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lunes, 9 de junio de 2014

NOTICIAS SORPRENDENTES DEL MUNDO: SOPA DE ALMEJAS CON SORPRESA


           Ahora que tan de moda se han puesto los programas de cocina y muchos estamos pegados ante el televisor disfrutando de ellos, para conocer nuevos ingredientes, aprender a emplatar, mejorar los sabores e incluso sorprender a nuestros invitados con las nuevas recetas, se me ha ocurrido traeros una receta que se sirvió en un restaurante en Estados Unidos en el 2003.

Leila Sultan se fue a cenar apaciblemente con sus amigas, en pleno mes de noviembre, a un conocido restaurante de pescados de la cadena McCormick and Schmick´s en Irvine (California). La noticia no comenta que temperatura hacía en el exterior, pero seguramente no era muy calurosa pues la buena señora pidió una sopa de almejas. Mientras la degustaba y masticaba los deliciosos moluscos, uno se le resistió. No estaba por la labor de tragarlo entero y continuó masticando y masticando,  pero aquel producto no se deshacía en la boca, al final decidió escupirlo en la servilleta y la sorpresa dejó a sus amigas atónitas y a ella corriendo al cuarto de baño a vomitar. Lo que sobre la servilleta se encontraba era un preservativo.

Al tratarse de un nuevo ingrediente culinario, permítanme ustedes que lo diga de forma más fina y no de la vulgar que todos conocemos: UN CONDÓN.

El gerente del local, muy atento a sus comensales se percató que algo sucedía en la mesa de las señoras y raudo y veloz, tras ver lo sucedido, recuperó y guardó dicho elemento de látex.

La cadena cuenta con 42 lujosos restaurantes en 19 estados de EE.UU. Inmediatamente la empresa suministradora de las almejas fue demandada y yo me pregunto, ¿quién tenía la culpa realmente? Porque  analicemos la situación.

Partamos de que las almejas no se recogen con redes, sino a mano, pues se hace a la orilla del mar cuando baja la marea. ¿Se le cayó a un mariscador un condón del bolsillo y fue a parar a una de las bolsas? Podría ser, ¿pero qué sucede cuándo se hace la selección de dichas almejas según su calidad? ¿Fue quien seleccionó los moluscos quien deseo incluir un regalito especial? Y para terminar y lo más importante, ¿qué sucede en la cocina de ese restaurante, no se limpian las almejas debidamente, eliminando los residuos que pueden llegar con ellas, como piedras, etc.? Porque no quiero pensar que en esas cocinas se practican otras actividades fuera de la propiamente comestibles.

Como nadie ha sabido dar una solución al problema, dejo vagar mi imaginación y me imagino un joven aprendiz teniendo un calentón no deseado en un momento determinado mientras ayuda en cocina, sin pensárselo dos veces hace señas a una de sus compañeras o compañeros y le muestra un condón, la otra persona sonríe y, la mala fortuna hace que la puerta se abra y aparezca el gran Chef que había salido a saludar a unos clientes. El chico todo apurado y nervioso no acierta a guardar la prueba del delito y cae a una de las cazuelas de sopa de almejas que está a punto de ser servida y el elemento no deseado, se pierde entre la espesa salsa y los diverso ingredientes que acompañan al molusco. Tal vez el gran Hércules Poirot me daría una palmadita en la espalda por tal deducción. 

 Para finalizar decir que tras reponerse Leila Sultan afirmó que había sido muy desagradable el momento vivido y se le había quitado el apetito. Faltaría más, no creo que hubiera gritado de alegría diciendo: “Otra ración con el mismo tropezón” El caso es que se  llegó a un acuerdo económico con la empresa de restaurantes para no llegar a los tribunales, por negligencia y daños y perjuicios.

Ya saben, antes de comer una almeja, tengan cuidado donde meten el condón.