¿Cuál fue la primera impresión al
bajar del avión?
No fui en avión, sino dentro de
un Tour por toda Inglaterra en coche. Las impresiones de Escocia fueron
geniales, ya que el camino elegido fue rural, es decir, no una autopista, sino
carreteras de pueblo, estrechas, circulando por valles y montañas, pasando ríos
de agua negra (la turba de la zona la hace negra) y en general el camino fue
fantástico, pues te puedes parar en pueblos en mitad de la nada rodeados de
verde y con un clima para verano, nada caluroso.
¿Qué es lo que más impacta del país
al turista?
En general Escocia está a mitad
de camino entre el mundo rural y una cierta sensación decimonónica urbana. Me
encantó sobre todo las zonas abiertas, los valles, ríos, zonas pantanosas y el
estar en mitad de la nada sin ver a nadie en todo el día. Más de una vez me
preocupe qué pasaría si el coche se quedaba tirado. El agua negra de los ríos
es muy impactante, fruto del filtrado
del agua por los pantanos y la tundra escocesa. Respecto a zonas urbanas, el
centro de Edimburgo es medieval y muy bien conservado. Glasgow es más una
ciudad post-industrial en decadencia (aunque esto puede haber cambiado en los últimos
tiempos)
Las más importantes de Escocia
son: Aberdeen, Skye, Glasgow, Dundee, Edimburgo y una multitud de pueblecitos
(por llamarlos de alguna manera. Muchos no son más que una casa en mitad de la
carretera que sirve de restaurante, albergue, correos y ayuntamiento, que
sirven de punto de encuentro para las casas diseminadas por el territorio). Mi
favorita fue Edimburgo. Cosmopolita, alegre, preciosa, llena de gente y de
actividad. Tengo gratos recuerdos de aquellos momentos. Aunque lo que realmente
me gustó fue el viaje en sí. Ir en coche, parar donde te apetece, ver el
paisaje, bañarte en ríos gélidos de aguas negras, hablar con los pastores
perdidos en mitad del campo. Lo recuerdo como una experiencia de lo más
gratificante. Claro que iba muy bien acompañado y eso ayuda mucho. La que
menos, quizás, Glasgow. Me resultó muy deprimente. Una ciudad post-industrial
medio abandonada (hace 10 años de mi viaje y esto quizás, como dije antes, haya
cambiado), y absolutamente horripilante. El cewntro de la ciudad era lo que más
se salvaba y ni aún así. Se veía que intentaban insuflar vida en la ciudad con
la construcción de un moderno edificio/centro comercial, pero yo no pude verlo.
Acudí a Edimburgo en verano, en
pleno festival y es impresionante. No sólo por el festival; las calles están
llenas de actuaciones, de gente joven venida de todas partes del mundo, y donde
hablar, comunicarse y también ligar, resulta fácil y agradable.
¿Cuál es el comportamiento de los
autóctonos hacia el turista?
Escocia en general y Edimburgo en
particular, tienen una economía bastante orientada al turismo, así que los
locales no se preocupan en exceso de ti. Vive y deja vivir. Además en verano,
Escocia está llena de turistas, por lo que no encontré grandes problemas. Creo
que en el tiempo que pasé allí (unas dos semanas) mi interacción con los
locales quedó ceñida solamente a la solicitud de servicios y a la gerente del
albergue en el que nos encontrábamos (mi ex y yo). El trato fue amable y
cordial.
Háblanos de su gastronomía.
No puedo comentar nada aquí, ya
que como turista pobre, acabas comiendo la misma mierda que aquí: italianos, sándwiches,
algún chino, fish and chips y lo que encuentras a medida que caminas por la
ciudad. En este sentido cabe decir que no encontré nada autóctono. También es
verdad que con un presupuesto más grande quizás podría haber descubierto alguna
delicia, pero el dinero era más interesante gastárselo en cervezas, espectáculos
y diversión.
Claro que sí. El paisaje es
precioso. Edimburgo es increíble como ciudad. Hay una tienda de kilts que te
los deja probar, claro que el precio desaconseja su compra posterior, pero es
divertido. Durante el camino nos alojamos en un castillo situado en lo alto de
un acantilado que fue una auténtica pasada (por unas 20 pounds la noche), y si
te gusta el Whisky, hay una cantidad enorme de destilerías abiertas que te permiten
un recorrido por las mismas. El whisky es barato en las destilerías, bueno, más
barato que fuera de ellas, al menos.