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viernes, 31 de mayo de 2013

FRAN CABRERA: (MÚSICO,BAILARIN Y PATINADOR ARTÍSTICO)


Siempre se ha dicho que la juventud es la mejor etapa de la vida para acometer cualquier sueño, cualquier proyecto para estar preparados para el futuro. Este es el caso del entrevistado de hoy, como el de otros que ya he incluido en este blog.
Tiene 20 años, es de Torremolinos – Málaga y su nombre es Francisco José Cabrera Martínez, más conocido por quienes saben de él como: Fran Cabrera.
Bueno Fran, comenzamos con la entrevista y como sabes siempre lo hago con algunas preguntas de carácter más personal. Vamos con la primera.

J.S. ¿Cómo se define Fran Cabrera?

F.C. Me defino como una persona divertida, simpática, muy sociable, casi responsable, más bien una cabeza loca a la hora de organizarme, pero que siempre consigue llevar a cabo todo lo que se propone. Fran Cabrera es sobretodo y aprendiendo con el tiempo, una persona libre que huye de los problemas tras afrontarlos, eso sí, que evita las tristezas y sabe exprimir el jugo de la felicidad. Una persona que se ríe de todo el mundo, pero que sabe reírse de sí mismo. Fran es un chico muy sexual, con gustos muy variados. Muy cariñoso y romántico. Un chico sin miedos a nada, ni a experimentar. Con ganas de trabajar y vivir. Pero este es mi punto de vista, siempre he creído en que la definición de uno mismo es un compuesto de las opiniones de las personas que le rodean.

J.S. ¿Qué lugar ocupa la familia en tu vida?

F.C. Es una gran parte de mi vida. Actualmente convivo con mi madre, “La Emi” que muchísima gente conoce y quiere, y con mi hermana Belén que han sabido darme muchísimo cariño y muchísimo amor. Hace dos años me fui de casa con una cabeza llena de pajaritos enamorados que volaban hacia una vida mejor, acompañada de alguien que me conquistó. El destino y la vida han querido que lleve unos meses ya de vuelta con mis chicas y que haga de equilibrio en su relación, ya que mi hermana “una teenager rebelde” trae loca a mi madre y viceversa.
En mi familia he aprendido sobretodo que el afecto y el cariño se demuestran día a día. Nos damos besos, nos llamamos durante el día, cenamos siempre juntos e incluso tenemos una pizarra en la cocina (a modo de terapia familiar) en la que nos escribimos mensajes de cariño, insultos, ánimos, dibujitos, etc. – Risas.

J.S. Sobre el amor dices: “Creo que el amor no es para siempre, sino un sentimiento que nace y muere” ¿Piensas de verdad que el amor muere alguna vez?

F.C. ¡Por supuesto! De hecho me resulta muy extraño que un sentimiento dure para toda la vida. ¿No? Además no sé ni si calificarlo como “un sentimiento”, ya que sigo mucho la teoría que plantea Elsa Punset en “Una mochila para el universo” donde comentaba que el amor es una enfermedad ya que degenera en muchos casos en: posesión, celos, cometer locuras, llorar, reír, sentir felicidad… Pero que no se diagnostica como enfermedad ya que todo el mundo la ha padecido alguna vez y además no habría hospitales para todas las personas.
 
J.S. Siempre se te ve rodeado de amigos, tanto en fotos como en persona. ¿Qué valor le das a la amistad?

F.C. En la escala de 1 a 10, infinito Creo que sin gente en tu vida, ésta es muy aburrida ¿no? De hecho creo que no se puede vivir. Por desgracia, hace dos días, una chica de mi barrio se suicidó en su casa (a tres casas de la mía) dejando una nota en la que escribió que su novio la había abandonado y que ella sola no servía para nada. Esta chica, tenía pocos años más que yo, pero no había salido al parque nunca con los chicos de mi barrio, siempre estaba con sus perros y en su casa, por eso creo que la amistad es algo muy importante.
Hay una cosa que me da muchísima pena y es no tener tiempo para ver a tantísimos amigos como tengo y que por esta falta de tiempo muchas veces se desgasta, pero gracias a Facebook, Whatsapp, los tengo a los más importantes controlados – sonrisas  - Me encantaría hablarte de todos mis amigos porque cada uno es un mundo, pero para eso con ver mis fotos en Facebook es más que suficiente. Lo más importante es disfrutar de ellos en el momento en el que los tienes al lado y nunca, nunca olvidarlos.

