Las
cartas de amor no existen, está escrita y dirigida por Jérôme Bonnell. “La vejez llega como el
invierno. Te despiertas y está todo blanco”
Jonas (Grégory Montel), se despierta en un
edificio de oficinas y consigue que el vigilante le abra las puertas, para
poder salir. Ha pasado la noche en una fiesta de empresa con la intención de
descubrir al que les ha estafado a él y a su socio, pero, se encontró
indispuesto y se quedó dormido en una de las oficinas. Toma un taxi y se va a
la casa de su ex mujer, Léa (Anaïs
Demouster), ella le recibe con desgana y tras hacer el amor, le dice que se
vaya. Jonas, compra papel y boli y se sienta
en el interior de una cafetería, frente al ventanal, posponiendo el
trabajo a través del móvil y comenzando a escribir una carta de amor a su ex.
Dicho local está regentado por Mathieu (Grégory
Gadebois).
El guionista, actor y
director, Jérôme Bonnell, estudió en
la Universidad de cine de París. Debutó con el cortometraje “Fidel” 1999 al que
le siguieron “Pour une fois” y “Liste rouge” en 2000, “Nous nous plûmes” 2005,
“Quatuor” 2009 y “On bosse ici! On vit ici! On reste ici!” 2010. Su primer
largometraje llegó con “Le chignon d´Olga” 2002 continuando con “Los ojos
claros” 2005, “J´attends quelqu´un” 2007, “La dame de trèfle” 2009, “El tiempo
de los amantes” 2013, “À trois on y va” 2015 y en 2021 ha dirigido “Las cartas
de amor no existen”. También ha dirigido 3 episodios de la mini serie “Les
Hautes Herbes” 2022.
Nuevamente el interior
de un bar se convierte en el escenario principal de una película. Los clientes,
sus idas y venidas, sus conversaciones e incluso las confidencias entre
desahogos; todo ello bajo la atenta mirada y el agudo oído del dueño del bar,
quien como buen anfitrión, se interesa por conocer y apoyar a sus parroquianos.
En esta ocasión, su mirada se centrará en quien le está despertando especial
curiosidad, ese hombre que sentado en silencio, comienza a escribir una carta
de amor. Un filme en el cual el amor y el desamor se dan la mano, siendo
protagonistas cruciales en el desarrollo de una narración por la que
desfilarán, los celos, las infidelidades, la soledad, los miedos, las dudas, la
vulnerabilidad y el día a día de una vecindad, seguramente muy similar a la de algunos
barrios. Una carta, que a modo de Macguffin, pues en realidad nunca conoceremos
el contenido de la misma, pero por lo que
Mathieu sugiere, tras leerla, da a entender que es mucho más que una
carta de amor o de despedida.
Conoceremos la historia
de algunos personajes, los que vemos moverse por la escena como singulares
peones en un extraño tablero de ajedrez y aquellos que no aparecerán
físicamente, pero serán nombrados, para dar cuerpo a la historia y vida a sus
personajes principales. Un filme teatralizado que nos ofrece interpretaciones
dotadas de una evocadora humanidad, entre las que destaco a Grégory Montel, encarnando a ese ex
marido que no desea pasar página y torturándose, aunque en su vida ya existan
otras personas y Grégory Gadebois, en
el papel del dueño del bar, un hombre que nos irá desnudando su alma entre los
silencios, las miradas y las pequeñas conversaciones que mantiene con Jonas y
quien en parte, además de la carta, será quien le haga despertar del bloqueo
que le mantiene atenazado. Una comedia amable y reflexiva, con la que estoy
seguro que más de un espectador se sentirá en parte identificado o le recordará
a alguien en particular. Correcta
dirección por parte de Jérôme Bonnell,
quien tal vez podría haber sacado un poco más de sustancia al guion, destacando,
además, la acertada fotografía de Pascal
Lagriffoul.
Mi nota es: 7
ESTRENO EN ESPAÑA: 8 de abril.
REPARTO: Grégory
Montel, Anaïs Demoustier, Nadege Beausson-Diagne, Léa Drucker, Grégory
Gadebois, Pablo Pauly, Charlotte Clamens, Gaëtan Peau, Jean-François Sivadier,
Solène Rigot, Stéphanie Aflalo, Nadir Legrand y Gabrielle Legrand.
PRODUCTORA: Diaphana
Distribución// Canal+// Ciné+// Cofimage 31// Palatine Etoile 17// Cinécop 3//
MK2 Films.
DISTRIBUIDORA EN
ESPAÑA: Elamedia Estudios.