Cuando se alían un consagrado director como es Steven Spielberg, un actor de la talla de Tom Hanks y la maestría
y el genio de los hermanos Coen y Matt Charman, al frente del guión, es
difícil que el triángulo no funcione y no roce la perfección, como así sucede
con esta película.
El puente de los espías nos sumerge en la década de los años 60, años donde
los Estados Unidos y la Unión Soviética se encuentran en plena Guerra Fría.
Este fantástico thriller de espionaje
está basado en un hecho real, cuando la CIA encarga una misión de negociación a
un abogado especializado en seguros, James Donovan (Tom Hanks) para la liberación de un piloto
que ha sido derribado y capturado en territorio soviético, Francis Gary Powers
(Austin Stowell).
Esta es la cuarta ocasión en que Spilberg y Tom Hanks trabajan juntos y esa complicidad y empatía el espectador lo
capta y disfruta, por un lado con la magnífica interpretación de Hanks y por
el otro de la soberbia dirección del
maestro Spielberg. La primera media hora roza la perfección visual y actoral,
que te sujeta a la butaca hasta el final.
El abogado James Donovan se “apodera” del cuerpo de Tom Hanks para
mostrarnos a través de la gran pantalla, que su misión no era otra que ejercer su trabajo de la forma más
justa y correcta. No le importó involucrarse en situaciones límite y arriesgadas,
más allá de las órdenes recibidas y luchar contra ellas, con el claro propósito
de ondear la bandera de la rectitud, generosidad
y lealtad a sus principios.
Desde los primeros planos nos damos cuenta que estamos ante otra obra
maestra como lo fue la Lista de Schindler, ofreciéndonos incluso algunos guiños (en la
Lista de Shindler veremos a una niña entre la multitud en una secuencia en
blanco y negro vestida con un abrigo rojo, aquí será una mujer quien sonríe a Donovan en el autobús con abrigo rojo, aunque la escena es en color. A mi juicio lo más escalofriante es cuando la nieve que cae en algunos
momentos sobre Berlín, se asemeja a las cenizas salidas de los crematorios judíos)
Una película donde el tiempo parece estar al servicio de su director, logrando
con absoluta habilidad el ritmo carente cuando es preciso, tenso cuando así se
requiere y dinámico cuando él lo solicita. Y todo funciona como una perfecta
sinfonía, donde la banda sonora (Thomas Newman) acaricia cada plano de una
fotografía (Janusz Kamiski) impecablemente iluminada, con ausencia del color durante parte de la obra para crear ese dramatismo dantesco de la represión en una Alemania dividida, que te roba el aliento y te hiela las venas, para regresar en fotogramas a todo color, provocando la tensión y acrecentándose en imágenes como la construcción del muro de la vergüenza, que separará a familias por sus ideas enfrentadas y donde los sueños, morirán.
El
puente de los espías nos presenta una obra narrativamente perfecta, con unas
interpretaciones sobrecogedoras. Todo es creíble. A destacar además del Tom
Hanks, el actor Mark Rylance (Rudolf Abel), Amy Ryan (Mary Donovan), Alan Alda (Thomas Watters), Sebastian Koch
(Wolfgang Vogel)...
Felicitaciones a todo el equipo
técnico en especial al impresionante trabajo de montaje a cargo de Michael Kahn y al equipo de diseño de
producción de Adam Stockhausen por la espectacular recreación de las calles
llenas de escombros, los edificios bombardeados o el engendro que supuso el
Muro. No nos podemos olvidar el gran sonido, que nos ofrece el filme.
A mi juicio estamos ante otra joya
cinematográfica del gran director, al que otorgo un 9 como nota y no es el 10,
porque como siempre digo, le falta el toque de la perfección.
MUY RECOMENDABLE PARA TODOS LOS AMANTES AL CINE Y EN ESPECIAL AL GÉNERO DE ESPIONAJE.
MUY RECOMENDABLE PARA TODOS LOS AMANTES AL CINE Y EN ESPECIAL AL GÉNERO DE ESPIONAJE.