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viernes, 10 de octubre de 2014

¿DÓNDE QUEDA LA DIGNIDAD HUMANA DE ALGUNOS MIEMBROS DEL MINISTERIO DE SANIDAD ESPAÑOL?


Decir su nombre, sinceramente me asquea, me repugna y me hace sentir vergüenza ajena diciendo que usted es la ministra de salud de este país. (Sí, lo he puesto en minúsculas, no se merece las mayúsculas mientras esté en ese cargo) Ana Mato, perdone que no ponga el señora, pero no se lo merece. Usted, y digo usted por ser educado, no se merece a estas alturas ningún trato, ni siquiera como ser humano.

Ha demostrado cobardía, desde el primer momento no queriendo asumir responsabilidades y dar explicaciones, y cuando ya no tiene otro remedio que salir a una rueda de prensa, esquiva preguntas o se las pasa a otros de los que tiene en la mesa. Recuerde que es usted, y sólo usted como ministra quien tiene la obligación de informar al pueblo español de lo que está sucediendo.  ¿Para qué está sino en ese puesto? ¿De adorno? ¿Para cobrar un sueldo indecente destrozando la sanidad de este país como lo está haciendo día a día con todos sus recortes y demás?

Ha demostrado ser una incompetente absoluta ante un problema tan serio como es el de una enfermedad tan grave como el Ébola.  Desde el ministerio que usted preside no pusieron en su momento todos los medios necesarios, pues incluso el Hospital Carlos III se estaba desmantelando y contaba con el nivel 3 cuando estaba en pleno funcionamiento y rendimiento, y  para una enfermedad como el Ébola  se precisaba un nivel 4.

Engañó y engañaron desde su ministerio no sólo a la población diciendo que todo estaba bajo control y máxima seguridad para traer al misionero, sino que no se preparó al personal hospitalario para atender como se debía a dichos pacientes. Les dieron un curso acelerado de cómo ponerse el traje. Falta de información, falta de supervisores, falta de actuaciones ante un virus tan letal, y encima permiten que una enfermera se vaya de vacaciones sin pasar nuevos controles. Vergüenza absoluta para un ministerio de sanidad.

Se atreven ustedes a acusar a una auxiliar de enfermería de coger el virus por haber confesado que se tocó un ojo. Perdone Ana Mato,  eso no hubiera sucedido si ustedes hubieran preparado a todo el personal, si ustedes hubieran puesto supervisores y ayudantes para asistir a quienes tenían que atender a los enfermos, comprobar si llevaban bien puesto el traje o no, y  asegurarse cómo se lo quitaban y se desinfectaban. Pero no, ustedes no hacen nada de eso. ¿Dónde queda el protocolo del que tanto han presumido y el personal cualificado para enseñar a todo el personal? Y ante una negligencia de este calibre responsabilidad de su ministerio, se intentan lavar las manos responsabilizando y culpando a una auxiliar de enfermería, ante la que tendrían que descubrirse por su ejemplo de solidaridad sabiendo que además se presentó como voluntaria. ¿No se les cae la cara de vergüenza? No, no porque la mayoría de ustedes tienen la cara muy dura, pero mucho, más de lo que jamás nadie pensó que podría tener un ser humano de descaro ante toda la sociedad. ¿Qué clase de personas son ustedes?  ¿Corre una gota de sangre humana por sus venas? Impresentables es la palabra que se me ocurre para los responsables que desde su ministerio tenían el cometido en este asunto y protocolo, y en particular para la máxima autoridad de dicho ministerio, que es usted.

Excalibur una nueva víctima, y aunque muchos dicen que la sociedad se ha preocupado demasiado por la vida de este perro, es en realidad otra víctima de su poca visión y poca inteligencia, sí, poca inteligencia, porque algunos científicos pedían a gritos que no se sacrificara a dicho perro porque podría ser un camino para  investigar sobre el virus, si es que lo hubiera contraído. Y me vuelvo a repetir: si lo hubiera contraído. Porque no se ha comprobado que tuviera el virus, pero han preferido matarlo sin ningún escrúpulo. ¿Cómo llamamos a este acto?

