Las historias
de superhéroes siempre me han gustado. Llenan la gran pantalla de acción,
efectos especiales y bofetadas para todos, menos para el director, que normalmente sale bien parado, pero siempre
hay un pero o varios, como ocurre en esta ocasión.
La película
empieza bien, presentación por todo lo alto de los superhéroes que nos van a
acompañar, desde Irón Man, pasando por el Capitán América y sin olvidarnos de
Thor, además de otros compañeros de batallas, pero luego, aunque sea una
película de acción, uno se pregunta dónde está la historia, y que no me venga
nadie diciendo que tiene un gran mensaje sobre que el hombre no es merecedor de
vivir sobre el planeta Tierra que está destrozando, porque está demasiado
manido, aunque sea una realidad.
Señores de
Marvel, todos amamos a sus héroes y nos encanta verles enfadados contra los
malos y risueños con sus amigos, pero ellos también tienen que evolucionar con
la sociedad que vivimos y además de que el hombre no esté a la altura de este
planeta, hay más temas que se pueden tratar y profundizar, y si no hagan un
ejercicio de derroche como lo hacen con
los efectos visuales y bordarán la próxima
entrega.
Cada héroe
tiene su tiempo, su momento estelar para lucirse y lo hacen, algunos con mayor
acierto que otros. He disfrutado con cada una de las frases cargadas de ironía
tan propias de las aventuras de Marvel, y me han aburrido algunas
conversaciones que no tenían el menor sentido, para la historia.
Hay varias
escenas a destacar y otras que deberían haber ido directamente a la papelera,
porque si algo le sobra a esta película, son minutos de metraje. Una película
de acción no tiene porqué sobrepasar de las dos horas, sino da más de sí, y
aquí rozan las dos horas y media.
Otro defecto
que se aprecia en algunas escenas, es la sobrecarga de efectos visuales. Por si
ustedes no lo saben, el ser humano tiene dos ojos y la capacidad de retener y
analizar a una determinada velocidad las imágenes en su cerebro. En algunos
momentos es imposible seguir la acción, no es que uno se pierda, es que no
encuentra a sus héroes a los que quiere ver dar leña.
Voy a destacar
dos escenas que en este momento me vienen a la cabeza. Por divertida me quedo
con el momento en que todos están en el bar y tratan de levantar el martillo de
Thor, las miradas y gestos de éste a sus compañeros mientras lo intentan, son
magistrales y algunas frases para lanzar una fuerte carcajada. Y por
espectacular la maravillosa y gran
escena final contra el malo malísimo y sus secuaces. Esos instantes de cámara
lenta, casi detenida para mostrarnos en acción a cada uno de los héroes, me
pareció muy elegante.
El final muy
previsible nos deja ver que en las próximas entregas, algunos de los héroes no
volverán a salir y por el contrario tendrán su reemplazo. Sinceramente, si no
sale Thor y Irón Man en las próximas, conmigo que no cuenten. Son los mejores.
Con ellos el sarcasmo cobra otra dimensión, además de sus logradísimas
interpretaciones.
Dicho todo
esto, para los fans de Marvel y aquellos que van a una sala de cine sólo para
evadirse dos horas y media, la película resulta impactante. La banda sonora
impresionante, los efectos visuales son de lo mejor, el sonido muy cuidado y
que nadie se levante de la butaca antes de finalizar la película, por dos
razones. Entre los títulos de crédito se disfruta de unas imágenes al más puro
estilo de estatuas griegas, como si los héroes estuvieran tallados en el mármol
más níveo y por supuesto, ofrece un mini avance de la próxima entrega.
Como calificación,
porque me gusta el espectáculo y los superhéroes, le doy un notable bajo (7 puntos)