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miércoles, 31 de julio de 2019

EL PERAL SALVAJE: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Turquía, Macedonia, Francia, Alemania, Bosnia Herzegovina, Bulgaria y Suecia, El peral salvaje, está dirigida por Nuri Bilge Ceylan compartiendo guion con Akin Aksu y Ebru Ceylan.
Sinan (Dogu Demirkol) es un joven turco, que ha terminado sus estudios logrando la licenciatura. Ha escrito un libro que desea publicar y regresa a su pueblo natal, a la casa de sus padres: Idris (Murat Cemcir) y Asuman (Bennu Yildirimlar). Nada más bajar del autobús, el dueño de un comercio le comenta que lleva días sin poder contactar con su padre y que le recuerde que le debe unas monedas de oro, de esta forma se enterará de que su padre está endeudado por el juego y malviven con su sueldo de maestro de escuela.
El objetivo de Sinan es claro, publicar su libro, todo lo demás parece no importarle. Para la publicación necesita conseguir dinero, pero entre las deudas de su padre, que incluso les cortan la luz y el no tener apoyo ni subvenciones para su novela, cada día está más resentido y amargado, mostrando un carácter muy dominante.
Por tercera vez Ceylan nos ofrece un filme de larga duración, “Érase una vez en Anatolia” (158min.), “Sueño de invierno” (195min.) y ahora con “El peral salvaje” (188min.). Una obra donde la palabra es la protagonista principal y los personajes, meros conductores de esa palabra. Un ejercicio difícil, destinado a un espectador exigente, pues el deseo Ceylan es que escuchemos, meditemos y saquemos conclusiones.
El fotógrafo y director de cine, Nuri Bilge Ceylan, desde muy joven, con tan solo 15 años, ya era un amante de la fotografía. Estudió en la Universidad Boğaziçi en Estambul y colaboró en clubes de cine y fotografía. Tras su graduación en ingeniería eléctrica, viajar y mientras realizaba el servicio militar, decidió que el cine sería su profesión, por lo que ingresó en Mima Sinan Fine Arts High School en Ankara. Nada más finalizar dirigió diversos cortometrajes como “Cocoon” 1995. Su ópera primera en el largometraje sería “Kasaba” 1997,  continuando con “Nubes de Mayo” 1999. Su tercer largometraje, “Lejano” en 2003,  le lanzó a la fama mundial al obtener en Cannes el Gran Premio del Jurado y Mejor Actor Ex aequo: Mazaffer Özdemir y Emir Toprak, además del premio FIPRESCI en San Sebastián. Su filmografía continua con  “Los climas” 2006, “Tres monos” 2008 obteniendo en Cannes el premio de mejor director. En 2011, el  festival volverá a premiar su siguiente película, “Erase una vez en Anatolia” con el Gran Premio de Jurado  y por cuarta vez, Cannes se rinde ante Ceylan otorgándole la Palma de Oro y el Premio FIPRESCI con “Sueño de invierno”. Ahora, tras cuatro años, nos sorprende con este filme, “El peral salvaje”
Ceylan nos pone en primera línea, ante una historia intimista convirtiéndonos en “Voyeur”, no solo de sus personajes, sino de las conversaciones, de los sentimientos, emociones o conflictos propios y ajenos; en definitiva, del día a día que a través de su personaje principal, Sinan, iremos conociendo como piensan sobre la política, la religión y la sociedad los habitantes de su pueblo. Conversaciones a dos a tres y grupales, que debatirán sobre aquello que más les inquieta y las diferencias que existen entre los unos y los otros. Sinan, tomará partido creyéndose que sus opiniones son superiores, a la de los demás.
Reconozco que cuando salí de la proyección, lo primero que dije fue que debía de asimilar las tres horas y diez minutos que dura el filme, no por la complejidad, que afortunadamente Ceylan es muy claro en su exposición, sino por lo abrumadora que resulta la obra, pues no deja respirar al espectador, ni siquiera le ofrece un tiempo, prudencial,  para meditar cada uno de los instantes en los cuales los personajes despliegan su extraordinaria, verborrea.
Un filme que bajo un mismo hilo conductor, “divide” los diversos temas,  entre los espacios y los personajes. De este modo seremos testigos de la conversación que mantiene con un escritor, al que desea hacer una pregunta y terminan debatiendo de forma muy acalorada con un comportamiento muy arrogante por parte de Sinan, o el encuentro en el bosque con una ex novia en sus tiempos de estudiante en el pueblo, con quien hablará del amor, de la familia y del matrimonio, hasta pasar por un representante del ayuntamiento, a quien pedirá una subvención para publicar el libro y encontrarse con la burocracia que rodea a todo el sistema; por poner algunos ejemplos.
Posiblemente el mayor logro, a mi entender, es cómo Ceylan nos muestra lo cotidiano y lo transforma en digno de ver y escuchar, desde la naturalidad con la que los actores interpretan a sus personajes. Por momentos me dio la sensación de haber viajado en el tiempo, trasladándome a mi pueblo natal y escuchar a los lugareños conversando durante sus paseos o cuando mis amigos y yo, intentábamos arreglar el mundo desde nuestros puntos de vista. Sobre el guion sólido que comparte con Akin Aksu y Ebru Ceylan, Nuri crea una extraña sensación, la de dejar cierta libertad a sus protagonistas para dar vida a unos personajes, que solo estaban escritos en el papel. Trabajo que logran con sobresaliente. Derrochan naturalidad en cada una de sus palabras, gestos y expresiones, sobremanera  Dogu Demirkol como Sinan en esa evolución dejando atrás su rabia y altivez, tras regresar del servicio militar y enfrentarse cara a cara, con su progenitor, otra extraordinaria interpretación por parte de Murat Cemcir, entre imágenes de ensoñación y las que desvelarán el paso del testigo de una generación a otra. Ese pozo, el eterno pozo del que nunca mana agua, tal vez sea la metáfora más poética de todo del filme, entre padre e hijo. Muchas son las lecturas entre imágenes y palabras, sobre todo: LA PALABRA.
Termino hablando de otra de las protagonistas del filme, la fotografía de Gökhan Tiryaki, proyectando una extraordinaria visión del pueblo y sus habitantes, las costumbres, tradiciones y modos de vida, con la misma sencillez con la que el director y los actores se desenvuelven en los diferentes espacios escénicos. Una fotografía en la cual destacan los planos generales recreando los espacios abiertos, en donde los personajes parecen insignificantes ante el poder de la naturaleza que les rodea.
¿Se puede llamar uno  honrado, sin hacerse autocrítica?
Mi nota es: 8,5
ESTRENO en ESPAÑA: 1 de Agosto
REPARTO: Dogu Demirkol, Murat Cemcir, Bennu  Yildirimlar, Hazar Ergüçlü, Serkan Keskin, Tamer Levent, Akin Aksu, Ӧner Erkan, Ahmet Rifat  Sungar, Kubilay Tunçer, Kadir Çermik, Ӧzay Fecht,  Ercüment Balakoglu y Asena Keskinci.
PRODUCTORA: Memento Films Production// Zeynofilm// Detailfilm// Film// Väst// RFF Internacional// Sister and Brother Mitevski.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Golem Distribución.