje es precioso. Edimburgo es increíble como ciudad. Hay una tienda de kilts que te los deja probar, claro que el precio desaconseja su compra posterior, pero es divertido. Durante el camino nos alojamos en un castillo situado en lo alto de un acantilado que fue una auténtica pasada (por unas 20 pounds la noche), y si te gusta el Whisky, hay una cantidad enorme de destilerías abiertas que te permiten un recorrido por las mismas. El whisky es barato en las destilerías, bueno, más barato que fuera de ellas, al menos.