La
Belle Saison (Un amor de verano) es el último trabajo de la directora francesa
Catherine Corsini, donde nos traslada al año 1971 para mostrarnos los aires
nuevos y de libertad, que se respiraban entre la juventud.
Delphine
(Izïa Higelin) es hija de campesinos y un buen día decide tomar la maleta e
irse a París con el deseo de emanciparse económicamente y liberarse del yugo
familiar, allí conocerá a Carole (Cécile de France) una activista feminista.
Entre ambas surge el amor y… Lo demás es mejor verlo en la gran pantalla, y
digo bien, verlo, porque es una de esas historias que merece la pena disfrutar.
Catherine
Corsini crea, por una parte, una historia de amor entre dos mujeres, llevándola
con total delicadeza hasta en los planos más sensuales y mostrándonos a los problemas que se deben de
enfrentar, cuando ambas provienen de círculos muy distintos, la ciudad y el
campo, demostrando que ante las adversidades, el amor no conoce de fronteras... ¿O sí?
Dentro
del clásico tempo lento narrativo conocido en el cine francés, a la hora de ofrecer sus historias en
pantalla, Catherine sorprende con dos partes diferenciadas, la vivida por las
protagonistas en París, con un ritmo muy ágil,
y la que experimentarán en el campo, el pueblo de Delphine, con ese
tiempo lento para contar sin prisas los cambios, que ambas experimentarán.
Catherine no se limita a contar una
historia en la cual colabora también en el guión junto a Laurette Polmanss,
sino que dirige con gran acierto a todos sus actores, en especial a destacar
las dos protagonistas femeninas: Cécile de France y Izïa Higelin, impecables en
sus personajes, con una complicidad que traspasa la pantalla, y
Noémie Lvovsky en el papel de Monique,
la madre de Delphine.
La fotografía aparentemente sencilla de Jeanne Lapoirie, recrea escenas bucólicas que son acompañadas por la suave música de Grégoire Hetzel.
Reparto: Cécile de France, Izïa Higelin, Noémie Lvovsky, Kévin Azaïs, Laetitia Dosch, Benjamín Bellecour, Eloïse Genet, Patrice Tepasso.
