Hace 12 años, Luo
Hongwu (Huang Jue) tuvo que huir de
su ciudad natal, Kaili. Ahora, a su regreso, emprenderá la búsqueda de la mujer
a la que amó, Wan Qiwen (Tang Wei) y que no ha podido olvidar.
Un viaje entre
los recuerdos y el presente incierto en el que se encuentra, entre la realidad
y la fantasía de sus sueños, a los que se aferra aun recordándole un pasado
colmado de sombras, con las que debe convivir.
Largo viaje hacia la
noche, es sin la menor duda, uno de los filmes más complejos y difíciles de
clasificar, con los que me he encontrado en la gran pantalla. El cine oriental nos ha demostrado a lo largo de los tiempos,
ser poseedor de un lenguaje único con el que ha sabido subyugar a muchos
cinéfilos, en busca de nuevas experiencias a través de otras formas narrativas
y expresiones visuales y corporales. Algunos de esos maestros orientales, han
sabido combinar dicha estética junto a sus tradiciones, costumbres, problemas
psíquicos o su cultura social y política, asomándose a la ventana de
occidente, pero de momento, Bi Gan, en su segundo largometraje, está muy lejos
de ese propósito. Él se aferra a su
universo rodeándose y olvidándose de que más allá, existen otras fronteras
culturales y sociales. Un cine, de los que siempre hemos denominado de autor. AUTOR, con mayúsculas.
No es una crítica
negativa lo que acabo de exponer, sino todo lo contrario. Admiro a quienes son
fieles a sus principios y perseveran en ello, el problema es que lo que se desea
transmitir se quede en la superficie al no ser comprendido en su totalidad o en
parte, por el gran público, quedando su obra relegada a esos circuitos de salas pequeñas
para puristas del séptimo arte, que seguramente la estarán esperando como agua
de Mayo.
Largo viaje hacia la noche, es uno de esos
filmes que nos deja bloqueados en la
butaca. Una propuesta muy arriesgada, al menos para un público occidental,
viajando entre un aluvión de maravillosas imágenes y mundos que navegan entre las luces y
sombras, hasta llegar a hipnotizarnos con su estética y la espectacular fotografía, en la mirada de David
Chizallet y Hung-i Yao.
Una obra dividida en
dos partes, la primera narrando el regreso a Kaili del personaje, el comienzo de la búsqueda
de ese amor abandonado pero que no ha podido olvidar y sumergirse entre otras
subtramas relacionadas con los miedos, el vacío, el arrepentimiento e incluso
el infierno en el que él mismo está sumido, que no llega a cerrar al término de
la obra, dejando que la ensoñación, segunda parte de la película, se apodere de
nosotros en ese cine 3D, al que acude.
Cuando entra en esa
sala 3D y se pone las gafas, será el espectador el que al colocarse las suyas
propias, viajará en ese larguísimo plano secuencia, que seguramente habrá
entrado ya en el libro Guinness de los record, con una duración de casi 50
minutos. Sí, me habéis leído bien. Un impresionante plano secuencia, que
recuerda mucho al movimiento de personajes dentro de un gran video juego,
pasando por diferentes escenarios, entre subida y bajadas de escaleras, entre
callejuelas, interiores de casas e incluso llegando a una gran plaza, donde los
habitantes de ese mundo creado en su mente durante el sueño, están escuchando y
cantando en un karaoke ambulante. Él busca y nos sumerge en una experiencia
cinematográfica difícil de olvidar, envolviéndonos en una extraña atmósfera y
desafiando todo lo visto hasta la fecha.
Una experiencia
única para amantes del cine que quedarán exhaustos tras la proyección. Un filme que viaja al filo de la navaja.
Mi nota es: 8
Mi nota es: 8
ESTRENO en ESPAÑA: 14 de Junio
REPARTO: Huang Jue, Tang
Wei, Sylvia Chang, Meng Li, Chen Yongzhong, Lee Hong-Chi y Luo Feiyang.
PRODUCTORA: Huace Pictures// Zhejiang Huace Film &
TV// Dangmai Films.
DISTRIBUIDORA en
ESPAÑA: Surtsey Films