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jueves, 13 de diciembre de 2018

YULI: CRÍTICA DE CINE


La coproducción entre España, Reino Unido, Cuba, Alemania y Francia, Yuli, está dirigida por Icíar Bollaín con guion de Paul Laverty.

Carlos Acosta, conocido como Yuli, apodo que le puso  su padre, pues decía de él que era hijo de Ogún, un dios africano, un luchador. Era un niño inquieto, indisciplinado y al que no le gustaba estudiar. Disfrutaba estando en las calles de la Habana jugando o bailando.

Su padre, Pedros (Santiago Alfonso) estaba convencido que tenía un talento innato para el baile y lo inscribió  en la Escuela Nacional de Cuba, pero Yuli no quería bailar clásico, por miedo a que sus amigos le llamasen, maricón. Poco a poco, descubrirá la pasión y el amor por el baile, pasando a representar grandes papeles que hasta esa fecha, solo estaban destinados a los blancos, como el personaje de Romeo y Julieta, siendo el primer negro en interpretarlo, así como formar parte de compañías como: El Houston Ballet o El Royal Ballet de Londres.

Icíar Bollaín, dirige con elegancia y agilidad este magnífico biopic del bailarín, en tres etapas importantes de su vida: en su niñez, interpretado por un encantador Edilson Manuel Olbera Núnez, divertido, socarrón e ingenioso, que despierta sonrisas y algunas carcajadas en el  espectador. El joven bailarín cubano, Keyvin Martínez, que pertenece a la compañía de Acosta Danza y el propio Carlos Acosta, en la actualidad.

Un filme entretenido para el público en general y apasionante para los amantes de la danza clásica. Un viaje por la vida de este gran bailarín que sacrificó sus sueños más básicos, por lograr el de su padre. Un hombre que sabía muy bien lo que era mejor para su hijo, aunque este le llegara odiar, por ser tan duro con él y alejarlo de la familia que amaba.

Una obra narrada en tono de comedia y drama, diferenciándose de muchos biopic, porque ante todo, no busca la lágrima fácil, sino el mostrar la vida de un artista, de un ser sencillo, entre el niño que disfrutaba con sus amigos en la calle, entre juegos donde terminaba manchado de tierra, el régimen político que le rodeaba, el hambre... pero también las oportunidades que podían tener quienes destacaban en una determinada profesión, hasta alcanzar y tocar el Olimpo de la Danza; y aún con esa fama bien merecida, ganada con sacrificio y ser solicitado por lo más selecto de la profesión, comprender donde estaba su lugar.  

Seremos espectadores de magníficas coreografías, con fuertes connotaciones personales, sociales y políticas. Personales a través de las danzas entre el Carlos joven (Keyvin) y el adulto, que nos recuerda ligeramente instantes del musical de Billy Elliot, o la crítica socio política de un impactante número, que estremece en su ejecución.

Una película que disfruta de un cuidado montaje por parte de Nacho Ruiz Capillas, una excelente fotografía de Álex Catalan y una magnífica banda sonora a cargo de Alberto Iglesias. En cuanto a las interpretaciones quiero destacar a los dos personajes que encarnan al bailarín, incluyendo al propio Carlos Acosta y a Santiago Alfonso, en el personaje de su padre, Pedros Acosta.

Mi nota es: 8,5

ESTRENO en ESPAÑA: 14 de Diciembre

REPARTO: Carlos Acosta, Santiago Alfonso, Keyvin Martínez, Edison Manuel Olvera, Laura de la Uz, Yerlin Pérez, Mario Elías, Andrea Doimeadiós, Carlos Enrique Almirante y Cesar Domínguez.

PRODUCTORA: Morena Films// Potboiler Productions// Galápagos Media// Hijo de Ogún// Producciones de la 5ta Avenida// Match Factory Productions// Movistar+// ICAIC// ICAA// Eurimages.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Entertainment One Films Spain.