La coproducción entre Túnez, Francia, Bélgica, Alemania y Suecia, El hombre que vendió su piel, está dirigida y escrita por Kaouther Ben Hania. “¿Dónde queda el equilibrio entre la moral, la ética y lo correctamente político?”
Sam Ali (Yahya Mahayni) es un joven pasional que está enamorado de Abeer (Dea Liane). Durante un viaje en tren, Sam Ali se siente contrariado porque Abeer tiene que ver a otro hombre, para complacer a su madre, pero le confiesa que a quien ama es a él. Lleno de felicidad comparte su entusiasmo con todo el vagón gritando que quiere libertad y casarse con Abeer. Lo que comienza siendo una fiesta muda en desgracia al ser apresado por gritar en público que deseaba libertad. Consigue escapar gracias a un policía que es primo suyo y decide huir de Siria, cruzando la frontera libanesa.
Un año más tarde, en Beirut, conocerá a un artista contemporáneo muy importante, Jeffrey Godefroy (Koen De Bouw), quien le propone tatuar su espalda, convirtiéndola en una obra de arte. Sam aceptará, pues sabe que el dinero le acercará a su gran amor Abeer. De lo que no es consciente es que llevar en su espalda una obra de arte, conlleva grandes sacrificios.
La guionista y directora, Kaouther Ben Hania, estudió en la Escuela de Artes y del Cine (EDAC) en Túnez y antes de irse a París para ampliar su formación en la Escuela Oficial de Cine Le Fémis, primero en la Universidad de Verano y posteriormente en el curso 2004/05, realiza en su país varios cortometrajes destacando “La Brèche” 2005, “Moi, Ma Soeur et la Chose” 2006, “Yed Ellouh” 2013, “Sheikh`s Watermelons” 2017 y “I and the Stupid Boy” 2021. Ha realizado los documentales “Les Imams vont à l´école” 2010, “Le Challat de Tunis” 2013 y “Zaineb Takrahou Ethelj” 2016. En el largometraje de ficción ha dirigido “La bella y los perros” 2017 y este 2022 nos presenta “El hombre que vendió su piel” 2021.
El tatuaje de un visado Schenger sobre la espalda de un refugiado sirio, durante la guerra, es el telón de fondo de este filme y para aquellos que no sepáis en que consiste ese visado tan especial, os comento que se trata de un documento que emiten las autoridades a la parte interesada para así poder visitar o circular dentro y fuera del Espacio Schenger. Este espacio está compuesto por 26 países que han acordado la libre circulación de sus ciudadanos dentro de estos países, como si fueran uno solo. 22 de ellos forman parte de la UE y otros cuatro de la AELC. Existen algunas excepciones, como Reino Unido, Bulgaria, Chipre, Croacia, Rumania e Irlanda, que no están incluidos y por el contrario sí lo están, Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein. Los poseedores de dicha credencial, comparten la política de libre circulación.
El hombre que vendió su piel, nos ofrece una fábula, que no lo es tanto, pues Kaouther escribió este guion basándose en la obra que el artista Wim Delvoye, en 2008, vendió a un particular. Una creación tatuada sobre la espalda de Tim Steiner, bajo el título de TIM y que representa a una virgen con diversos motivos culturales. Esta obra se puede seguir viendo en el museo de Australia vía streaming, con total naturalidad y sin ningún pudor. ¿El hombre esclavo del arte?. Kaouther Ben Hania, no se limita a criticar el mundo del arte, que lo hace con una escrupulosa y elegante brillantez, a lo largo de la narración, sino que nos ofrece en su sutil e incisiva mirada, la lucha por la libertad, la familia y el amor; ante las situaciones más dolorosas, como las que provocan una guerra, que se ceba en los más vulnerables, viéndose obligados a escapar de las bombas y convertirse en refugiados en otros países. Un tema que desgraciadamente lo estamos padeciendo en la actualidad.
Un filme con instantes muy reveladores que nos llaman una vez más a la reflexión, desde la cómoda butaca de la sala del cine. Uno de esos momentos lo encontramos cuando Godefroy, se dirige a los periodistas durante la celebración de la venta de su obra humana, a un millonario, al escuchar algunas críticas: “Un bebé en la India cuesta 40 euros. Un vientre de alquiler en Tailandia 1.200 euros y ¿la cabeza de Bin Laden?... ¡25 millones de dólares! Yo no soy cínico, este mundo sí que lo es”. Atroz y realista manera de mostrar el valor que los acaudalados y los que ostentan el poder o lo ejercen, conceden al ser humano en la actualidad, pues no les importa el individuo como tal, sino lo que este posea. Kaouther retrata una sociedad viciada por la supremacía, la opulencia y la ambición totalmente deshumanizada y obnubilada, que ha olvidado los verdaderos valores, la familia, la integridad y el amor; los únicos tesoros de Sam, quien luchará por buscar la manera de salir de la pesadilla, que se le vendió como regalo.
La película cuestiona si todo tiene un precio, mientras entre sus fotogramas desfila la migración que en ocasiones deja atrás los fuertes lazos familiares, en busca de un nuevo lugar para asentarse. La esclavitud “consentida” en la época moderna, los prejuicios raciales, la fuerte crítica contra la guerra y el arte como protesta social, político y hasta económico. ¿Se puede vencer al sistema en el que estamos inmersos? La narración nos lo aclara a medida que se acerca el final, gracias al impecable trabajo de dirección, a la extraordinaria fotografía de Christopher Aoun, entre composiciones fascinantes jugando con los espejos, las luces, las cristaleras y los objetos inanimados, en perspectivas muy interesantes, que embellecen y dramatizan la historia. Por supuesto no me voy a olvidar a su personaje principal, magníficamente encarnado en Yahya Mahayni, encabezando el cuidado elenco actoral.
Mi nota es: 8,5
ESTRENO EN ESPAÑA: 8 de abril.
REPARTO: Yahya Mahayni, Koen De Bouw, Monica Bellucci, Dea Liane Husam Chadat, Rupert Wynne-James, Adrienne Mei Irving, Najoua Zouheir, , Saad Lostan, Nadim Cheikhrouha, Wim Delvoye, Montassar Alaya, Marc de Panda y Jan Dahdoh.
PRODUCTORA: Cinétéléfims// Tanit Films// Kwassa Films// Laika Film & Television// Twenty Twenty Vision Filmproduktion// ZDF/Arte.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Surtsey Films.