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viernes, 20 de marzo de 2015

ENTREVISTA A: LUCAS JURADO MARÍN (ESCRITOR E HISTORIADOR)


J.S.-Un nuevo escritor se acerca al blog. Su nombre Lucas Jurado Marín, cordobés de 29 años y licenciado en Historia.
Lucas, siempre empiezo con algunas preguntas personales y la primera que se me ocurre es: ¿Cómo es Lucas en su día a día?

L.J.- Lucas es una persona de gustos sencillos, es un hombre de rutinas al que siempre le acompaña su perro Isidrito, no soporto el maltrato a los animales. Me puedo pasar las horas escribiendo relatos cortos donde plasmo mis pensamientos más abstractos, eróticos o bien investigando a alguna familia. Estoy concienciado con la Memoria Histórica, pienso que es fundamental poner en valor el pasado para avanzar hacia un futuro más pleno. No podría vivir en un mundo donde no haya avances en la tecnología creo que es uno de los grandes avances del hombre actual.

J.S.- Si hubiese un recuerdo de la infancia que te gustaría volver a vivir. ¿Cuál sería?

L.J.-Me encantaría volver a vivir mi época de parvulario, recuperar aquella inocencia que tarde o temprano perdemos con la edad.

J.S.- ¿Qué valor le das a la amistad, a la familia y al amor?

L.J.- La amistad al contrario que la familia, la podemos elegir. Tengo pocos amigos, pero los pocos que tengo son de calidad y siempre han estado apoyándome cuando los he necesitado. Por curiosidad diré que mis amigos son todos mayores que yo. El amor es un sentimiento que descubrí hace relativamente poco tiempo, estuve perdidamente enamorado de un chico, pero aquello duró lo que un hielo en un vaso de whisky, he de decir que no he vuelto a creer en el amor.

J.S.- ¿Por qué la Licenciatura de Historia y no otra profesión?

L.J.- La Licenciatura en Historia no fue mi primera opción cuando empecé la Universidad, lo fue Filología Inglesa, pero entre unas cosas y otras, asistía muy poco a clase y era un desastre. Al año siguiente comenzaría Historia, y aquí casi ocho años después tengo un título universitario. Bien es cierto que desde niño me ha atraído todo lo relacionado con el pasado. Con diez años hice mi primer árbol genealógico. Me fascina todo lo antiguo, documentos, imágenes, cine... por tanto me siento Historiador, porque no es Historiador aquel que tiene una licenciatura, sino el que produce, trabaja por un futuro mejor en base al pasado que nos une.

J.S.- Entre otras muchas aficiones la Genealogía es una de ellas. ¿Qué es lo más importante para involucrarte en el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una persona o familia?

LJ.- La genealogía como bien dices, es una de mis aficiones y la considero una disciplina básica que cualquier Historiador debería de tener unas nociones básicas. En mi caso comencé reconstruyendo la familia de unos primos de mi abuelo materno, y una persona te lleva a otra y es un no parar. Los diferentes Archivos que he manejado me han dado una experiencia que difícilmente habría podido adquirir en otro lugar.

J.S.- Confiesas que te apasiona sumergirte entre archivos buscando todo tipo de documentación. ¿Fue este el motivo que te llevó a escribir “Identidad”?

L.J.- Soy muy curioso, me gusta llegar a la raíz de la cuestión, es por ello que mi árbol genealógico no está terminado, siempre encuentro un motivo o alguna persona que me empuja a seguir adelante con él. Gracias a mi perseverancia tengo un archivo personal de bastante calidad con documentos de diversa índole. “Identidad” surge por la necesidad de darle un reconocimiento y devolverle la dignidad a aquellas personas que por diversos motivos tuvieron que guardar su verdadera identidad en silencio. Es cierto que para Identidad me moví por diversos archivos, especialmente para documentar el caso de Fernando Martín, tuve que recurrir a Instituciones Penitenciarias y al Archivo Municipal de Córdoba.

J.S.- ¿Divulgar tu condición sexual a través de la escritura, como has afirmado en alguna ocasión, fue lo que te decidió a dar el paso y exponerlo con libertad ante la familia y los amigos?

 
L.J.- Salí del armario - término que no me gusta emplear-  en marzo de 2011, mi familia y amigos saben que soy homosexual, de hecho desde que lo hice público, no se lo he vuelto a ocultar a nadie. Siempre se pierde a gente por el camino y ese ha sido mi caso, pero quien realmente te quiere como eres permanece a tu lado seas gay o heterosexual.

J.S.- “Identidad” es tu primer ensayo publicado con Editorial La Calle,  donde hablas abiertamente de todos aquellos que vivieron la represión franquista en su piel, ocultando su verdadera identidad por miedo a ser encarcelados o recibir tratos inhumanos que se practicaban en aquellos tiempos. Desde que muriese el dictador a nuestros días, han sido varias las biografías sobre personajes gays, relevantes de la época, que han escrito sus historias e incluso algunas obras llevadas al cine o teatro. ¿Qué aporta tu ensayo de nuevo que aún no se sepa de aquellas décadas de oscuridad?

