Mostrando entradas con la etiqueta JAVIER QUEVEDO (ESCRITOR). Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta JAVIER QUEVEDO (ESCRITOR). Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de marzo de 2013

ENTREVISTA A JAVIER QUEVEDO: ESCRITOR


Llevaba ya tiempo queriendo entrevistar al autor que hoy os presento. Tal vez, como suele suceder, en tantas ocasiones y por considerarlo más cercano, había ido dejando una y otra vez dicha entrevista. Pero ahora, que lanza su nueva novela, no voy a retrasar la oportunidad de que lo conozcáis. Él es: Javier Quevedo Puchal.
J.S. Javier, tocayo – sonrisa –, por fin te tengo frente a mí para poder entrevistarte y si alguna vez has leído mi blog y las entrevistas, sabrás que siempre comienzo con algunas preguntas personales. ¿Quién es Javier Quevedo?

J.Q. Supongo que una persona bastante sencilla, que por suerte necesita de bien poco para ser feliz. Creo que el mayor lujo es tener tiempo para dedicarlo a las cosas que de verdad te llenan: tu pareja, tu familia, tus amigos, tus cosas… Ni siquiera me considero uno de esos escritores que conciben la escritura como una necesidad vital. Escribo cuando el cuerpo me lo pide, aunque, eso sí, siempre procuro que lo que salga sea un producto que valga la pena leerse.

J.S. ¿Cómo ves nuestra sociedad y el entorno en el que te relacionas?

J.Q. Si por nuestra sociedad te refieres a la española, me temo que veo un país enfermo de muchos problemas endémicos. Me refiero a vicios heredados y complejos asumidos como naturales, probablemente desde hace siglos. Nada de lo que, por desgracia, está ocurriendo actualmente es una casualidad. Me temo que todos tenemos nuestra parte de culpa, en un grado u otro. Es un tema complejo, desde luego, y de difícil solución. Ni siquiera creo que vivamos para ver cómo la “mítica” España del Lazarillo se convierte en lo que me gustaría que fuera. Eso si llega a suceder alguna vez, claro está. Por suerte, procuro moverme en un entorno de gente sana, con la mente más o menos abierta y un espíritu crítico saludable, y eso siempre es un balón de oxígeno.

J.S. ¿Qué valor le das al amor y a la amistad en tu vida diaria?

J.Q. El amor es uno de los grandes valores que puede tener una persona, si lo sabe llevar de una forma sensata y enriquecedora. No tiene por qué ser necesariamente amor a su pareja: puede ser a sus padres, a sus amigos, a una mascota o incluso a sí mismo. Afortunadamente, me muevo en un círculo social donde se me quiere de verdad y a quienes yo quiero de forma saludable y adulta, desde mi pareja (con quien llevo ya casi seis años) hasta mis padres o mi hermano. Respecto a mis amigos, por suerte los verdaderos siguen ahí siempre, a las duras y a las maduras. Ello no significa que de vez en cuando no me encuentre con gente manipuladora y egoísta, que usa su supuesta amistad solo para fines que nada tienen que ver con la amistad. Pero, por suerte, son los menos y, a fin de cuentas, desaparecen como habían aparecido: rápido y casi sin darme cuenta.

J.S. La familia ¿Qué lugar ocupa en tu vida?

J.Q. Un lugar fundamental. Mis padres y mi hermano son las únicas personas que han estado ahí para mí toda la vida, incluso en los momentos más difíciles. Y no lo han estado con palabras huecas, sino con hechos llenos de significado. Aunque a veces se lo he puesto difícil, nunca han dejado de quererme y apoyarme. Y siguen haciéndolo, día a día. Conozco a otros gais que, lamentablemente, no han tenido esta suerte a nivel familiar ni por asomo. Además, ahora he ampliado la familia con mi pareja, un chico con quien desde luego no he tenido menos suerte.

J.S. Llevas publicando desde el año 2008. Novela de la que luego te haré alguna pregunta. ¿Has percibido la crisis en las ventas de tus novelas, o por el contrario tienes unos lectores que te siguen con asiduidad?

