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martes, 8 de octubre de 2019

DÍA DE LLUVIA EN NUEVA YORK: CRÍTICA DE CINE


Día de lluvia en Nueva York cuenta con guion y dirección de Woody Allen. No es su mejor película, pero es  un filme a tener en cuenta.

Gatsby Welles (Timothée Chalamet) es un joven soñador, jugador de póker y enamorado de Ashleigh (Elle Fanning) una joven que está terminando periodismo, enamorada también de Gatsby y algo ingenua. Le han ofrecido entrevistar a un gran director, su director favorito, Roland Pollard (Liev Schreiber) y Gatsby decide acompañarla a Nueva York, durante ese fin de semana.
Gatsby sueña con pasar el mayor tiempo con Ashleigh, pero ella, desde el momento en que conoce a Roland, se ve envuelta en su mundo, deseando saber más de él, pues está pasando por una depresión. Conocerá a Ted Davidoff (Jude Law) el guionista de la película que está atravesando por un divorcio y a Francisco Vega (Diego Luna) el actor latino de moda, a cuyos pies cae rendida hasta que Francisco… Por su parte Gatsby se encontrará con la hermana pequeña de quien fue su primer amor, Chan (Selena Gómez) con quien recordará tiempos pasados y a una prostituta, que contratará sus servicios para llevarla a la fiesta que ha preparado su madre  (Cherry Jones) reemplazando a su novia, pues no puede contactar con ella.

