KEEPER
está dirigida por Osgood Perkins con
guion de Nick Lepard. “¿Hay algún
modo de mantener vivo el amor?
Liz (Tatiana Maslany) es pintora y viaja en
coche junto a su pareja Malcolm Westbridge (Rossif Sutherland) de profesión cirujano, dirección a una cabaña en
medio de la nada. Una vez instalados y durante la cena, se ven interrumpidos
por Darren (Birkett Turton), primo
de Westbridge y su novia Minka (Eden
Weiss) quien supuestamente, según Darren, no sabe inglés, pero en un
momento en que Malcolm y Darren están discutiendo, Minka le comenta a Liz, en
un perfecto inglés, que no coma del pastel que se encuentra en una caja encima
de una mesa, porque sabe a mierda, pero Liz se verá obligada a comer de él bajo
la insistencia de Malcolm, cuando se quedan solos.
Liz comienza a
experimentar pesadillas con mujeres gritando y en particular con una que está
embarazada y es idéntica a ella. Durante la noche se levanta y acercándose al
resto de la tarta, la devora con ansiedad, utilizando las manos. Minka es
atacada por una fuerza invisible en su paseo por el bosque y Malcolm deja a Liz
sola con la excusa de que debe regresar a la ciudad porque una de sus
pacientes, que padece cáncer, ha empeorado.
El actor, guionista y
director, Osgood Perkins, de
casta de artistas, debutó en la interpretación con “Psicosis II: El regreso de
Norman” 1983 de Richard Franklin, secuela de la obra maestra de Alfred
Hitchcock, interpretando a Norman Bates de joven, junto a su padre Anthony
Perkins, que encarnaba al personaje de adulto. En la dirección debutó con
“la enviada del mal” 2015, continuando con “Soy la bonita criatura que
vive en esta casa” 2016, “Gretel y Hansel” 2020, “Longlegs (Piernas largas)”
2024 y este año hace doblete, en febrero estrenó “The Monkey” y ahora, en
diciembre nos ofrece “Keeper” 2025.
Keeper es una película
un tanto predecible pero entretenida y me explico. Predecible porque vuelve a tomar
elementos sobradamente conocido y repetidos en el género: Una casa, un bosque,
una mujer en apuros porque su pareja la deja sola y un misterioso y oscuro
secreto. Sin ir tan lejos hace no mucho se estrenó “Die My Love” cuya premisa
inicial era muy similar. Pareja que reside en la ciudad y se muda al campo a
una cabaña. En aquella ocasión él era músico y ella escritora, aquí él es
cirujano y ella pintora. Las dos féminas son abandonadas por sus parejas
masculinas durante una pequeña temporada, tiempo suficiente para que se fragüen
los acontecimientos, nunca agradables, a los que ellas se deben de enfrentar y como
centro de la narración, la locura que provoca las visiones y los estados
emocionales.
En cuanto al
entretenimiento, Perkins parece querer presentarnos un catálogo a modo de menú de subgéneros, con el
fin de alimentar su propia creación que no deja de ser otro subgénero dentro
del género, pues en su película reconocemos demasiados elementos que nos
recuerdan a numerosos filmes que han pasado por las pupilas del fan al terror.
Éste popurrí que de entrada nos atrapa por su originalidad y puesta en escena,
poco a poco se va desinflando y más, cuando sus recursos se vuelven monótonos, como el agua corriendo por un río, que nos repite en varias
ocasiones. Escena a la que intenté encontrar un sentido más allá de lo obvio,
debido a esa insistencia, pero si lo tiene, a mí se me escapó entre los dedos.
Menciones especiales
merecen, por un lado la magnífica interpretación de Tatiana
Maslany. Una vez más, el trabajo actoral femenino sobresale del conjunto y
logra mantener la atención del espectador incluso con un guion, que si bien parece presenta una interesante
premisa, se le va de las manos hasta perder el alma. Un alma que Tatiana sí
ofrece a su personaje con el que sufrimos y buscamos, desde la butaca, proteger
de ese mal que la acecha, no solo el que se esconde entre las paredes de la
casa sino uno aún más violento, el de la oscuridad que se revela en el machismo
y la toxicidad en la pareja. Tatiana nos ofrece un personaje fuerte y a la vez
vulnerable, dependiente y con miedos que la atenazan. Temores de los que
seremos testigos en sus conversaciones con su mejor amiga a través del teléfono
o en el instante, en que sabiendo que no debe probar la tarta, acata la orden
de Malcolm con sumisión, recelo y sin apenas pronunciar palabra. Miradas,
preguntas que no reciben la respuesta deseada, silencios y renuncia, que la
llevarán a vivir una auténtica pesadilla.
Otro elemento a tener
en cuenta es la cuidada fotografía de Jeremy
Cox, que dentro de su aparente sencillez, nos desvela claves a través de
los encuadres y planos sumamente inquietantes, favorecidos por la iluminación
con la que alcanza a construir una atmósfera opresiva entre potentes
claroscuros y desconcertantes desenfoques, rubricando la obra con la axfisiante
banda sonora de Edo Van Breemen.
Tras este visionado y
mirando su filmografía, es indiscutible que a Perkins le gusta experimentar y
jugar con su género favorito e incluso, intenta ir más allá. A mi gusto y
aunque reconozco que Keeper la he disfrutado, me ha resultado demasiado básica y es que en mi modesta opinión, creo que debería controlar
su impulso por hacer películas tan seguidas. Ha buscado elaborar un buen sándwich, al que le ha faltado introducir algunos ingredientes principales entre sus dos suculentas capas de pan.
Porque es lo que nos ofrece, un inicio prometedor y un final que sorprende. Quizás, mi pequeña decepción, es porque esperaba más de él.
Sé que mi petición no
llegará a los guionistas y directores de terror, pero como amante al género,
les sugiero que deberían buscar otros recursos más allá de la cabaña en el
bosque y cuidar el guion.
Mi nota es: 7
ESTRENO EN ESPAÑA: 19
de diciembre
REPARTO: Tatiana Maslany, Rossif Sutherland, Kett
Turton, Claire Friesen, Erin Boyes, Logan Pierce, Glen Gordon, Erin Tipple y
Gina Vultaggio.
PRODUCTORA: Oddfellows Entertainment// Range Media
Partners// Wayward Entertainment// Welcome Villain.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: DeAPlaneta.