J.Q.Claro que he percibido la crisis en las ventas. De hecho, creo que quien dice no haberla percibido miente como un bellaco. El consumo en general ha bajado a unos niveles brutales y, desde luego, el sector literario no es ninguna excepción (y menos en un país donde, casi por tradición, se lee poco y mal). Si a ello sumamos que con Cuerpos descosidos di un giro casi de 180º, al salir del circuito LGTB, por así llamarlo, para saltar al del terror, donde nadie me conocía… Pues imagínate.

J.S. El E-Book ese personaje amado y odiado por partes iguales. Todos tenemos nuestra opinión al respecto, pero quiero saber la tuya y te formularé dos preguntas. ¿Crees que algún día el libro dejará de existir tal y como lo conocemos?

J.Q. Me cuesta imaginar que el libro de papel deje de existir alguna vez, dado que es un objeto que ha sobrevivido al paso de los siglos y a muy diversas épocas. Pero, por mucho que me cueste imaginarlo, me temo que es bastante probable que algún día deje de existir. De igual modo que el Super-8 desapareció para dar paso al VHS, el VHS desapareció para dar paso al DVD, el DVD probablemente desaparezca para dar paso al BluRay… Estamos en una época de locura tecnológica, donde todo está absurdamente obsoleto de un año para otro. Y, seguramente, con el libro tradicional también ocurra eso algún día, aunque no me cabe duda de que pasará muchísimo tiempo y quizá nosotros ni lleguemos a verlo. Eso si el mundo no se ha ido al garete antes, claro, que esa es otra.

J.S. La piratería afecta también a los escritores. Hablando con amigos sobre el tema del E-Book siempre llegamos a una conclusión. Los músicos no sólo viven de los discos que lanzan al mercado, sino de sus conciertos, galas, actuaciones en TV, etc. En el mundo del Cine, la piratería afecta, pero las películas en una o menor medida, están subvencionadas o tienen una vida determinada en las grandes salas. Pero los escritores sólo perciben el porcentaje por las ventas. ¿Crees que debería buscarse una solución para que no puedan ser pirateados los libros?

J.Q. Lo primero que debería hacerse (y lo más complicado, seguramente) es ayudar a cambiar la mentalidad de la gente. Es decir, conseguir que la cultura española (y ya hablo de literatura, cine, teatro, música, pintura…) se vea de entrada no como una pérdida de tiempo y dinero, sino como un bien común que nos enriquece y por el que merece la pena pagar tanto como por comprar un kilo de patatas en el súper. Pero pagar un precio justo para todos, claro, que es algo que me consta que en estos momentos no siempre se está dando (y eso sería otro tema de debate no menos peliagudo). El gran problema es que en España casi nadie, quizá empezando por nosotros mismos, percibe realmente los trabajos artísticos como trabajos, sino como un hobby que el artista debería conformarse con mantener desempeñando paralelamente un trabajo “serio y de provecho” (ya sea en una oficina o en una cadena de montaje). Tengo la impresión de que a los artistas españoles se nos suele ver como a una panda de vagos extravagantes que no dan un palo al agua y a quienes, en el mejor de los casos, se nos hace un favor pirateando nuestras patéticas obras, que de otro modo nadie querría leer/ver/escuchar. Me parece que es una actitud como mínimo injusta: lo nuestro es un trabajo como cualquier otro, con sus horas de curro (que no son pocas, como bien sabes) y que, si se hace como debería, da como resultado un producto de calidad. Un producto que puede entretener, conmover, inquietar, enriquecer a nivel humano… o todo al mismo tiempo, que es lo que yo pretendo con mis libros. Un producto, en todo caso, por el que debería merecer la pena pagar, al igual que pagas por una caja de leche para el desayuno, unas cervezas en fin de semana o una entrada para ver a tu equipo de fútbol. Pero, insisto, pagar un precio justo para todos.

J.S. Entremos en materia literaria. En 2008 te presentas como escritor con tu primera novela: “El tercer deseo” con la Editorial Odisea. Se dice que cuando un escritor crea su primera obra, siempre busca referentes personales o acontecimientos que le han sucedido para el desarrollo de la historia. ¿Sucedió esto contigo?

