EL MUNDO DE LA TELEVISION
Cuando conocí a Américo, Mery para los amigos, atravesaba una etapa dura en mi vida. Primero había regresado de Madrid con mis recientes estudios de “Diseñador de Moda” y el trabajo en mi ciudad resultaba complicado. Encontré un pequeño trabajo ayudando a unos amigos en un gimnasio y luego siendo canguro de su hijo. Con ese dinero podía sobrevivir. Un buen día, Américo nos reúne a 5 del equipo y nos dice que se va a montar una televisión seria en la ciudad: Vegavisión del Besaya. Que era un gran proyecto pero que los primeros meses resultarían duros: No cobraríamos ni un céntimo. Esa era la dureza del tema. No nos importó y dijimos que sí al proyecto. Yo al menos confiaba en Mery y además podría continuar con mis trabajillos.
Así empezó el proyecto y allí todos ayudamos a crear los decorados, poner las luces, insonorizar el local, etcétera.
El primer día de emisión, estábamos todos como niños pequeños. Fueron 4 horas, pero que intensas nos parecieron a todos. Como suele suceder en una televisión pequeña, todos hacen de todo, así que yo, cualquier cosa que me pedían, decía: sí.
Mi departamento era: continuidad y fui el jefe de dicho departamento y aunque ese sería siempre mi trabajo principal, realicé otras funciones: En el programa infantil: fui el guionista. En un programa juvenil: el productor y algunas veces guionista. En un programa de noche: Creación propia, fui el director y luego, realicé labores de cámara de interior y exterior.
Resultó toda una aventura. Entre los días que más recuerdo, fueron aquellos en que se emitía en directo: nuestro primer directo, las elecciones regionales y municipales. Mery nos reunió y nos propuso aquella maravillosa locura y aceptamos. Fueron casi 24 horas de emisión en directo. El estudio, los pasillos, los centros de emisión, continuidad, todo era un ir y venir. Los reporteros trayendo las noticias de forma automática, entrevistando en directo a políticos en el estudio y fuera del estudio. Acudiendo a las diferentes sedes y entre medias: películas, documentales, video-clips y un sin parar. Las cajas de pizzas se iban amontonando y las latas de refrescos. Los fumadores, fumábamos todos como locos e incluso algunas noticias que nos llegaban por fax, volaban literalmente por encima de la mesa donde se encontraba el presentador o presentadora en ese momento. Todas las reglas de entrar y salir del estudio, se vulneraron. Me explico, cuando se ponía el piloto rojo, nadie podía entrar en el estudio, pero aquel día, el piloto rojo estaba encendido a todas horas, por lo que entrábamos en silencio, dejábamos las noticias o las cintas con la grabación y salíamos. Una de las anécdotas que me sucedió a mí fue: llegó una noticia puntual, la recogí del fax, entré en el estudio y la presentadora en ese momento estaba en directo. Miré a Mery y en mi gesto vio que la noticia era muy importante. Con sus movimientos habituales me pidió que se la pasara a la presentadora con sumo cuidado. Tal fue muy cuidado que al final tropecé con un escalón y el papel voló por encima de la presentadora cayendo a la mesa. Lo recogió y comentó: Noticia de última hora… Y tan de última hora, llegó volando.