En tres anuncios a las afueras
el director británico Martin McDonagh,
traslada a la pantalla, el dolor, la soledad, la amargura de una madre... en la
América profunda.
Mildred Hayes (Frances McDormand) vive con su hijo, Robbie (Lucas Hedges), está
divorciada de Charlie (John Hawkes)
quien convive con una chica de 19 años, Penélope (Samara
Weaving). Un día al pasar con su coche por la carretera en
dirección a casa, se detiene ante tres vallas publicitarias en mal estado y sus
pensamientos la llevarán hasta la empresa de alquiler, regentada por Red Welby
(Caleb Landry Jones) Contratará las
vallas por un año y en cada una de ellas escribirá una frase diferente, con fondo rojo:
“Violada mientras moría”, ¿Y todavía no hay arrestos” y “¿Cómo es posible, jefe
Willoughby?”
Los textos son el último recurso que
tiene Mildred para que la policía siga investigando la violación y muerte de su
hija Ángela, siete meses atrás. Pero la reacción de las vallas, molestará a sus
ciudadanos y en concreto al jefe de policía Bill Willoughby (Woody Harrelson) y al despreocupado y
borracho oficial Jason Dixon (Sam
Rockwell)
Tres vallas, tres anuncios, tres
cartas; sería también una forma de describir esta espléndida película y el espectador al verla, sabrá el porqué. Cuando
una narración cuenta con un guion impecable, unas interpretaciones magistrales
y una dirección tan elegante, que acaricia y mima cada uno de sus fotogramas;
es muy difícil que el resultado no sea otro, que el de una obra maestra. Una obra
maestra que va más allá de lo que aparenta y que si el cine norteamericano ha utilizado el
recurso de la américa profunda en muchos de sus filmes, es evidente que tras la
llegada a La Casa Blanca del nuevo mandatario, esa América olvidada, perdida en
el tiempo y casi siempre resignada por sus habitantes que deambulan entre calles,
en las que nunca cambia nada. En una sociedad adormecida por vidas tan limitadas, como las
figuras en un tablero de ajedrez. Una América profunda expuesta sin pudor, pero
con estilo.
Las vallas son el mejor pretexto, el
macguffing que Martin utiliza con agudeza e inteligencia, para retratar esa
sociedad entre elementos y personajes que hemos visto en
numerosas ocasiones, pero que envueltos en sus nuevos ropajes, ahogan sus
palabras con las miradas y gestos ofrecidos al espectador. Gritan ante el poder
establecido, en defensa de la vulnerabilidad del ser. Denuncian entre frases
afiladas, el racismo tan arraigado aún en una gran parte del pueblo
norteamericano, por mucho que algunos quieran ocultar, disfrazar o lavar la
cara. Los abusos sexuales silenciados y archivados en polvorientas estanterías. De ese machismo rancio, de la prepotencia, la resignación, las
enfermedades, el abandono, la ignorancia… Un retrato doloroso donde Martin no
busca la lágrima fácil, sino la reflexión y una modesta enseñanza.
Un drama en toda la expresión de la
palabra, en el cual McDonagh se las ingenia hilando finamente dosis de humor,
pasando del más inteligente al más soez, hasta alcanzar un nivel de comedia
negra que escuece y que obliga a mirar y pensar; mirar al pasado reciente o al
presente turbulento, mientras se piensa si realmente existe el deseo de progresar o
conformarse en el estado en que se vive. Por una parte gozan de la dicha, de no ser conscientes
del engañoso sueño que a otros les han vendido, como la panacea.
Si en efecto estamos ante una película
con una dirección impecable y un guión soberbio, el reparto raya la perfección.
Ninguna actuación desentona, todas se abrigan entre sí, con sus fuertes y diversas personalidades. Esta vez no voy a citar a ningún actor o actriz, pues
incurriría en un error. Todos/as, se merecen mi aplauso y admiración.
Y para finalizar no quiero olvidarme de los aspectos técnicos. Un montaje ajustado a lo que se desea mostrar. Una puesta en escena espléndida. La fotografía de Ben Davis, habla por sí misma y por instantes, más que las palabras, mostrando espacios en los que uno se siente perdido, abandonado o abrazado, mientras Carter Burwell crea una banda sonora tan hermosa como sobrecogedora.
Estamos ante una de las grandes apuestas cinematográficas del año, sin ninguna duda.
ESTRENO en ESPAÑA: 12 de Diciembre
REPARTO: Frances McDormand, Woody
Harrelson, Sam Rockwell, Caleb Landry Jones, Lucas Hedges, Peter Dinklage, John
Hawkes, Abbie Cornish, Brendan Sexton III, Samara Weaving, Kerry Condon, Nick
Searcy, Lawrence Turner, Amanda Warren, Michael Aaron Milligan, William J.
Harrison, Sandy Martin, Christopher Berry, Zeljko Ivanek, Alejandro Barrios,
Jason Redford, Darrel Britt-Gibson, Selah Atwood.
PRODUCTORA: Coproducción Reino
Unido-Estados Unidos/ Blueprint Pictures
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Twentieth
Century Fox España