Un verano en Brooklyn, lejos de lo que se pueda pensar por el título,
es un dramón en toda regla. Ira Sachs
dirige y colabora en el guión junto a Mauricio
Zacharias, de una obra que no dejará indiferente a nadie.
Una película donde la falta de trabajo, la crisis, los traslados
de domicilio, las herencias, la presiones familiares… Son las causantes de
crear fuertes tensiones entre aquellos que se ven afectados.
Eso sucede en el seno familiar de Jake (Theo Taplitz) que un buen día recibe la llamada de un amigo de la
familia para comunicarles que ha muerto su abuelo. Jake junto a su madre Kathy
Jardine (Jennifer Ehle) y su padre
Brian Jardine (Greg Kinnear) se ven
obligados a trasladarse a Brooklyn, donde el anciano tenía su casa y una tienda
en la parte baja de la misma, la cual regenta una inmigrante chilena, Leonor (Paulina García) quien vive junto a su
hijo Tony (Michael Barbieri).
Jake y Tony descubrirán mientras se conocen que tienen muchas cosas en común, como jóvenes que son, incluso las disputas con los chicos del barrio. Mientras, otra batalla se avecina, la de la herencia que Brian y su hermana han recibido y la presión por el alquiler de la tienda, cuya zona se ha revalorizado. Es entonces, en esa guerra económica en la que se ven envueltos los dos jóvenes, cuando toman una determinación…
Jake y Tony descubrirán mientras se conocen que tienen muchas cosas en común, como jóvenes que son, incluso las disputas con los chicos del barrio. Mientras, otra batalla se avecina, la de la herencia que Brian y su hermana han recibido y la presión por el alquiler de la tienda, cuya zona se ha revalorizado. Es entonces, en esa guerra económica en la que se ven envueltos los dos jóvenes, cuando toman una determinación…
Un drama social, por el que desfilan temas como el paro, la lucha
por mantener un negocio a flote, la integración en una nueva ciudad, el
escuchar y ser escuchados, los sueños rotos y otros por vivir; son algunos de
los asuntos sociales que rodean a los personajes de esta película.
Un verano en Brooklyn, a simple vista parece un filme menor, de
los que crees que no va a dejar ningún tipo de huella, pero en ello radica su magia, su gran engaño,
pues en más de una ocasión el espectador analizará en su mente, sin quererlo,
momentos recreados en la historia. Una
obra tratada de forma tan delicada y con unas interpretaciones tan sutiles, que
lo visto, podría pasar en nuestro barrio, por la sencillez con que se presenta.
Ira Sachs, firma una obra humana, profunda, intensa y llena de
matices. Nada se dice por decir. Cada palabra, cada gesto, cada espacio, está
porque es necesario que así sea.
Mi nota es de: 7
Reparto: Theo Taplitz, Michael
Barbieri, Greg Kinnear, Jennifer Ehle, Paulina Garcia, Alfred Molina, Clare
Foley y Talia Balsam.