J.Q. Totalmente. De hecho, suelo decir que un 70% de lo que ocurre en esta novela es autobiográfico. Usé El tercer deseo como vía de escape, una especie de saco de boxeo donde desfogarme exteriorizando muchas cosas que me pasaban por dentro y no sabía expresar de otro modo. Rabia, tristeza, anhelos… También la usé, claro está, como escaparate para mostrarme a mí mismo con poco pudor y mucha valentía. Siempre digo que empecé a escribir para que la gente me quisiera. O al menos, para que me quisiera mejor. Y justo eso creo que ocurrió. Sobre todo, con mi gente, que gracias a esta novela me conoció como nunca antes.

J.S. ¿Cuál es el tercer deseo de Quevedo?

J.Q. Que el genio de la lámpara me conceda otros tres deseos, naturalmente.

J.S. ¿El amor se puede volver en contra, cuando ese amor se convierte en obsesión?

J.Q. Cualquier cosa se puede volver en tu contra cuando la conviertes en una obsesión. Soy de los que creen en la “dorada medianía” de la que hablaban los romanos.

J.S. En el 2009 te descubro como escritor, ya que hasta esa fecha, nada conocía de la literatura, considerada LGTB. No soy dado a las etiquetas. Y será con motivo de tu nueva novela: Todas las maldiciones del mundo, también bajo la Editorial Odisea. Nominada a los premios NG y a los premios Shangay ¿Consideras que las nominaciones y los premios, son importantes para una mayor proyección de la obra?

J.Q. A nivel popular, mucho me temo que no tienen demasiada importancia. Sí hay gente que quizá se quede con tu nombre cuando te ve en una publicación nominado o premiado, pero tengo la impresión de que son una minoría muy menor. Normalmente, a la gente solo le impresionan más o menos algunos premios literarios muy específicos, como el Planeta, y más por lo mediáticos que son que por su supuesto prestigio. Porque les suenan, vaya, y los tienen muy interiorizados como una cumbre cultural. En una sociedad tan mediática y moralmente pobre como la nuestra, los premios son lo de menos: la auténtica proyección es salir en Sálvame Deluxe montándole un pollo a Belén Esteban, me temo.
 
J.S. En la contraportada de “Todas las maldiciones del mundo” figura una pregunta  que reza así “¿Qué harías si te ofrecieran la posibilidad de borrar tu pasado? Y continúa. “Olvidar para siempre aquellas experiencias de las que te arrepientes” ¿Borrarías algo de tu pasado por arrepentimiento?

J.Q. Muchas cosas. No soy lo bastante egocéntrico como para decir que no me arrepiento de nada. Por supuesto, todo lo que haces te forma como persona, de un modo u otro, pero algunas cosas me las habría podido ahorrar y ahora sería el mismo. O incluso mejor.

J.S. En el 2010 publicas la antología de nanorrelatos Abominatio. ¿Qué te atrajo de esta disciplina literaria?

J.Q. A priori, me atrajo quien me propuso el proyecto, Santiago Eximeno, que es uno de los grandes nombres del género de terror español. Ya luego me picó la curiosidad esto de los microgéneros, que es algo que jamás había cultivado, así que me lo tomé como un reto. De hecho, un reto que acabó siendo bastante más exigente de lo que sospeché en un principio.

