En coproducción entre
Brasil, Uruguay, Dinamarca y Noruega, DIVINO
AMOR, cuenta con dirección de Gabriel
Mascaro, quien comparte guion con Esdras
Bezerra, Rachel Ellis y Lucas
Paraizo.
Brasil, año 2027. Joana (Dira Paes)
trabaja como funcionaria en el registro de divorcios y está convencida que todas
las parejas puede recuperar lo perdido, aunque está de acuerdo que con el tiempo, el amor sí
se deteriora, como le pasó a ella. Antes de divorciarse, propone a las parejas que se tomen un tiempo e intenten reconciliarse. Les invita a
conocer a los miembros de “Divino Amor”, una especie de secta religiosa
exclusivamente para matrimonios, en donde se lee la Biblia, se relajan en
actividades campestres o tomando baños e incluso, el intercambio de parejas,
con una única condición, que el marido no puede eyacular en el cuerpo de otra
mujer, que no sea la suya.
Danilo (Julio Machado) es el marido de Joana,
se dedica a la floristería y ambos desean tener un hijo, pero no lo logran, ni
con los métodos más modernos. Joana, cuya fe es inquebrantable, se refugiará más
en sus creencias y las conversaciones que mantiene con Dios, entre sus rezos. Cuando se le concede el ser madre,
todo se complicará.
Cada año nos llega a la gran pantalla, un número determinado de película de tema
religioso. En ocasiones basándose en hechos reales y otras intentando dar
respuestas a las preguntas que nos hacemos en el día a día, como humanos y
mortales que somos. Una forma de evangelizar saliéndose de la zona de confort, como puede ser un templo y descubriendo que una sala de cine, puede ser un lugar tan válido como otro, para llevar el mensaje en esa búsqueda de entender el porqué de la falta de trabajo o de un despido, del contraer una enfermedad grave, de no poder concebir un hijo, por mucho que se desee; de la pérdida de seres queridos, a una temprana edad y un largo etcétera, sin recibir la respuesta de Dios, a las súplicas. En esta ocasión serán el divorcio y la infertilidad, los temas principales.
El director y artista
visual, Gabriel Mascaro, se graduó
en Comunicación Social de la Universidad Federal de Pernambuco y es integrante
del Colectivo Simio Filmes. Ha tocado todos los palos en la gran pantalla: cortometrajes,
documentales y largometrajes de ficción. En el primer campo ha realizado
cortometrajes como: “The Adventures of Paulo Bruscky” 2010 o “Ebb and Flow”
2012. En el documental cuenta con: “Un lugar al sol” 2009, “Avenida Brasília
Formosa” 2010 y “Domética” 2013. Su ópera prima en el largometraje de ficción
llegó en 2014 con “Vientos de Agosto”, “Boi neon” 2015 (Ganadora de diversos
premios entre ellos el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia) y
este pasado año, ha presentado la obra que llega ahora a nuestras pantallas,
“Divino amor”
Gabriel
Mascaro, nos ofrece una historia desarrollada en un mundo
distópico en Brasil, en el cual todo está centralizado e
informatizado; incluso el ADN de los ciudadanos, es parte de la información, con la que cuenta el estado. Información
pública, como podemos observar cuando un ciudadano traspasa los controles de
seguridad instalados en todos los edificios desde supermercados hasta centros oficiales;
revelando el nombre y su estado civil, su salud e incluso si una mujer está embarazada. Una obra de ficción
extraña en muchos aspectos, pero tal vez el más chocante es que siendo un filme
de tema religioso, contenga escenas de sexo explícito, de intercambio de parejas o
hable de la infertilidad.
Visualmente resulta impactante, jugando con la realidad y el onirismo: Los servicios rápidos de oración, en lugares acristalados donde los creyentes entran con sus propios coches y desde las ventanillas, reciben la visita de un sacerdote, para una oración rápida, escuchar un himno, recibir la absolución o tratar sobre una duda existencial, o las discotecas cristianas, en las cuales además de divertirse, ensalzan el nombre de Dios. Una extraña obra, que
de forma más extraña, te va atrapando en ese mundo de fábula, creada tal vez desde el
subconsciente más consciente y reflejada en la cuidada fotografía de Diego García. Una fotografía, que desde mi punto de vista, se excede con la iluminación de neón en tonalidades rosas y azules y que aun creando una atmósfera única, personal y simbólica, por instantes molesta a la vista al diluir más de lo necesario, las imágenes.
Nuevamente el peso de
toda la obra recae en su actriz principal. Una magnífica interpretación de Dira
Paes, viviendo entre la realidad y la ensoñación. Entre el lado más carnal y el espiritual, amparándose en una fe excesivamente ciega, que la aparta de la sociedad. Divino amor, es uno de
esos experimentos cinematográficos, que dividen al público, ante su arriesgada propuesta, que no se llega a comprender muy bien, el fin de la misma. Para terminar os dejo con una frase que se cita en un momento determinado: “Quien nace sin
nombre, crece sin miedo”
Mi nota es: 6,5
ESTRENO en ESPAÑA: 26 de Junio
PRODUCTORA: Desvia//
Malbicho Cine//Snowglobe Films// Bord Cadre Films.
DISTRIBUIDORA en
ESPAÑA: Festival Films.