J.S. Como iremos viendo a lo largo de la entrevista, eres de esos chicos que no has perdido el tiempo. Te has y sigues preparando en tus estudios. Observando el panorama social en el que nos encontramos ¿Qué opinas al respecto?

F.C. Pienso que se ha desperdiciado una generación completa en la que el fracaso escolar ha sido bastante notorio. Además de pensar que el sistema de educación que se tiene hay que cambiarlo, pues no funciona. La escuela de hoy en día no es aquella en la que si no te sabías la lección te daban con la regla; la escuela de hoy, la que vale, en mi opinión, es la de salir, aprender, practicar y memorizar lo justo y necesario. No veo ningún fundamento positivo en aprender la historia contemporánea mundial en una carrera de Bellas Artes. Sí que pienso que es importante saber y conocer, tener cultura, pero eso te lo pide el cuerpo más tarde o más temprano, cuando te vas dando cuenta, al hacerte mayor, de que es un poco ridículo no entender nada cuando un grupo de amigos habla o cuando ves algún canal de televisión. Además de esos horripilantes exámenes infinitos de hojas y hojas de temario que en menos de 1 minuto todo el mundo ha podido encontrar  en Wikipedia a través de su Smartphone.
Se pierde mucho tiempo, es un gran retraso en la formación de dichos estudios, ya que son asignaturas que no me enseñan nada de lo mío, mientras que en un ciclo de grado medio, en dos años van a saber de su tema más que yo durante cuatro años.
Hay que dar un gran salto en ese tema.

J.S. Me decías que desde muy joven, vamos, desde niño – sonrisas – te ha interesado todo sobre el mundo de las artes y a los 7 años ingresas en una escuela de música porque aún no te admitían en el conservatorio. ¿Qué te provocó acercarte al mundo de la música?

F.C. Si te digo la verdad – me mira directamente - ¡No me acuerdo! – se ríe a carcajadas – Era tan pequeño, sólo 7 años cuando empecé a tocar el piano, seguro que desde los 6 lo estaría pidiendo. Me has despertado curiosidad, tendré que preguntárselo a mi madre. Lo raro es que en mi familia no hay músicos. Mi madre es profesora, mi padre camarero, mis tíos son guías turísticos y amas de casa, mis primos, la mayoría no han estudiado, excepto una que estudia actualmente psicología, pero sí que es verdad que no he parado. He sido un chico de ideas fijas y aquí estoy con todas mis cositas.
 
J.S. A los 8 años ingresas por fin en el conservatorio realizando 10 cursos de piano: análisis de la música, composición, coro, música de cámara, acompañamiento… ¿Con cual de estas modalidades disfrutabas más?

F.C. ¡En coro me lo pasaba bomba! – Nuevas risas – Era un poco liante en clase, pero la profesora me cogió cariño. Di clases en el tercer y cuarto año porque era obligatorio, pero el último año se podía cursar como asignatura optativa y me encontré con la misma profesora que me reconoció y me recordó lo petardo que había sido.
Análisis, me pareció una asignatura fascinante, en la que saqué un 9 en último año, además de tener una profesora maravillosa que me enseñó muchísimas cosas más a parte de analizar una partitura.
Acompañamiento, me ha enseñado a poder disfrutar del piano como ahora hago, tocando acordes de las canciones que me gustan con sólo escucharlas.
Y por supuesto, piano, con una magnífica profesora, Yolanda Calle, para mí una persona con un corazón inmenso que me ha aguantado durante 6 años muchísimas tardes. Algunas buenas, otras malas, pero siempre ha estado ahí, animándome incluso, en los momentos en los que me tambaleaba y me rebelaba pensando en abandonar mis estudios.

