Manolo Medina
y Javier Vallespín regresan a los
escenarios con los personajes creados en “Dos
hombres solos, sin punto com… ni ná” que recordemos estuvo sobre las tablas
de los escenarios españoles (Valencia, Bilbao, Sevilla, Palma de Mallorca,
Málaga, Madrid…) durante más de 10 años, despertando grandes carcajadas entre
los miles de espectadores, que pudieron disfrutarla.
Ahora, y de nuevo de mano de la
productora Teatro Sí de Jerez,
regresan con “Qué mala suerte tengo pa
tó” con una duración de dos horas, donde buscan seguir haciendo reír, que
falta nos hace.
La trama nos sitúa en el nuevo
apartamento al que ambos se han tenido que mudar por petición de Javier, debido
a las habladurías del vecindario de que Manolo y él, eran pareja de hecho, por
el excesivo amaneramiento de Manolo. Solo le pone una condición, que el nuevo
hogar tenga una decoración muy varonil, muy varonil… Muy varonil, pues ya con
los lunares del abanico que Manolo usa y el delantal, es suficiente para que la gente siga pensando
mal.
Si bien en la obra anterior, Manolo y
Javier, pasaban como compañeros de piso heterosexuales, la pluma tan exagerada
de Manolo, le delata. En realidad siempre le ha delatado y en esta historia,
donde los dos personajes siguen con sus roles de compañeros, aun más. Javier es quien trae
el dinero a casa y Manolo quien cuida del hogar, Manolo, entre otras muchas
cosas que tiene en su cabeza, piensa en la forma de decir a Javier que es gay.
De nuevo los clichés de la
heterosexualidad y homosexualidad, serán el detonante de los diálogos cargados
de humor, entre la ironía, la provocación pícara y el doble sentido. No
faltarán los momentos serios e incluso en aquellos que “discuten” por temas
determinados.
Manolo vuelve a estar brillante,
hablando como si no hubiese un mañana y dejando intervenir a Javier, casi en
los instantes que precisa para respirar. Un Javier resignado como compañero de
piso conociendo bien las luces y las sombras de su partner; aguantando
estoicamente las improvisaciones y con agilidad mental, para responderle;
aunque en ocasiones ni ellos mismos, pueden reprimir las risas. Sin la menor
duda, son el ying y el yang.
Mis felicitaciones por volver a
hacernos reír, nada más necesario en los tiempos que vivimos. Por esa
complicidad que ambos destiláis y que queda reflejada en el escenario y por seguir
manteniendo un humor sano y blanco, aunque algunos chascarrillos sean muy
populares.
Tras el paso fugaz por Madrid, la obra
continúa desde el 5 de Julio hasta el 22 de Septiembre en Málaga en el Teatro
de la ESAD, Escuela Superior de Arte Dramático.
El
primer fin de semana de Octubre en Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria,
concretamente en Vecindario.
Del
2 de octubre al 9 de octubre, viajarán a México para poner en pie la obra de
“Dos hombres solos, sin punto com… ni ná” con actores mexicanos.