Sátira,
drama, denuncia al sistema jurídico y riesgo en el formato de pantalla que presenta,
son los ingredientes principales que nos ofrece Feng Xiaogang (Aftershock) en
su nueva obra, Yo no soy Madame Bovary
Li Xuelian (Fan Bingbing) y su marido Qin Yuhe (Li Zonghan) organizan un falso divorcio para obtener un segundo
apartamento, pero poco tiempo después, ella sorprenderá a Qin con una tercera
persona en el apartamento y es que su ex marido, se ha vuelto a casar. Es
entonces cuando Li, demandará y acusará a Qin de que el divorcio no es real. Pierde el juicio al considerar el tribunal que la historia que ella cuenta, no
resulta creíble y si esto fuera poco, Qin la
acusa de no haber sido virgen en la noche de bodas.
Llena de cólera, Li lleva su caso
hasta Pekín, donde cada año se celebra el Congreso Nacional del Partido, con el
presidente a la cabeza, no obtiene el resultado que ella esperaba, pero cada
año, durante 10 años, insistirá realizando el mismo viaje para cursar, la misma
demanda.
Nadie puede dudar que el gran peso de
la novela con guión del propio autor Liu
Zhenyun, recae sobre, Fan Bingbing. Una interpretación entre
la ironía y el drama, la sensatez y la estupidez; cargada de una tozudez que
removerá el sistema legal que se cruza en su camino y donde Feng
reproducirá y denunciará, en ese viaje alocado con cierta lógica para la protagonista, la sociedad china actual, en la cual la mujer sigue relegada a un segundo e incluso
tercer plano, ridiculizando a la vez, la burocracia, que si por una parte
intenta mostrar que tiene asentadas sus leyes, por otra una campesina, como la
llaman, les perturbará, provocándoles la duda, los miedos e incluso la
incertidumbre de hasta donde son imprescindibles en sus puestos de trabajo,
pues la crisis también merodea como fantasma a lo largo del largometraje.
La fotografía de Luo Pan, resulta perfecta, sublime, embriagadora. Encuadres con
una iluminación y color, que en la quietud de los personajes o paisajes del
pueblo de Li, se podrían etiquetar como cuadros de subyugante exposición,
presentada a un público de excepción. Una fotografía poética, que se rompe
cuando nos trasladamos a Pekín. Sufrirá entonces un nuevo cambio de formato en colores más convencionales, sobre planos más clásicos en cine actual.
A resaltar el formato de la pantalla,
pues presenta tres diferentes. El primero circular en el centro de la pantalla, desarrollándose aproximadamente el 80% de la película, otro en forma
rectangular cuando la protagonista se encuentra en Pekín y finalmente pantalla
completa, para el desenlace, un desenlace que será el broche de oro, en cuanto a lo que Li Xuelian, nos tiene que relatar.
La Música de Wei Du, al igual que sucede con la fotografía, seduce al
espectador con una banda sonora claramente diferenciada en dos estilos. Por una parte escuchando los instrumentos más
tradicionales chinos en los instantes de tensión y drama, para luego dar paso a una
orquesta más clásica.
Mi nota es 7
Recomendables para cinéfilos.
ESTRENO EN ESPAÑA: 10 de Marzo
REPARTO: Fan Bingbing, Dong Chengpeng, Fan Wei, Guo Tao, Li
Zonghan, Zhang Yi, Liu Hua, Zhang Jiayi, Yu Hewei, Zhao Lixin
PRODUCTORA:
Sparkle Media / Huayi Brothers Media / Huayi Brothers Pictures / Zhejiang
Dongyang Mayla Media / Beijing Skywheel Entertainment Co.
DISTRIBUIDORA:
Vértigo Films España.