L.J.- “Identidad” es un ensayo arriesgado, si te das cuenta comienzo con una serie de teorías acerca de la homosexualidad,  algo de legislación y después doy paso a las entrevistas. He tratado de dar un enfoque diferente, no son entrevistas al uso sino que he pretendido elaborar un relato con lo que me han ido contando. Finalizo con un epílogo donde cuento en primera persona el acoso escolar al que fui sometido, con esto quiero hacer ver al lector como la represión no siempre nos viene impuesta por la legislación, sino que también puede venir de personas de nuestro entorno y con ello forjamos una personalidad algo retraída y solitaria.

J.S.- ¿Cuál ha sido la acogida que ha tenido la obra donde la has presentado y quienes la han podido ya leer?

L.J.- La acogida ha sido muy buena, la presentación en Córdoba fue en la Librería Beta el 26 de septiembre de 2014, me sentí arropado en todo momento tanto por la gente de la editorial como por los asistentes, entre los cuales había gente que me dejó perplejo con su asistencia. La primera persona en leer Identidad fue mi madre, también fue la primera en enterarse del acoso que sufrí en silencio. En dicha presentación hubo más de 40 minutos de firma de ejemplares,  es un día que jamás olvidaré, incluso vino de Jerez un Ciber amigo al que pude ponerle rostro, además de todos mis amigos, no faltó nadie.

J.S.- En la presentación que hiciste en la Fundación 26 de Diciembre aquí en Madrid, tras presentar la obra y comenzar la tertulia, por cierto muy interesante, muchos de los presentes te dieron consejos sobre a qué personas deberías entrevistar para una nueva obra, o segunda parte de “Identidad” ¿Existe ese proyecto en tu mente?

L.J.- Buena pregunta, por mi parte estaría dispuesto a una segunda entrega de Identidad, habría que saber qué opina la editorial al respecto. En ese caso, no me centraría exclusivamente en la homosexualidad, sino que trataría otras minorías como los transexuales, los cuales fueron duramente reprimidos al igual que los homosexuales o las lesbianas.

J.S. Aunque en “Identidad” hables de personas que vivieron en unas décadas de oscurantismo en España, hoy en día la forma de actuar de los jóvenes y no tan jóvenes gays son muy variadas a la hora de “salir del armario” Algunos opinan que aún es complicado hacerlo dependiendo en que ciudad uno reside, otros que es cuestión del carácter y las ganas de sentirse libre de uno mismo, los hay quienes piensan que el entorno familiar es clave y quienes prefieren mantenerlo oculto para librarse de sufrimientos inútiles. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

L.J.- Es cierto, el entorno y la familia son elementos fundamentales a la hora de salir del armario, al menos ese fue mi caso, pero no por la familia, que sinceramente me da absolutamente igual lo que piensen al respecto, sí el entorno que no era nada favorable y ello me hizo esconder mi identidad. No conozco a ningún joven cuyos padres se hayan sorprendido por la homosexualidad de sus hijos. Una amiga mía lo sabía sin que yo le hubiera dicho nada, de hecho no era la única, creo que en mi caso la sorpresa fue más mía que de los demás.

J.S.- Además de este ensayo publicado me has confesado que tienes alguna novela de corte erótico. ¿Tienes pensado publicarla y que tema o temas tocas en dicha novela, que nos puedas adelantar?

L.J.- Mi novela de corte erótico es muy importante para mí, en ella doy rienda suelta a mi imaginación, recreando en entornos reales situaciones de lo más variopintas, por una serie de razones, suelo ser muy desinhibido a la hora de tratar ciertos temas, y escribir me hace ordenar mis pensamientos. Sí, tengo pensado publicarla, no la escribí para quedar convertida en un fichero de texto, la estoy moviendo por varias editoriales a ver si hay suerte. En ella trato la heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, travestismo... de todo un poco. El personaje central es "Maruchi" una mujer de unos cincuenta años, que ha vivido junto a su cuñada "La Perra" toda clase de aventuras, desde la compra del primer vibrador a la primera orgía en un bar de copas...

J.S.- ¿Cuáles son tus proyectos de futuro?

L.J.- Encontrar mi lugar en el mundo, formar una familia y si es posible vivir de la investigación o de algo relacionado con la cultura, pero tal como están las cosas lo veo muy difícil tanto o más que el independizarme. Por supuesto espero poder seguir escribiendo obras que sean de utilidad para una sociedad cada vez más antisocial.

J.S.- Y para terminar no podía faltar mi pregunta de oro – Sonrisas - ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho?

L.J.- Me has preguntado todo cuanto pueda ser de utilidad para quien no me conozca y poder ofrecer una visión general de mi persona.

J.S. Ha sido un auténtico placer contar con un nuevo escritor, pues el panorama para los nuevos escritores está siendo muy complicado. Desgraciadamente vivimos en un país que se lee poco y  para mayor desgracia se piratea mucho, sin darse cuenta, quien lo hace,  el daño que con ello provocan a la literatura y a los autores, pues aunque muchos escritores no vivimos de las ventas de nuestras obras, sí ayuda a poder seguir escribiendo.  Si por cualquier trabajo, como es normal, se exige una retribución económica por el esfuerzo y el tiempo empleado, que nadie dude, que escribir un libro, es un trabajo tanto o más duro que el que pueda ejercer quien piratea un libro.