¿Cuál fue la primera impresión al
bajar del avión?
Mucho orden y prolijidad.
Llegamos y nos esperaba un bus para trasladarnos al hotel. Todo con suma
puntualidad.
La alegría y diversidad de la
gente. El colorido de sus paisajes con su abundante flora y fauna, son increíbles
y por supuesto el mar cálido y azul turquesa.
¿Qué ciudades visitaste y cuál es
la que más te gustó?
Santa Catarina y Canasvieiras.
Pero me quedo con Canasvieiras, porque por las noches se llena de chiringuitos
con luces de colores y música para bailar, sobre todo samba, mientras se
disfruta de una exquisita caipiriña. En el centro los locales están abiertos
hasta muy tarde.
¿Qué nos puedes contar de su
cultura y tradiciones?
Su música y bailes. Me gustó que
en todos los sitios están: cantando y bailando. Desprenden felicidad y energía por
todos sus poros.
¿Cuál es el comportamiento de los
autóctonos hacia el turista?
Son tremendamente amables,
cordiales, saben tratar al turista, te hacen partícipe de sus festejos, bailes…
Como muchos dicen, viven de ello, pero lo hacen de tal manera, que te hacen
sentir muy cómodo.
Háblanos de su gastronomía.
Muy buena y abundante. Hay muchos
tenedores libres (buffet) en los cuales comes hasta reventar y por muy poco
dinero.
¿Aconsejarías el viaje a tus
amistades? ¿Por qué?
Sí, por supuesto. Principalmente
por su clima, belleza y calidad de la gente, y además, en los tiempos que
corre, es un país muy económico.