J.S. Sobre tu tendencia a sumergirte en las entrañas del ser humano. Profundizar en los miedos, soledades… Se comienza a vislumbrar en tus dos primeras obras y en los nanorrelatos, pero será la temática del terror, un terror sicológico el que te llevará a tu siguiente novela: Cuerpos descosidos con la Editorial NGCficción (2011) y con la que ganas el premio Nocte, a la mejor novela de terror. ¿Quiénes consideras que tienen sus cuerpos descosidos? Y ¿Qué supuso el ganar dicho premio?
J.Q. En la novela, los “cuerpos descosidos” no son sino una materialización externa de las “almas descosidas”. Es decir, la somatización de todo aquello que nos tortura, que nos rompe por dentro y por fuera, que nos vuelve un poco más humanos a nuestro pesar. En mayor o menor medida, considero que todos tenemos el alma “descosida”. Muy zen hay que ser para no tenerla. Respecto al Premio Nocte, desde luego fue un inmenso honor recibirlo. Sé que esto parece contradecir lo que he comentado antes sobre mi desconfianza hacia los premios en general, pero en este caso fue distinto. Sobre todo, porque no es el típico premio que te concede una editorial donde ya publicas, ni un premio en base a un cómputo de amigos y conocidos que te han votado masivamente online para que ganes. Resumiendo: no es una jugada premeditada y alevosa y, por tanto, no es ningún engaño. El Nocte es un premio que te conceden tus propios colegas, la gente que se dedica a lo mismo que tú. Y, en ese sentido, quizá no sea infalible, pero presenta una objetividad y un espíritu crítico incuestionables. Por eso me honra tanto: porque sé que no me lo han “regalado”, por así decirlo. Además, aquel mismo año competían novelas de autores tan extraordinarios como Ismael Martínez Biurrun, Emilio Bueso o Víctor Conde. La competencia fue muy dura, doy fe.

J.S. Desde este mismo año y tras el premio obtenido, te conviertes en miembro de Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror. ¿Qué te aporta, personalmente, el formar parte de dicha asociación?

J.Q. En realidad, ya formaba parte de Nocte antes del premio. Estar en dicha asociación me aporta estar en contacto directo prácticamente a diario con otros escritores de terror, que comparten contigo sueños, consejos, inquietudes y debates. He aprendido mucho de casi todos, pues suelen tener un espíritu crítico muy marcado y jamás regalan piropos a nadie. Además, en un país como el nuestro, donde el género de terror está generalmente tan denostado y mal visto, creo que es necesaria una asociación como esta, que lo dignifique.
 
J.S. En la contraportada de “Cuerpos descosidos” dice: “Un viaje al lado más siniestro de la naturaleza humana. Un paseo por la anatomía de aquello que llamamos culpa. El cabaret de los pecados”. Encadenarnos a nuestros, supuestos errores, ¿nos limita a ejercer con libertad lo que nuestro verdadero ser busca con ansiedad explorar?

J.Q. A mí me parece que, siempre y cuando no nos obsesionemos con el tema, ser conscientes de nuestros errores puede ayudarnos a no repetirlos. El problema está en cuando consideramos que jamás metemos la pata, como le pasa a mucha gente.
Una actitud tan poco crítica se traduce en repetir una y otra vez el mismo error… o incluso en agravarlo.

J.S. Sin duda en el tema del pecado y de la culpa, los grandes manipuladores de esta sociedad ha sido la Iglesia. ¿Qué concepto tienes de la misma?

 J.Q. Como institución, creo que debería renovarse o morir. No me cabe duda de que hay mucha gente en el seno de la Iglesia que hace las cosas muy bien, pero me da que lo hacen más a título personal y casi a contracorriente. No puede ser que una institución que debería caracterizarse por su piedad, generosidad y buen entendimiento se caracterice por todo lo contrario: el odio, la avaricia y la incomprensión que en general destilan sus altos mandatarios, que además viven en la más absoluta opulencia mientras medio mundo se muere de hambre. Pero, bueno, está claro que la Iglesia es desde hace muchos siglos un poder más, al igual que el poder político. Y, como tal, entiendo que aspira a mantener sus privilegios el máximo tiempo posible. Sea a costa de lo que sea.

J.S. Antes de entrar con la última novela que has publicado recientemente, me gustaría preguntarte sobre tú blog: Walpurgisnacht, dedicado al terror. En dicha página haces referencia a las novedades literarias y cinematográficas del género. Desde tu punto de vista. ¿Cómo ha evolucionado el terror en la última década?