Día de lluvia en Nueva York, resulta un filme más interesante de lo que aparenta a primera vista. Es al salir de la sala y pensar en lo visto, cuando te reencuentras con el Woody soñador, nostálgico y romántico. Un director que parece recuperar la ilusión entre sus tormentos, al igual que cae la lluvia incesante, durante ese fin de semana. Una obra fresca y joven, cuyas tramas reconocemos.
Woody Allen es uno de esos creadores que nunca ha dejado indiferente a nadie y cuyos temas han estado siempre relacionados con la familia, el amor, el sexo, su condición de judío y arrastrando los fantasmas que ha ido acumulando a lo largo de los años, que no son pocos. Es director, actor, humorista y escritor y a sus 83 años, continúa ofreciéndonos todo su saber. Después de la escuela secundaria, entró en la Universidad de Nueva York, donde estudiaría Comunicación y Cine en 1953, un año más tarde abandonó la universidad y se matriculó en el City College de Nueva York, pero no llegó a terminar ni el primer semestre. Decidió aprender por sí mismo, un autodidacta que enseñaría en el The New School y estudiaría con el maestro de escritura Lajos Egri. En sus seis largas décadas como artista, destaca por sus ingeniosos y elaborados guiones y por una filmografía muy rica donde ha tocado la comedia y el drama, por igual. Su primera aparición en público fue en televisión en el programa “Tonight Show” donde fue descubierto por Charles Feldman, quien le encargó el guion de ¿Qué tal, Pussycat? 1965 de Clive Donner. En 1969 rodó un cortometraje para TV “Cupid´s Shaft” y  debutaría en el largometraje con la comedia “Toma el dinero y corre” a la que le siguieron “Bananas” 1971,  “Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar” 1972, “El dormilón” 1973 y “La última noche de Boris Grushenko” 1975. Comedias de gran éxito, con su sello personal, que no ha perdido a través de los años.  En cada una de ellas, también era el actor principal, pero hubo una película en 1972, que marcaría un antes y un después en su vida, “Sueños de un seductor” de Herbert Ross, en la cual, además de una gran interpretación, conocería a la que sería su musa y mujer: Diane Keaton, con quien rodaría varias de sus películas: “Annie Hall” 1977, obteniendo los grandes premios del año, entre ellos 4 Oscar (Película, director, guion y actriz para Keaton) El globo de oro a la mejor actriz comedia. 5 BAFTA o los 4 premios del Círculo de Críticos de Nueva York.  “Interiores” 1978 y posiblemente su obra maestra, “Manhattan” 1979. En 1982 Diane Keaton, fue sustituida por otra de sus musas:  Mia Farrow con quien filmó obras como “La comedia sexual de una noche de verano” 1982,  “Zelig” 1983, “La rosa púrpura del Cairo” 1985, “Hannah y sus hermanas” 1986 o “Maridos y Mujeres” 1992 y terminaremos, porque si no la lista es larga, con “Desmontando a Harry” 1997, “La maldición del escorpión de jade” 2001, “Irrational Men” 2015 y  “Wonder Wheel” de 2017.
A la película le cuesta arrancar un poco, pero  antes de que se llegue a pensar que Allen se ha perdido entre las calles, la lluvia y los personajes, comienza su ascenso hasta llegar a una parte final, brillante e impecable, quedando patente su magia. Una magia  que aún no ha perdido, tras los avatares que la vida le ha ido poniendo en el camino. Woody, nuestro querido Woody, se siente mayor, pero no vencido y en esta obra, nos lo demuestra. Es un genio y la genialidad nunca muere, sino que se “metamorfosea” de alguna manera. Descarga parte del peso de su mochila, en dos personajes jóvenes, quienes aportan vitalidad a la película. Timothée Chalamet encarnando a un personaje inolvidable, cálido y reflexivo, cuyo fin de semana será decisivo para conocerse a sí mismo, y Elle Fanning, por su parte,  nos obliga a sonreír a través de esa  inocencia y  felicidad que irradia su personaje.
Dos seres que el destino les hace tomar caminos diferentes, durante ese fin de semana en Nueva York. El de Gatsby entre la aparente normalidad y el de Ashleigh, hipnotizada por la falsa realidad que rodea al mundo del cine, entre sus engaños, apariencias e identidades tan cínicamente camufladas. Dos caminos en los que ambos chocarán con la verdad, sin esperársela. Por parte de Gatsby, entre otros,  en el encuentro con su madre, interpretado de forma magistral por Cherry Jones, descubriendo a su hijo una realidad que no se espera, en un monólogo cargado de sinceridad, y en cuanto a Ashleigh, aprendiendo la lección de que la inocencia, es una mala consejera.
Al igual que en los días de lluvia, de nubes grises y  calles medio desiertas por el temporal, nos sumimos en la nostalgia; así Woody parece que regresa a otro tiempo vagando con sus miedos, traumas y fantasmas, encarnados en los diversos personajes, liberándose de la carga, para recrearse en una historia de amor fresca, juvenil, alocada y en la cual, él y ella, que bien podrían representar una parte de la dualidad del ser humano, vivirán sus propias aventuras y desventuras en ese Nueva York siempre sorprendente e inmutable, hasta llegar a la calesa de caballos.
Ya he mencionado a algunos de sus actores, pero en general todo el elenco actoral del que se ha rodeado Woody, está magistral en sus personajes, por pequeños que sean. Allen tiene mente de escultor y esculpe a sus actores transformándolos en los personajes que ha escrito, sobre el papel. Contenidos entre el drama y la ironía. Entre los referentes literarios y cinematográficos. Caminando entre calles húmedas, bajo el gran cielo encapotado de la ciudad, mientras se arropa, una vez más, en ese gran maestro de la fotografía que es, Vittorio Storaro, con planos tan hermosos que bien podría formar parte de un libro,  de rincones de Nueva York.

Mi nota es: 8
ESTRENO en ESPAÑA: 11 de Octubre

REPARTO: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Diego Luna, Live Schreiber, Cherry Jones, Will Rogers, Taylor Black, Kathryn Leigh Scott, Kelly Rohrbach, Edward James Hyland, Natasha Romanova, Suki Waterhouse, Griffin Newman, Claudette Lalí, Jacob Berger, Elijah Boothe, Dylan Prince, Olivia Boreham-Wing, Liz Celeste, Catherine LeFrere, Tyler Weaks, Chris Banks, Gurdeep Singh, Suzanne Smith, Geoff Schuppert, Deniz Demirer, George Aloi, Cole Matson, Marko Caka y Shannone Holt.



PRODUCTORA: Gravier Productions// Perdido Productions.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: A Contracorriente Films.