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viernes, 10 de julio de 2020

FIRST LOVE: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Japón y el Reino Unido, FIRST LOVE, está dirigida por Takashi Miike con guion de Masa Nakamura. “Esto es una puta locura”
 
Leo (Masataka Kubota) es un joven boxeador que durante un combate cae al suelo sin conocimiento, tras realizarle una resonancia le detectan un tumor alojado en el cerebro y que debido a los nervios que le rodean, es imposible de extirpar. El especialista no le dice cuanto tiempo le queda de vida, pero que debe dejar de boxear de inmediato. Leo vaga por las calles de Tokio, sumido en sus pensamientos.
 
La mafia china y japonesa se disputan el mundo del narcotráfico y en medio de todo el conflicto, se encuentra una joven prostituta, que tiene una deuda con la mafia japonesa, por culpa de su padre. Mónica (Sakurako Konishi). Mónica corre desesperada para librarse de un policía, cuando se cruza con Leo y le grita que la ayude. Leo bloquea al policía, vestido de civil, con un fuerte puñetazo. La chica le agradece el gesto y comienzan a conversar. Esa noche, Leo vivirá una aventura como jamás pensó vivir.
Policías buenos y corruptos, Yakuzas, narcotraficantes, cocaína en maletines, combates de boxeo, una asesina un tanto desquiciada, persecuciones en coches, asesinatos, muertes por doquier y el chico y la chica, que no pueden faltar. First Love, cuenta con todos los ingredientes para que el público se lo pase en grande, bajo una atmósfera que nos recuerda al cómic, al cual también brinda un guiño en una parte importante de una escena.
 
El director japonés, Takashi Miike, al cumplir los 18 años se matriculó en la Academia de Artes Visuales de Yokohama, fundada por el director Shohei Imamura, en donde se graduó. Miike ha llegado al centenar de películas entre cine y series. Su carrera comenzó en la televisión trabajando durante casi una década en diferentes puestos, incluyendo el de ayudante de dirección. Aprovechó el éxito del “V-Cinema” películas cuyo destino era el video, para dirigir sus primeros filmes: “Red Hunter: Prelude to Murder” y “Eyecatch Junction” en 1991 o “Last Run: 100 million Ten´s Worth of Love & Betrayal” 1992 y entre su extensa filmografía para cine mencionar: “Shinjuku Triad Society” 1995, “The Way to Fight” y “Fudoh: The New Generation” 1996,  “Rainy Dog” 1997, “The Bird People in china” 1998, “Agitator” 2001, “Cementerio Yakuza” 2002, “El hombre de blanco” 2003, “Sun Scarred” 2006, “God`s Puzzle” 2008, “Hara-kiri: Muerte de un samurái” 2011, “As the Gods Will” 2014, “La espada del inmortal” 2017 y este año pasado con “First Love” 2019. Esta es una pequeña muestra de su voluminosa filmografía en sus 29 años de carrera.
 
Ante todo pedir disculpas por la expresión con la que defino a esta película, pero es la realidad y lo primero que pensé cuando salí del pase: “Es una puta locura”, es un más todavía que estimula al espectador deseando más espectáculo, aunque lo que ya está viendo, raya lo imposible. Sin la menor duda, quien merece los primeros aplausos es el  montador jefe, Akira Kamiya, con su dinámico y brutal montaje, no dejando pestañear al espectador en las casi dos horas de metraje, logrando que la obra no decaiga en ningún momento. Disfruta de una cuidada fotografía  del maestro Nobuyasu Kita, con un uso extraordinario de la luz y de los encuadres, y una impactante banda sonora del compositor Kôji Endô.
 
Tras hablar de los apartados técnicos, tan importantes en esta pieza del maestro Takashi Miike, que no olvidemos que en sus 29 años de carrera, ha dirigido un centenar películas entre cine y televisión. Solo escuchar una cifra como esta, ya estremece y más, cuando nos encontramos ante un resultado tan fantástico como el que tengo el placer de estar reseñando ahora. No sé si calificarle de genio, loco, extravagante, hiperactivo, sobredimensionado o todo a la vez, que seguramente es como mejor se le podría definir. Me ha recordado mucho a otro gran maestro y amigo de Miike, como es el señor Quentin Tarantino, por la magia que encierran sus películas, que aunque sus argumentos puedan resultar sencillos (nada más sencillo que una guerra entre bandas de narcotraficantes, con una pareja de enamorados en medio del conflicto y mucha acción), los conviertan en puro espectáculo visual y de entretenimiento, que en definitiva, es lo que reclama el gran público. Violencia en grado superlativo, comedia bien medida y acción frenética.
 
Goza de unas buena interpretaciones, sobresaliendo la pareja protagonista, Masataka Kubota y Sakurako Konishi. Todos muy comedidos en sus personajes, aunque algunos, como suele suceder en este género de cine japonés, un poco sobreactuados, algo que no moleta, pues pasa a formar parte de su idiosincrasia.

La luz de la mañana, no es para los malvados
Mi nota es: 8,5

ESTRENO en ESPAÑA: 10 de Julio

REPARTO: Masataka Kubota, Shôta Sometani, Nao Omori y Jun Murakami.

