Mostrando entradas con la etiqueta Jose Luis Serrano:Birmania. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jose Luis Serrano:Birmania. Mostrar todas las entradas

viernes, 7 de junio de 2013

JOSE LUIS SERRANO NOS HABLA SOBRE:BIRMANIA

¿Cuál fue la primera impresión al bajar del avión?

Llegué a Yangon (la antigua Rangún) y me sorprendió la tranquilidad de tráfico comparado con otras ciudades del Sudeste Asiático que ya conocía (Hanoi, Bangkok, Saigón…) Luego descubrí que estaban prohibidas las motos y tocar el claxon.

¿Qué es lo que más impacta del país al turista?

Resulta inexplicablemente trágico que se conduzca por la derecha como en España pero el volante esté situado también a la derecha. Pero lo más impactante (y desarmantes) son las sonrisas.

¿Qué ciudades visitaste y cuál es la que más te gustó?

Yangon, Mandalay, Bagan, la zona del lago Inle. Creo que ya que hace uno el desplazamiento hay que aprovechar y verlo todo. Yangon es lo menos interesante pero Mandalay y Bagan son apabullantes: ¿Te imaginas una ciudad en la que hubiera 3.000 iglesias románicas? Eso es Bagan.

¿Qué nos puedes contar de su cultura y tradiciones?

Es tremendamente difícil entender algo, tanto a nivel cultural como político, social o religioso. Si se fuera uno allí a vivir a lo mejor acababa comprendiendo algo. Como eso no es posible, lo mejor es relajarse y disfrutar. Si no, se sufre mucho, por ansiedad, por ganas de saber más.

¿Cuál es el comportamiento de los autóctonos hacia el turista?

Lo más encantador es la inocencia. Las ganas de jugar, incluso la travesura. Las sonrisas, siempre las sonrisas, en todas partes y pese a todo. Cuesta entender las sonrisas.

Háblanos de su gastronomía.

En general, bastante pobre comparada con la de Tailandia o Vietnam, pero muy sabrosa y muy sencilla. Me encantó la calabaza frita con sésamo. Y el picante (pero a mí me encanta el picante)

¿Aconsejarías el viaje a tus amistades? ¿Por qué?

¡No hago nada más que aconsejarlo! Si me pagaran por cada persona que ha ido a Birmania después de leer “Hermano” creo que podría dejar de trabajar.