Falta de humanidad por parte de todos ustedes, porque si un ministerio debe demostrar más humanidad y humildad que el resto, es el ministerio de sanidad y ustedes, o la gran mayoría de ustedes, no lo han probado hasta el momento y me explico:

1.- No han presentado un plan  a la ciudadanía de cómo deben actuar para protegerse ante el virus letal. ¿Qué es lo que se debe de hacer o no en cuanto al cuidado y la higiene personal? ¿Cuáles son los síntomas más importantes que una persona sufre cuando lo está incubando y cómo acudir a un hospital? ¿Cuál es el foco infeccioso que existe actualmente en Madrid? ¿Qué medidas debemos tomar los ciudadanos para evitar el contagio? Han dado cuatro explicaciones rápidas, por encima y nada más. Falta de información sanitaria. Dato muy grave a tener en cuenta por parte de un gobierno y un ministerio ante una crisis con un virus mortal en una gran ciudad como es Madrid, y cuando se les pide más explicaciones contestan, con que eso es información interna de su ministerio. Han tenido que ser algunos periodistas los que han buscado información para los ciudadanos, quienes han entrevistado a especialistas en el tema... Ustedes nada, se ocultan, se esconden, no dan la cara.

2.- Culpan a inocentes antes sus fallos  y tenemos que escuchar palabras por parte del consejero de sanidad de la comunidad de Madrid Javier Rodríguez, que insiste en que la enfermera ocultaba información y en sus palabras dice “… No hace falta hacer un máster para ponerse un traje. Pero unos tienen mayor capacidad de aprendizaje que otros”  Estoy de acuerdo que unas personas aprenden más rápidamente que otras, por lo tanto, la responsabilidades que tienen ustedes, es de que el personal que va  a estar en contacto con el virus y con los enfermos, esté totalmente capacitado para dicho trabajo y eso, es responsabilidad de ustedes, de nadie más. Ante la pregunta si va a dimitir o no, tiene el atrevimiento, la osadía, la desvergüenza, la prepotencia y arrogancia de decir “Si tengo que dimitir, dimitiría… Yo llegué a la política comido… Afortunadamente tengo la vida resuelta” Usted tiene mucha cara dura, luego sale y dice que: No dimito. Es curioso que incluso siendo recriminado por todos los partidos políticos, sindicatos e incluso miembros de su propio partido y la ciudadanía al completo, se agarra como una lapa a su cargo.

Claro que usted está bien comido, solo hay que verle.

Claro que tiene la vida resuelta porque además de su profesión de médico se está llevando una buena tajada como consejero de sanidad, sabedor, como se ha demostrado, de que incumplieron parte del protocolo para traer a los enfermos de Ébola a nuestra ciudad, engañando a toda la ciudadanía y exponiéndola a un virus mortal.

3.- Y para terminar, no sólo se han saltado protocolos. Han mentido a los ciudadanos. No han explicado el cómo protegernos ante tal enfermedad y los riesgos que corremos los madrileños y en consecuencia todos los españoles. Se han pasado ustedes la pelota los unos a los otros para no asumir las responsabilidades ante el descalabro organizado.  Y encima nadie ha dicho la palabra que cualquiera en una crisis y solo por dignidad, hubiera pronunciado: DIMITO. No, están muy bien agarrados a sus sillones y llenando sus bolsillos.

Pena de país que esté en manos de personas como ustedes y de un presidente que aún no ha dado la cara como debiera haber hecho, pero a eso ya estamos acostumbrados.

Para ustedes nosotros no somos nada más que números  para obtener un voto y volver a salir reelegidos. Espero, deseo, sueño, que el pueblo español sea lo suficientemente inteligente de no volver a votarles en la vida.