J.S. Quienes me conocen, saben que mi instrumento favorito es el piano, junto con el saxofón. ¿Por qué elegiste el piano como instrumento a tocar?

F.C. Porque  me lo dijo mi madre… La cosa tuvo “guasa” Yo estaba con 7 añitos en la elección de instrumento previo al comienzo del curso junto a cientos de personas en un conservatorio inmenso. Mi madre me dijo: “Uy, van quedando menos plazas de piano” y Yo le dije: “Pero yo quiero tocar la gaita”… Su cara era un poema – Risas – Me hizo entrar en razón y escogí piano.
Luego, con el tiempo, me alegré de que mi madre me acompañara en la elección de instrumento – Carcajadas.

J.S. Con 9 años pasas de estudiar en un colegio privado a uno público y para salir a la misma hora que en el anterior colegio, te apuntas a varias actividades, además de continuar en el conservatorio eliges el patinaje artístico y el dibujo ¿Por qué patinaje artístico?

F.C. Otra cosa que no recuerdo. Voy a tener que revisar mi memoria – Risas – Sólo tenía 8 añitos, me enseñaron un folio con varias actividades típicas de colegio: dibujo, patinaje artístico, baloncesto, kárate, fútbol, psicomotricidad, técnicas de estudio… Y a mí los deportes de “machotes, con M de marica” no me gustan nada, por lo visto, desde pequeñito.
J.S. Como te comentaba, desde muy niño mi madre me llevaba a ver exhibiciones de patinaje artístico en mi ciudad natal y ahora de mayor disfruto viendo los campeonatos sobre hielo. Te he visto en algunos videos que patinas sobre ruedas ¿Lo haces también sobre hielo? Y ¿Qué diferencia percibes entre ambas modalidades?
 

F.C. Sí que he patinado algunas veces sobre hielo y la diferencia es bastante grande. Aunque hagamos los mismos saltos. En hielo se hacen de una manera y en ruedas de otra. Las piruetas son completamente diferentes; además, que el hielo con la velocidad que se coge, la potencia, fuerza de giro y altura, es mucho más grande y por lo tanto se alcanzan a dar más vueltas.
Me quedo con mi modalidad, ¡por supuesto! – suelta esta frase con todo orgullo.

J.S. Dicen que patinar, además de ser un gran ejercicio, libera adrenalina y te sumerge en tu propio mundo. El de las sensaciones que provoca esa libertad de desplazarte de forma diferente a la habitual. ¿Qué percibes cuando estás en una pista patinando con una determinada coreografía y el público que te observa?

F.C. Para empezar voy a decirte que patino mejor que ando, pero sin duda – carcajadas – Montado en unos patines soy Fran Cabrera al completo, puedo moverme como quiero y hacer lo que quiera.
Referente al tema de patinar delante de la gente, no te voy a engañar y decirte que me da vergüenza y tal. Me encanta patinar para el público. De hecho he patinado dentro de un pabellón repleto de gente y me gusta muchísimo la sensación de que disfruten del tipo de arte que hago y de apreciar el esfuerzo del día a día.
J.S. Al llegar al instituto abandonas las actividades extraescolares para ingresar en una escuela de pintura, en el club de patinaje y a la vez cursar el grado profesional de piano, habiendo obtenido la 7ª plaza de tu promoción en la prueba de acceso. ¿Dónde quedaba el tiempo libre para Fran y disfrutarlo con sus amigos?

F.C. No tenía. La verdad es que fue una de las cosas que cambiaron de mí. De pequeño y hasta 3º y 4º de ESO, no salía a la calle con amigos. Todo mi tiempo lo dedicaba a hacer cosas y estudiar. Es a partir de esos cursos cuando comienzo a conocer gente con la que congeniaba a la perfección y comencé a salir por las tardes, conocer más gente, salir de noche y empezar a compaginar las semanas de estudios con los fines de semana de placer.

J.S. Mientras estudias 4º de ESO, participas en tu primer campeonato de España y consigues los primeros títulos como: Campeón de Málaga y Andalucía, de patinaje artístico. ¿Qué siente un joven, cuya afición se ve correspondida por dichos títulos?

