La
novela de Willy Vlautin, Lean on Pete, está adaptada y dirigida por Andrew Haigh, quien logra un delicado equilibrio dramático, dejando al espectador
con el corazón en la mano.
Charlie (Charlie Plummer)
tiene 15 años, vive en Portland con su padre Ray (Travis Fimmel), separado y mujeriego. No ha visto a su madre desde
que era muy niño, cuando les abandonó a los dos. Un día Charlie conocerá a Del
(Steve Buscemi) quien posee caballos de carreras, entre los que se encuentra Lean on Pete. Desde el primer instante, el joven se sentirá muy unido al corcel.
Andrew Haigh, en su cuarto
largometraje, tras el gran éxito de público y crítica con “45 años”, nos
sumerge en un filme que destila tal sinceridad y naturalidad, que duele y te
rasga por dentro. Un magnífico drama con el que tocará temas como el amor, la
familia, el alcoholismo, la infidelidad, la pobreza, la soledad, la amistad, la
necesidad de sentirse querido…Todo en esa Norteamérica profunda, con la que ya
nos vamos familiarizando poco a poco en la gran pantalla, y en muchas ocasiones
sorprendiendo.
Desde los primeros fotogramas el espectador debe
afrontar una historia dura y profunda. Las aventuras y desdichas del
joven Charlie. Un viaje conmovedor y de aprendizaje
personal, de lucha incesante, de zancadillas constantes, de conversaciones con
su nuevo amigo Lean que servirán al espectador, para ir conociendo su propio pasado a través de
una historia triste en la cual Charlie pasa de la adolescencia a
una prematura madurez, forjada por los avatares del destino.
Un filme magníficamente fotografiado
casi en su totalidad en planos generales por Magnus Nordenhof Jønck, recreando la belleza de los paisajes
aún vírgenes por donde Charlie y Lean on Pete caminarán y formaran parte de ese
todo, de esa naturaleza viva que les protege, el uno al lado del otro, pues
como dice en un momento Charlie: “No sé montar a caballo y tampoco creo que él
esté destinado para ello” Porque para el quinceañero, Lean no es un animal, es
un amigo, un compañero de fatigas, alguien que le escucha en su peregrinar. En
realidad, es lo único que le queda y se aferra a él, como aliento de vida.
Sin duda estamos ante una de esas
obras tan angustiosa, que mientras la estamos contemplando, deseamos que
termine, porque nos asfixia, nos golpea, nos frena el deseo de conocer
anticipadamente el desenlace, rompe nuestros nervios, desespera en su lentitud
justa y necesaria, y respiramos entre lágrimas en un final que creemos haber vivido en nuestras
propias carnes, porque así lo ha “diseñado” su creador y su personaje principal
ha sabido ejecutar. Ese viaje entre el silencio, los sonidos de la naturaleza,
las vivencias experimentadas y el desgarro no gritado, pero no por falta de
sufrimiento. En parte, en nuestro subconsciente más consciente, hemos experimentado nuestro propio viaje.
Magníficas interpretaciones,
destacando a un conmovedor, sobrecogedor y creíble Charlie Plummer, apoyado por un excepcional elenco de actores
secundarios con los cuales irá compartiendo su éxodo personal en busca de su
tía, clara representación de la necesidad del abrazo, refugio y sentir ese amor
maternal que perdió en su más tierna infancia. El destino, como si se tratara de un juego
macabro, le irá ofreciendo pistas entre prueba y prueba, entre llamadas
telefónicas, de su actual paradero. Una meta largamente esperada.
Una obra bellamente filmada, con un
tempo que estremece y un final que te roba el alma.
Mi nota es: 8,5
ESTRENO en ESPAÑA: 18
de Mayo
REPARTO: Charlie
Plummer, Travis Fimmel, Steve Buscemi, Chloë Sevigny, Steve Zahn, Thomas Mann,
Amy Seimetz, Justin Rain, Frank Gallegos, Rachael Perrell Fosket, Dana
Millican, Chris Ihlenfeldt, Lewis Pullman, Julia Prud`homme, P.E. Ingraham, Bob
Olin
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Diamond Films
España.