Una
obra dura, intensa, dramática… Razzia es
una coproducción entre Marruecos, Francia y Bélgica. Dirigida por Nabil Ayouch y guion compartido con Maryam Touzani.
Entre
la supervivencia en las agrestes montañas de Marruecos a la subsistencia en la
ciudad de Casablanca, partiendo de la vida de un maestro de escuela al que 30
años atrás le obligaron a cambiar su forma de educar e incluso, enseñar en
árabe y no en bereber, por ser considerado un dialecto; hasta llegar a las grandes
protestas en Casablanca en 2015.
Entre
flashback pasaremos de un periodo de tiempo a otro, con emblemáticos personajes
que representan a los ciudadanos marroquís.
“¿Qué
importa la fe si les arrebatáis los sueños?” Una historia que te atrapará por
su demoledora verdad, expuesta con total naturalidad y crudeza. Un filme donde
Nabil Ayouch aborda temas como el paro en la juventud, el aborto, la
prostitución, la homosexualidad tanto masculina como femenina, el rechazo a los
judíos, la ley de la herencia y la
igualdad entre sexos; la convivencia
entre las tradiciones y las ideas europeísta, la política, la religión o la
necesidad de abrir ventanas y puertas, para alejar las represiones machistas,
entre intensos contrastes como el encontrarnos a una joven viendo video clips musicales
actuales en televisión, a la vez que se prepara para realizar sus rezos, con la vestimenta autóctona.
Cruces
de vidas, cruces de destinos, comenzando con la del profesor que ama su profesión y
le obligan a aplicar una nueva ley de educación, negándose y con ello, teniendo
que abandonar su hogar y a su prometida, Yto, una mujer con un hijo pequeño de
nombre Llyas. Ambos, ofrecerán su voz en off, durante esta historia. Me quedo
con un fragmento que cita Yto en un momento determinado: “En mi rostro, grabé
mi batalla. Con sangre y carbón. En mi frente, el olivo, símbolo de fuerza. En
cada mejilla, el ojo de Dios. La estrella que nos guía en la noche” Y ya
sabréis el motivo del porqué.
Seremos
testigos del día a día de la pareja formada por Salima y Jawad, ella una mujer
con una visión de modernidad, él con un fuerte y arraigado machismo, herencia
de sus antepasados. Joe, judío y dueño
de un restaurante, cuidando de su padre enfermo, viviendo en soledad y desahogando sus penas con uno de sus
empleados, Llyas, quien sueña con una Casablanca sacada de la película de
Michael Curtiz y Hakim, un joven gay carpintero, fan del grupo Queen y miembro
de un grupo musical.
El
filme cuenta con una expresiva, poética y hasta metafórica fotografía a cargo
de Virginie Surdej, en dónde una vez
más, la imagen habla por sí sola, y a través de la cual Nabil Ayouch, ha sabido medir cada plano, cada encuadre, cada
escena, con suma precisión. No hay nada al azar, todo es necesario para que la
narración alcance el clímax absoluto, logrando un cierre conmovedor. Guillaume Poncelat, será el artífice
de envolver toda la obra con su magnífica partitura.
Al
reparto coral no se le puede pedir absolutamente nada. Cada personaje está
perfectamente retratado por los actores que los representan, con absoluta
credibilidad y verdad. Creo que con esa última palabra es como mejor se define
este filme: Verdad, y esa verdad, cala en el espectador.
Hay muchos instantes que quedan grabados, pero tal vez los tres que mejor definen y defienden lo que Ayouch desea transmitir están cuando Hakim canta “We are the champions”,
la gran escena final y el tema
del grupo musical marroquí, interpretando una potente canción protesta sobre todo lo que
está sucediendo en Casablanca, una ciudad, que como dice en la canción, que aun
estando siempre en movimiento, hay una fuerte tasa de paro, vidas y bolsillos
vacíos, intentando sonreír mientras se tragan las amargura y olvidan las
apenas. Ni los estudios, ni el saber idiomas sirven a la juventud, para labrarse
un futuro. Y me atrevo a rematar todo lo dicho con dos frases que navegan por el espacio durante el filme: ¡Qué importa el idioma, si les arrebatáis la voz! ¡Qué
importa el idioma, si las montañas se vuelven sordas!
Una
obra donde Nabil se apoya en la película Casablanca y el grupo Queen, como símbolos
emblemáticos o la poesía, para desgarrar más el alma.
Mi
nota es: 8
ESTRENO
en ESPAÑA: 4 de Enero
REPARTO: Maryam Touzani, Arieh Worthalter, Amine Ennaji, Abdelilah Rachid,
Dounia Binebine y Abdellah Didane.
PRODUCTORA: Unité de Production// Les films du nouveau monde// France 3 Cinéma//
Artemis Productions// Ali n´Productions
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Pirámide Films.