F.C. ¡Una alegría enorme! Llevaba unos años patinando, pero fue ese cuando me involucré de lleno en el mundo del patinaje artístico. Me veía vídeos de patinadores de todo el mundo y me aprendí sus coreografías para hacerlas en mis entrenamientos. Empecé a entrenar con muchísima más intensidad de lo que hacía y junto a mi entrenadora y mejor amiga, Sandra Robles, conseguí mis objetivos muy rápido.
Aún recuerdo cuando una entrenadora de Mijas, Rosa Liarte, me enseñó el vídeo de una jovencísima Alba Pérez, campeona de España, Europa y el Mundo en categoría junior y de la que me quedé prendado al ver su estilo patinando.

J.S. Pero esa afición al patinaje se va convirtiendo en un trabajo convirtiéndote en entrenador en un colegio público. ¿Disfrutas más patinando o enseñando?

F.C. Uy… No e puedo responder a esto porque no lo sé. Son totalmente diferentes y disfruto mucho de las dos maneras. Me siento muy orgulloso de mí mismo cuando consigo realizar cosas nuevas y también me siento muy orgulloso cuando mis patinadoras aprenden, así que mitad y mitad.

J.S. Tras finalizar la ESO ingresas en la Escuela de Artes Plásticas, Imagen y Diseño de San Telmo en Málaga, donde cursas el Bachillerato de Artes. Sobre  estos años tienes grandes recuerdos que esbozan una sonrisa al hablar de ellos. Cuéntanos un poco dicho motivo para que lo descubran nuestros lectores.

F.C.  Cuando estaba en 4º de ESO, la psicóloga del instituto nos pasó un test para ver hacia dónde debían ir enfocados nuestros estudios para sentirnos autorrealizados y a mí me tocó estudiar un bachillerato artístico.
Había dos opciones donde podía cursarlo en Málaga y una de ellas era la Escuela de Artes San Telmo de la que hablaba maravillas y me aceptaron en Junio.
Con esta admisión comenzaba una nueva etapa de mi vida. Tenía que estudiar fuera de Torremolinos, con gente que no conocía de nada, con gente que compartiría mis gustos y al llegar allí, todo fue como imaginaba e incluso aún mejor. Era una escuela maravillosa, con la mayoría de profesores maravillosos y una libertad que se podía apreciar a simple vista.
Estaba todo lleno de gente más mayor, que cursaban ciclos formativos y las puertas permanecían siempre abiertas. De esta manera aprendí que a clase se va porque uno quiere aprender y aprobar, claro, está. – Nuevas risas.

J.S. Terminas 2º de Bachillerato, tu último año en el conservatorio y entonces decides venirte a Madrid con un chico que habías conocido ese verano y como dices: “En Madrid me perdí durante un año. ¿Necesitabas, tras todo lo que habías estado haciendo, un año sabático?

F.C.  En realidad fue un año sabático obligado, ya que suspendí Filosofía para Septiembre y cuando la aprobé ya no quedaban plazas para Bellas Artes en ninguna facultad, ni ningún ciclo formativo admitía a nadie en esas fechas, así que me fui con una mano delante y la otra detrás.

J.S. En el curso 2011-12 te instalas en casa de este chico y cursas 1º de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Me tienes asombrado, a estas alturas de la historia  - Le sonrió – Terminas dicho curso y regresas a Málaga para cursar, según tú mismo dices, los estudios de tu vida: Bellas Artes. ¿Por qué estudiar Psicología? ¿Qué te atrajo esta especialidad?
F.C. Nada – risas –  Mi madre cursó tres años y me había hablado al respecto,  y me parecía algo bonito, pero detrás de este cambio hay algo mucho más materialista y ajeno a mí, escondido.

J.S. Y por si fuera poco, ahora pruebas suerte en el mundo de la moda, de la televisión y del cine. Comencemos por el mundo de la moda. ¿Te sientes cómodo siendo modelo?

