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martes, 13 de agosto de 2019

LA CASA DE VERANO: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Francia e Italia, La casa de verano, está dirigida por Valeria Bruni Tedeschi, quien además interpreta y comparte guion junto a Caroline Deruas-Garrel, Noémie Lvovsky y Agnès de Sacy.

Anna (Valeria Bruni Tedschi), antes de salir de viaje hacia la casa que sus familiares poseen en la Costa Azul, se entera por su pareja Luca (Riccardo Scamarcio), que ha conocido a otra mujer y desea separarse de ella. Anna intenta convencerlo y en el último momento, consigue un beso de él, suficiente para irse de vacaciones.
La casa familiar es una gran mansión con una amplia parcela, piscina y criados y por lo que vamos escuchando, pertenecen a una familia de clase alta, en horas bajas. La mansión está habitada por la familia, algunos amigos invitados y los empleados, que esperan a la reunión anual para saber cuál será su futuro como trabajadores.  

La casa de verano se presenta como una tragicomedia ácida, en la cual todos los secretos familiares irán saliendo a la luz, así como los fantasmas que a cada uno les atemoriza. Un filme coral, con estrellas muy importantes. Una obra claramente autobiográfica entre la ficción y donde Valeria ha incluido entre sus protagonistas a su hija y a su madre. La propia directora ha comentado: "Escribir sobre nuestras vidas privadas, sobre nuestra familia y amigos y sobre el daño que pueden causarte es,  para mí, tan doloroso como fascinante" 
La actriz, cantante, guionista y directora, franco-italiana, Valeria Bruni Tedeschi, estudió teatro en la Ecole des Amandiers, en Nanterre, en dicho centro impartía clases  el cineasta Patrice Chéreau, con quien debutó como actriz en la película “Hôtel de France” 1987, desde entonces y debido a su doble nacionalidad, ha trabajado en ambos países. Entre sus películas se encuentran: “El hombre que perdió su sombra” 1991 de Alain Tanner, “Les Gens normaux N´ont rien d´exceptionnel 1993 de Laurence Ferreira Barbosa, “Las segunda vez” 1995 con el que obtuvo el premio David de Donatello y al año siguiente, con “El corazón fantasma” de Philippe Garrel, el César a la mejor actriz revelación. “Los que me quieren cogerán el tren” 1999 de Patrice Chéreau, “En el corazón de la mentira” 1997 de Claude Chabrol, “El tiempo que queda” 2005 François Ozon, “Las manos en el aire” 2010 de Romain Goupil, “El capital Humano” 2013 de Paolo Virzì y en este largo recorrido, entre algunos de sus múltiples filmes, terminamos con “La alta sociedad” 2016 de Bruno Dumont. Como directora, se inició en 2003 con “Es más fácil para un camello…” con un gran éxito de público y crítica, para continuar con “Actrices” 2007 obteniendo el premio especial del Jurado de Cannes, en la sección “Un certain Regard”. En 2013 rueda “Un castillo en Italia”, para televisión dirigió “Les trois Soeurs” 2015 y ya sus dos últimos largometrajes para la gran pantalla serán, el documental “Una jovencita de 90 años” 2016 y “La casa de verano”, filme que llega ahora a nuestras pantallas en clave de comedia irónica sobre la burguesía.

Estamos ante una obra dividida en un prólogo, tres actos y un epílogo, para presentar temas relacionados con la vejez, el aborto, los divorcios, los celos, las violaciones, los tocamientos indiscretos en la juventud, la falta de personalidad, los hijos o la carencia de los mismos, el alcohol, la muerte, los desequilibrios mentales, la sumisión o la soledad, entre otros. Temas importantes que debaten pero que dejan en el aire sin resolver, en conversaciones inconclusas, no sé si por falta de motivación, por sus extravagantes comportamientos o ese halo de misticismo que les rodea. ¿Marionetas en el teatro de la vida?
Los diferentes coloquios, mostrarán el motivo que le ha llevado a Anna hasta dicho lugar: Escribir el guion de su próxima película y aunque busca alejarse de sus familiares y demás ocupantes de la finca, para concentrarse, en su pensamiento está, que los protagonistas, sean ellos; con sus miedos, sus enigmas, sus traumas,  lo que les lleva a sobrevivir en ese caserón como si esas paredes, esas verjas y ese espacio, fueran el universo que les protegen del exterior, evocándoles otros tiempos, transformándoles en niños risueños, en cantantes y bailarines por instantes y alocados adultos en otros, buscando huir de la realidad o viviendo entre fantasmas, aquellos que ya no se encuentran entre ellos. Como dije al principio, una tragicomedia burguesa, en la cual el sufrimiento coquetea con la ironía. Una ironía forjada por el dolor y la risa forzada.

Como es de esperar, viendo el reparto coral del que se ha rodeado Valeria, ninguno defrauda en sus interpretaciones, salvo en la esencia. Ese espíritu, esa energía, esa vida que se espera que cada personaje transmita a la gran pantalla, no está. Son personajes planos. Personajes agradables de ver entre sus locuras y excentricidades, pero a los que les falta, alma. Valeria Bruni ha querido abarcar demasiado y tanto la historia como los personajes, se van perdiendo entre la gran finca. Una vez más,  cuestión de guion y es increíble pensar que ha estado escrito a cuatro manos, o tal vez sea ese el problema, demasiadas mentes para un trabajo donde lo más importante era conocer a sus habitantes y no una pincelada de ellos. Lucen sus  actores, pero no sus interpretaciones. Quiero destacar, la magnífica banda sonora de Jeanne Lapoirie, junto a temas muy conocidos.

Mi nota es: 6,5

ESTRENO en ESPAÑA: 15  de Agosto

REPARTO: Valeria Bruni Tedeschi, Pierre Arditi, Valeria Golino, Noémie Lvovsky, Yolande Moreau, Laurent Stocker, Riccardo Scamarcio, Bruno Raffaelli, Marysa Borini, Oumy Bruni Garrel, Stefano Cassetti, Guilaine Londez, Anthony Ursin, Brandon Lavieville, François Négret y Vincent Pérez.

PRODUCTORA: Ad Vitam Production// BiBi Film// Canal+

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Avalon Distribución Audiovisual.