PRODUCTORA: Recorded Pictures Company (RPC)// Oriental Light and Magic (OLM)// Toei.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Barton Films.

martes, 10 de marzo de 2020

FIRST LOVE: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Japón y el Reino Unido, FIRST LOVE, está dirigida por Takashi Miike con guion de Masa Nakamura. “Esto es una puta locura”
 
Leo (Masataka Kubota) es un joven boxeador que durante un combate cae al suelo sin conocimiento, tras realizarle una resonancia le detectan un tumor alojado en el cerebro y que debido a los nervios que le rodean, es imposible de extirpar. El especialista no le dice cuanto tiempo le queda de vida, pero que debe dejar de boxear de inmediato. Leo vaga por las calles de Tokio, sumido en sus pensamientos.
 
La mafia china y japonesa se disputan el mundo del narcotráfico y en medio de todo el conflicto, se encuentra una joven prostituta, que tiene una deuda con la mafia japonesa, por culpa de su padre. Mónica (Sakurako Konishi). Mónica corre desesperada para librarse de un policía, cuando se cruza con Leo y le grita que la ayude. Leo bloquea al policía, vestido de civil, con un fuerte puñetazo. La chica le agradece el gesto y comienzan a conversar. Esa noche, Leo vivirá una aventura como jamás pensó vivir.
 
Policías buenos y corruptos, Yakuzas, narcotraficantes, cocaína en maletines, combates de boxeo, una asesina un tanto desquiciada, persecuciones en coches, asesinatos, muertes por doquier y el chico y la chica, que no pueden faltar. First Love, cuenta con todos los ingredientes para que el público se lo pase en grande, bajo una atmósfera que nos recuerda al cómic, al cual también brinda un guiño en una parte importante de una escena.
 
El director japonés, Takashi Miike, al cumplir los 18 años se matriculó en la Academia de Artes Visuales de Yokohama, fundada por el director Shohei Imamura, en donde se graduó. Miike ha llegado al centenar de películas entre cine y series. Su carrera comenzó en la televisión trabajando durante casi una década en diferentes puestos, incluyendo el de ayudante de dirección. Aprovechó el éxito del “V-Cinema” películas cuyo destino era el video, para dirigir sus primeros filmes: “Red Hunter: Prelude to Murder” y “Eyecatch Junction” en 1991 o “Last Run: 100 million Ten´s Worth of Love & Betrayal” 1992 y entre su extensa filmografía para cine mencionar: “Shinjuku Triad Society” 1995, “The Way to Fight” y “Fudoh: The New Generation” 1996,  “Rainy Dog” 1997, “The Bird People in china” 1998, “Agitator” 2001, “Cementerio Yakuza” 2002, “El hombre de blanco” 2003, “Sun Scarred” 2006, “God`s Puzzle” 2008, “Hara-kiri: Muerte de un samurái” 2011, “As the Gods Will” 2014, “La espada del inmortal” 2017 y este año pasado con “First Love” 2019. Esta es una pequeña muestra de su voluminosa filmografía en sus 29 años de carrera.
 
Ante todo pedir disculpas por la expresión con la que defino a esta película, pero es la realidad y lo primero que pensé cuando salí del pase: “Es una puta locura”, es un más todavía que estimula al espectador deseando más espectáculo, aunque lo que ya está viendo, raya lo imposible. Sin la menor duda, quien merece los primeros aplausos es el  montador jefe, Akira Kamiya, con su dinámico y brutal montaje, no dejando pestañear al espectador en las casi dos horas de metraje, logrando que la obra no decaiga en ningún momento. Disfruta de una cuidada fotografía  del maestro Nobuyasu Kita, con un uso extraordinario de la luz y de los encuadres, y una impactante banda sonora del compositor Kôji Endô.
 
Tras hablar de los apartados técnicos, tan importantes en esta pieza del maestro Takashi Miike, que no olvidemos que en sus 29 años de carrera, ha dirigido un centenar de películas entre cine y televisión. Solo escuchar una cifra como esta, ya estremece y más, cuando nos encontramos ante un resultado tan fantástico como el que tengo el placer de estar reseñando ahora. No sé si calificarle de genio, loco, extravagante, hiperactivo, sobredimensionado o todo a la vez, que seguramente es como mejor se le podría definir. Me ha recordado mucho a otro gran maestro y amigo de Miike, como es el señor Quentin Tarantino, por la magia que encierran sus películas, que aunque sus argumentos puedan resultar sencillos (nada más sencillo que una guerra entre bandas de narcotraficantes, con una pareja de enamorados en medio del conflicto y mucha acción), los conviertan en puro espectáculo visual y de entretenimiento, que en definitiva, es lo que reclama el gran público. Violencia en grado superlativo, comedia bien medida y acción frenética.
 
Goza de unas buena interpretaciones, sobresaliendo la pareja protagonista, Masataka Kubota y Sakurako Konishi. Todos muy comedidos en sus personajes, aunque algunos, como suele suceder en este género de cine japonés, un poco sobreactuados, algo que no moleta, pues pasa a formar parte de su idiosincrasia.

La luz de la mañana, no es para los malvados
Mi nota es: 8,5

ESTRENO en ESPAÑA: Sin fecha de estreno.
REPARTO: Masataka Kubota, Shôta Sometani, Nao Omori y Jun Murakami.

PRODUCTORA: Recorded Pictures Company (RPC)// Oriental Light and Magic (OLM)// Toei.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Barton Films.