La coproducción entre
Italia y Francia, Aquí me río yo está dirigida por Mario Martone compartiendo guion con Ippolita Di Majo. “La otra cara del
teatro”
Las tablas de un
escenario nos invitan a disfrutar de una obra que ya está siendo representada y
en donde el público espera la presencia del gran comediante Eduardo Scarpetta (Toni Servillo), que interpreta en la
función a Felice Sciosciammocca. Cuando Eduardo entra en escena, el público le
ovaciona y ríe a carcajadas. Estos primeros minutos, serán el preámbulo que
dará paso a la biografía de este gran cómico y dramaturgo napolitano, mostrándonos
su vida personal, artística y principalmente el conflicto que alteró su
carrera.
El guionista y
director, Mario Martone, es fundador de las compañías teatrales “Falso
Movimento” y “Geatri Uniti”. Ha dirigido los teatros públicos de Roma y Turín.
En el cine debutó con el cortometraje “Nella città barocca” 1985 y en el
largometraje con “Muerte de un
matemático napolitano” 1992. Otras de sus películas son “Rasoi” 1993, “El amor
molesto” 1995, “Teatro de guerra” 1998,
“Lulu” 2001, “L`odore del sangue” 2004, “Noi credevamo” 2010, “Il giovane
favoloso” 2014, “Capri-Revolution” 2018, “Il sindaco del Rione Sanità” 2019 y
“Aquí me río yo” que llega ahora a nuestras pantallas. Ha dirigido los
cortometrajes: “Antonio Mastronunzio pittore sannita”, “Miracoli, storie per
corti” y “L´unico paese al mondo” todos
en 1994, “La meditazione di Hayez” 2011, “Pastorale cilentana” 2015. En cuanto
al documental ha dirigido “Veglia” 1993, “Una storia Saharawi” 1996, “Badolato,
10 dicembre 1995. Per Antonio Neiwiller” 1996, “Appunti da Santarcangelo” 1998
y “Caravaggio, l´ultimo tempo” 2005. Los documentales “Una disperata vitalità”
1999, “Un posto al mondo” 2000, “Nella Napoli di Luca Giordano” 2001 y
“Operette morali” 2011, también cuenta con los telefilmes “Perfidi incanti”
1985, “Il Desiderio preso per la coda” 1986, “Finale di Partita” 1996, “I dieci
comandamenti” 2001 y “La traviata” 2021 y finalizo con el documental para
televisión “Luciano Amelio/ Terrae motus” 1993 y un episodio de la serie
“Alfabeto italiano” 1998.
Comenzaré esta reseña
con los dos pesos pesados de la obra, por un lado con el actor que tantos
buenos momentos y trabajos nos ha dado a lo largo de su extensa
filmografía, Toni Servillo. Una
vez más, con sus expresiones corporales y faciales, nos regala un selecto
abanico de registros, haciéndonos partícipes de sus estados de ánimo e incluso,
en medio de los instantes de reflexiones internas que mantiene en silencio,
como apartado del resto, pero nunca tan presente, pues aun estando rodeado de
su numerosa prole, entre gritos, voces, risas, cánticos e ir y venir, la mirada
nos lleva hacia él, presintiendo su soledad, su aislamiento, buscando la manera
de salir del incidente que le han provocado y, lo más importante, sabiendo
captar la atención del espectador. Las escenas, en las que no falta un detalle,
parecen desvanecerse cuando ese ojo furtivo, el de la cámara, se detiene en él
y es aquí donde hablaré del director Mario
Martone, ya que hace gala, una vez más, de su amor por el teatro dando
buena cuenta de cuanto acontece delante y detrás del escenario, que no es otro
que el de la propia vida, pues el drama y la comedia son fieles compañeros en
nuestros viajes. Una dirección tan delicada, que apenas somos conscientes de
ella.
Una historia basada en
la biografía de un importante cómico y dramaturgo que vivió en Nápoles
entre los años 1853/1925. Años en los que los cines y los teatros gozaban del
favor del público llenando las salas en busca de entretenimiento. Eduardo
Scarpetta, era un hombre tranquilo, amante del teatro y de la familia. Disfrutaba
de un elevado estatus social gracias, en gran parte, al éxito alcanzado con su
única obra original “Miseria y Nobleza”, que representó en numerosos escenarios,
siempre con llenos absolutos, pues las demás piezas fueron adaptaciones de
obras francesas y algunas parodias.
Como suele suceder,
cuando alguien alcanza la popularidad y el beneplácito del público, surgen las
envidias, los celos y esos lobos hambrientos que permanecen al acecho,
esperando el momento de debilidad para atacar. Eso le sucedió a Eduardo cuando
se atrevió a parodiar la obra “La hija de Iorio”. Una tragedia pastoril en tres
actos escrita por el dramaturgo Gabriele D´Annunzio y por la que fue
denunciado, acusándole de plagio y llevando su caso a los tribunales de
Nápoles. La escena final del juicio, no tiene desperdicio.
Reconozco que he disfrutado
con este filme de principio a fin que cuenta, además de lo ya mencionado, con
una exquisita fotografía del maestro Renato
Berta, la precisa dirección actoral, los cuidadísimos escenarios y la
magnífica puesta en escena; y digo que he disfrutado, pues el teatro es otra de
mis debilidades y cuando ambas disciplinas se alían, teatro y cine, el placer
es absoluto; pero también soy consciente de que tal vez, abusa del metraje y
del número de canciones que ha insertado a lo largo de la obra, que aunque algunas
apoyan a la narración, de otras podría haber prescindido y con ello potenciar
cierta agilidad al filme, que no le hubiera venido mal. Pero como siempre, es
una apreciación muy personal. Lo que sí aseguro es que el público va a pasar
algo más de dos horas, entretenido.
Mi nota es: 7,5
ESTRENO EN ESPAÑA: 17
de junio.
REPARTO: Toni Servillo,
María Nazionale, Cristina Dell´Anna, Antonia Truppo, Eduardo Scarpetta, Paolo
Pierobon, Lino Musella, Roberto De Francesco, Giovanni Mauriello, Chiara Baffi,
Roberto Cacioppoli, Lucrezia Guidone, Elena Ghiaurov, Gigio Morra, Gianfelice
Imparato, Iaia Forte, Greta Esposito, Alexxandro Manna, Marzia Onorato y
Salvatore Battista.
PRODUCTORA: Indigo
Film// Tornasol Films// RAI Cinema
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Syldavia Cinema.