F.C. La verdad es que sí, es algo que no conocía de mí mismo – sonrisas – Cuando vivía en Madrid unas amigas me llamaron para hacer unas fotos pues estudiaban en una academia del centro de la capital. Fui a hacerles un favor y los resultados fueron magníficos. No sabía yo que era tan fotogénico – Carcajadas – Cuando volví a Málaga me llamó un amigo de la Escuela de Artes por si quería realizar una sesión de fotos para una revista digital “yomagayzine” 
http://www.yomagayzine.com/wp-content/uploads/Yomagayzine14-JunioJulioAgosto2012.pdf
La sesión me encantó y comenzaron a llamarme otros fotógrafos con los que trabajé más adelante y mejorando los resultados de las sesiones.

J.S. ¿En qué series has hecho figuraciones?

F.C. En “Arrayán” una serie realizada en Andalucía para Canal Sur Televisión, en la que necesitaban patinadores, y en un largometraje de Fran Kapilla titulado “Las hijas de Danao”

J.S. Hablando contigo, antes de la entrevista, hacías apología de tu propio credo: “Creo en la libertad como base de todo, en la tolerancia y en los discursos reivindicativos. Creo en mi madre y en mi hermana, aunque es un poco cabrona cuando quiere. Creo en mis amigos. Creo en la risa, en la felicidad, sobre muchas otras cosas. Creo en mis mascotas y en los chicos guapos con cabeza y corazón. Creo en los buenos ratos y en aquellas personas que pasan por mi vida en una pequeña etapa, pero que dejan huella. Pero sobre todas las cosas en las que creo, es en mí mismo, en mis posibilidades, en mis capacidades para conseguir cualquier cosa que me proponga” Interesante credo, pero curiosamente, también dices que no crees en Dios. La no creencia en Dios, ¿Es motivada al Dios que la Iglesia Católica nos ha presentado? O por el contrario, no crees en ninguna divinidad que esté por encima del hombre

F.C. Por supuesto, a la iglesia la extinguía del mundo. En ningún momento hacen apología de lo que predican, así que fuera.
No creo en ninguna divinidad por encima de nosotros. En el momento en que crees en algún ser superior a ti, te infravaloras como persona, como ser, y yo no creo ser más que nadie, pero por supuesto tampoco menos.

J.S. Vamos con la ante última pregunta. Actualmente aunque no has abandonado el piano, lo disfrutas como una actividad personal, tocando canciones que te gustan y acompañamientos. Continuas en tus estudios en la facultad de Bellas Artes de Málaga y siendo entrenador en un colegio donde tienes a más de 50 patinadoras repartidas en 3 grupos. Aún siendo tan joven, pero viendo todo lo que has hecho. ¿Existe en Fran algo que no ha hecho y le gustaría emprender en un futuro?

F.C. ¡Claro que sí! – Vuelven las risas –, sino moriría y aquí se acabaría Fran. Pienso hacer mil cosas diferentes en mi vida. Lo último que he hecho ha sido comprarme una máquina de coser. Quiero hacerme mis propios maillots para patinar. Me encantaría estudiar maquillaje y caracterización. Me gustaría irme al extranjero a vivir, aprender idiomas. Me gustaría aprender fotografía, saber cocinar, aprender a cambiar un enchufe, hacerme un mueble a gusto para mi cuarto, ayudar a gente, aprender a peinar a mi hermana, seguir a Joana Jiménez durante toda su trayectoria, reivindicar la copla en España, pintar millones de camisetas… Siempre hay que querer hacer algo más en la vida, si pierdes la ilusión por eso, no tiene sentido vivir.
J.S. La última pregunta siempre queda para el entrevistado. ¿Qué te gustaría que te hubiera preguntado y no he hecho?

F.C. ¡No me has preguntado acerca de mis gustos en cuanto a chicos! – Risas maliciosas – Ha sido una entrevista muy completa y me ha servido como terapia para realmente saber que todo en mi vida sigue acorde al plan.
Gracias Javier Sedano.

J.S. Gracias a ti por concederme un rato del poco tiempo que te queda libre al día y sobre la cuestión que planteas al final, eso queda para la privacidad. Nunca hago preguntas privadas a mis entrevistados a no ser que sean necesarias para aclarar algún tema. Mucha suerte en la vida, te lo deseo de corazón.