J.Q. Ha habido muchas corrientes, desde luego. En cine, hemos vivido desde el auge del terror asiático hasta el renacer de clásicos gracias a remakes que incluso lograban mejorar el original, pasando naturalmente por el nuevo cine de terror francés, que se caracteriza por su fisicidad y crudeza. También el cine de terror español ha vivido una época dorada, con figuras como Jaume Balagueró o Alejandro Amenábar y películas como El orfanato o Los ojos de Julia. Respecto a la literatura, creo que cada vez se tiende más a la mezcla de géneros. Ahí está el futuro y, desde luego, es la senda que he seguido hasta ahora.
J.S. En la Casa del libro de la calle Fuencarral, el próximo día 22 de marzo a las 19:30 horas. Se presentará “Lo que sueñan los insectos” tú última obra. En la misma estará presente Ángel Luis Sucasas, director de ScifiWorld, que además es el autor del prólogo. ¿Qué supone para ti la intervención de Ángel, tanto en el prólogo como en la presentación?

J.Q. Supe con certeza que él tenía que escribirme el prólogo no solo porque es un buen amigo, sino sobre todo porque es un crítico excepcional. Ángel tiene un don especial para radiografiar las cosas, posee un ojo clínico que siempre sabe ver con toda precisión los puntos flacos y fuertes de todo lo que lee y ve. El caso de mi novela no fue distinto. De hecho, él leyó el primer borrador y supo ver muy bien lo que funcionaba y lo que no. Sucasas jamás regala piropos gratuitos. Con el manuscrito final también me sorprendió, porque tuvo la suficiente claridad de mente para detectar no solo los temas e influencias más evidentes, sino incluso aquellos que no saltaban tanto a la vista, pero de los que yo era perfectamente consciente. Es un lujo tenerlo en el libro, la verdad.

J.S. “Lo que sueñan los insectos” está publicada con la  nueva editorial,  Punto en boca. ¿Por qué confiaste en dicha editorial?

J.Q. Ya conocía la otra editorial de Diego, Stonewall, y me pareció que sus libros tenían un acabado muy bueno. Además, desde los primeros e-mails, siempre se mostró absolutamente receptivo, y eso me animó mucho. Me sentía “querido”, por así decirlo, lo cual no es una sensación muy habitual en el mundo editorial. Creo que fue su excelente trato lo que me decidió. Eso y su absoluta confianza en mí y en mi novela, que me dejó sin palabras. Es un tío muy generoso.

J.S. ¿Qué se va a encontrar el lector en “Lo que sueñan los insectos?

J.Q. Mi principal objetivo con esta novela es entretener de forma inteligente y con mis toques personales. Enganchar al lector y llevarlo en un viaje emocional inquietante repleto de personajes inolvidables hasta un final que, a buen seguro, no olvidarán. Ofrecer una historia que tiene mucho de novela negra, suspense y terror, pero además, todo ello aderezado con unas gotas de humor y drama que conmuevan y eleven el conjunto. La fórmula no es muy distinta a la de Cuerpos descosidos, si bien esta vez creo que la lectura es más accesible. En fin, soy consciente de que persigo un objetivo ambicioso, pero yo diría que lo cumplo con creces. El lector no se arrepentirá, estoy seguro. Le costará cerrar el libro.

J.S. Y para terminar, como hago al comienzo, una pregunta que siempre realizo a los entrevistados. ¿Qué te gustaría que te hubiera preguntado y no he hecho?

J.Q. Tal vez de cuál de mis obras estoy más orgulloso. Y te diría que me debato entre Cuerpos descosidos y Lo que sueñan los insectos. Forman un buen binomio, con no pocos puntos en común y, a la vez, con muchos puntos diferentes.

Además de todo lo comentado, Javier ha sido finalista de los premios Vórtice de Terror y Fantasía o Cryptshow Festival de Terror, Fantasía y Ciencia Ficción.
Como siempre es un placer conversar contigo. Espero y deseo, que tu nueva novela, tenga el éxito que te mereces.

J.Q. Lo mismo digo – sonrisa.
Normalmente a la semana siguiente de una entrevista a un escritor, publico la reseña de su última novela. Por una vez cambiaré el sistema. Primero porque aún no la he terminado de leer y segundo, porque entra la Semana Santa y tengo a un entrevistado muy especial de temática: Sacro- Religiosa, como pintor.