En
coproducción entre Francia y Bélgica, Alto
el fuego, narra las secuelas que provocan las guerras, al finalizar las mismas. Cuenta con
guion y dirección de Emmanuel Courcol.
El
prólogo nos sitúa en unas trincheras en la I Guerra Mundial, durante uno de los
ataques y donde Georges Laffont (Romain
Duris) intenta que sus compañeros abandonen el lugar y salven sus vidas,
entre ellos se encuentra su hermano Marcel (Grégory Gadebois) al cual le estalla cerca una bomba, provocándole
sordera.
Finalizada la contienda, George
en vez de regresar a casa, decide asentarse en África, en el Alto Volta, con otro
compañero de la guerra, Diofo (Wabinlé
Nabié), juntos formarán un grupo de trabajo con nativos para sus
plantaciones en Ghana, pero las cosas se ponen mal y decide volver a casa, donde su hermano
Marcel vive con su madre, está recibiendo clases de lenguaje de signo a través
de Hélène (Céline Sallette) y tiene
novia, Madeleine (Julie-Marie Parmentier),
pero sigue traumatizado, sin hablar, desde su regreso de la guerra.
Una
nueva propuesta de los efectos que ocasiona una guerra, el estar bajo el fuego,
donde las bombas te estallan al lado, donde ves a los compañeros saltar por los
aires en mil pedazos, pedazos que incluso se pegan a tu cuerpo, donde el ruido
de pronto se vuelve silencio y la palabras deciden no volver a brotar por no
comprender tanto sufrimiento, dolor y necedad.
El
actor y guionista Emmanuel Courcol, tras varios trabajos en ambas especialidades y dirigir el cortometraje “Geraldine Te amo” en 2012, se
lanza al largometraje con “Alto el
fuego” Una obra entre el dolor, la resignación, los fantasmas surgidos tras el combate,
junto a la sangre derramada, las mutilaciones, las bombas,
el olor a pólvora, muerte y polvo, provoca el mutismo e
incluso el deseo de aislarse del mundo,
para olvidar y ser olvidados. Un nuevo canto a la vida tras ver tanta
destrucción, gritando al mundo que el ser humano no ha sido creado para la
guerra, sino para la paz. No ha nacido para matar, sino para dar vida.
Interpretaciones
correctísimas entre las cuales por destacar mencionaría a un Romain Duris, a quien
seguimos en sus aventuras y desdichas, de buena gana, aunque la tristeza no
se quiera despegar de él. A una
fantástica Céline Sallette, bocanada de aire fresco en tan intenso drama y Grégory
Gadebois, cuyo personaje convive con los miedos, la desolación, el vacío y la
pérdida. Pero una vez más hay que felicitar a la dirección de casting, por tan acertada elección.
Una
obra sencilla, efectiva y rica en matices; contenida y dejando claro el mensaje que desea le
llegue al espectador, no solo a través del magnífico guion, sino de la
espléndida fotografía de Yann Maritaud y Tom Stern y de una conmovedora banda
sonora del maestro Jérôme Lemonnier,
sin olvidar el correcto montaje. Si un pero se le puede reprochar a
Courcol, en su ópera prima, es la falta de nervio. Este filme, con más garra, se
hubiera convertido en una gran película, así todo, es una obra que se disfruta
de principio a fin, dejando ese halo de amargura tras todo lo visto y
escuchado. Esperaremos sus nuevos trabajos.
Mi
nota es: 7,5
ESTRENO
en ESPAÑA: 10 de Agosto
REPARTO:
Romain Duris, Céline Sallette, Grégory Gadebois, Julie-Marie Parmentier, Maryvonne
Schiltz, Yvon Martin, Wabinlé Nabié, Benjamin Jungers, Arnaud Dupont, Morwenna
Spagnol, Thierry Bosc, Mathilde Courcol- Rozés, Armand Eloi, Fabrice Eberhard,
Konomba Traoré, Maxime Dorian, Valentin Naulin y Eric Bergeonneau.
DISTRIBUIDORA
en ESPAÑA: A Contracorriente/Films