“Adán y Eva” el nuevo programa de Cuatro.
Como gran amante y defensor del nudismo, algo que muchos sabéis de
mí, y de la naturaleza en general, estaba expectante por saber cómo se iba a
desarrollar el nuevo programa de la cadena de TV Cuatro. Y sinceramente me hizo
sonrojarme de vergüenza ajena. No por la desnudez, claro está, sino por la
falta de conocimientos generales, más bien diría mínimos, de los concursantes. Creo
que si han terminado la ESO, deberían reciclarse por su bien.
Incultura total en los cuatro, y
no hablamos de temas filosóficos que no se trataron, ni sobre arte en
general, pues el único nombre que sonó en toda la noche fue el de Dan Brown,
pero lo peor no fue eso, sino que algunos no sabían
que era el Manzanares o la Alhambra.
En este artículo pensaba dejar de lado el ego, pero pienso y creo, que para que
alguien esté dotado de cierto ego, al menos tiene que demostrar que es
“merecedor” de él.
Primero hablaré de la que más me sorprendió: Estela. Esta chica creo
que causó estupor, sonrojo y carcajadas en casi todos los domicilios donde se
estaba viendo el programa, y es que si tiene alguna neurona, de verdad, debería hacérselo mirar porque las tiene dormidas o atrofiadas.
La insensata, por ser suave a la hora de tratarla, clasificarla, lanza su alegato
de cómo debe de ser el hombre de su vida, pero antes explica como es ella:
“Soy muy exigente porque me lo puedo permitir. Cuando me miro al
espejo me digo que guapa eres, que culito tienes… Sí, me considero un bellezón,
aparte de inteligente” Sobre si la chica es un bellezón o no, cada uno tiene su
criterio, pero en cuanto a la inteligencia vamos por partes: Alejandro le
pregunta si conoce La Alhambra y ella responde muy rápidamente ¿Eso es de
alambre, no? Cuando Alejandro da la pista que si está en Córdoba, ella duda y
entonces él en un alarde de caballero andante, suelta “Está en Granada, pero yo
la desmonto y te la pongo en Córdoba, si quieres” Saltamos a otra parte de las
conversaciones y con referencia al nombre del programa “Adán y Eva” la chica
culta suelta. “Está relacionado con el primer fascículo de la Biblia” Y cuando
apartada de sus compañeros, el programa la pregunta sobre la Biblia, tras dudar
mucho responde titubeando "La Biblia… la Biblia es un libro que sirve para
leer, como todos los libros” Tras la frase épica, risa de niña pija. Otra perla
es que tampoco sabía que era el Manzanares, la sonaba algo así como a fruta. Y aunque
hay miles de momentos con esta chica, nos quedamos cuando Luis dice que él se siente polivalente, ella se sorprende y le comenta: “Me has matado con
esa palabra, ¡polivalente! ¿Qué quiere decir polivalente?” Esta chica en su
atrevimiento e ignorancia tenía muy claro lo que buscaba en un hombre. No tiene
desperdicio: Su chico ideal tiene que
ser acicalado, que no sea peludo, de buena familia, que a simple vista diga "Oh
Dios mío que bueno que está", con dinero, con un buen coche, con casa en la
playa y si es posible con un yate. Nada, todo eso y más está a su alcance,
porque claro, ella, como Loreal, lo vale y es divina. Me muerdo la lengua por
no soltar alguna barbaridad en este momento.
Llegamos a la segunda chica: Sonia, es la mujer más moderna del
siglo XXI. Y lo digo porque las feministas al escucharla se han tenido que
estar tirando de los pelos. Su ideal de hombre es: Busca alguien afín a ella, físicamente que se cuide, cariñoso, simpático, extrovertido (hasta aquí todo va bien y ahora es cuando lanza su verdadero alegato) Que tenga dinerito. Busca un tío con economía porque ella siempre ha vivido bien, nunca la ha faltado de nada y para bajar de nivel, no estamos… un buen coche, si es descapotable mejor, Mercedes, BMW, porque ella no ha llevado nunca nada inferior a eso, y eso no lo consentiría. (Y aquí viene la mujer del siglo XXI y seguro que el
"ideal" de las feministas) No soportaría a un hombre con el que ir a cenar y que
tendría que pagar a medias, el pagar es cosa de los hombres. En cuanto a conducir siempre conduce el hombre y
ella va de copiloto… Los hombres de hoy en día son un poco liberales, se han
perdido las costumbres de antes y ya no es lo mismo, es complicado...
En cuanto a su comportamiento en la isla fue deplorable. No la
interesaba conocer a los chicos, sino saber de su estatus. Se sintió celosa al
poco de llegar Estela y cuando Luis soltó que su familia tenía un gran
concesionario, se la abrieron los ojos y le atacó hasta… Si, lo que se entrevió
entre las sábanas.
Luis se presenta de la siguiente forma: “Vengo a la isla a ser yo
mismo. Estoy orgulloso de mi miembro viril y soy un romántico" Lo que demostró
es ser un pasota y nos dejó algunas perlas como: "Yo no leo libros porque soy un
vago, pero me gusta mucho el arte e ir a museos” Y Estela en un alarde de sinceridad le responde
“Yo de arte sé poco, pero sí leo libros de Dan Brown donde cuenta cosas de Da
Vinci y eso…”
Alejandro es un metrosexual en toda la extensión de la palabra:
Vestir bien, usar buena colonia, cremas. Tener un buen coche, llevar una buena
vida y reconoce que le gusta ser un poco pijo. Eso sí, es directo y sincero, se
considera un poco golfo y lo que busca en la mujer de su vida, es que tiene que oler bien, ser educada,
deportista, bien hablada y que sonría mucho. Lo de que sea guapa y esté buena,
también lo valora, pero eso ha sido después de decírselo la presentadora.
Para mí, de todos ellos, fue el que mejor se comportó, también fue
muy astuto y habló poco y actuó más, aunque cuando se quedaron Luis, Estela y
él, tras eliminar Estela a Sonia en el juego, salieron los dos machos en celo
en busca de la única hembra en la isla, y aquí es donde el "espectáculo" por llamarlo de alguna manera, se
volvió, a mi juicio, bochornoso.
Un programa ha sido suficiente para saber que ese día de la semana, La Cuatro no
va a ser mi canal a esas horas, por mucho que se muestre el nudismo como
natural, que a la postre, es lo que más me ha gustado de todos los que han
hablado al respecto de dicho programa. Nadie se ha sentido violento por la
desnudez, pero si por la falta de cultura.
Cuando Javier me ofreció hacer
una crítica y se escapó de mi boca Romeo y Julieta, me arrepentí pronto y sentí
miedo. Sería osado tan sólo imaginar lo que Shakespeare sintió cuando sus
versos tiñeron sus dedos con la sangre del puñal que selló el final eterno de
la obra más grande de amor que jamás hubiéramos podido imaginar. De un amor tan
poderoso como si de la misma Venus y Vulcano se tratara, apoteósico e
indescriptible. 
