Hoy os vengo hablar
de una obra de teatro que ya de entrada os digo a todos que es imprescindible
no perdérsela. Estoy hablando de: JUANA”la
loca” La reina que no quiso reinar de Jesús Carazo e interpretada
por Gema Matarranz en un espléndido y brillante monólogo acompañada de Enrique
Torres, en el papel de fraile.
La
escenografía nos sitúa en una de las estancias del convento donde yacía Felipe
el Hermoso y donde cuentan las crónicas que sus carceleros la permitían
deambular. Estancia en la cual también nos encontramos con el féretro de su
madre, la Reina Isabel la Católica. Una ambientación que en el momento que las
luces eléctricas dan paso a las velas que rodean todo el escenario, provoca el
recogimiento y el silencio más absoluto, para abstraerse en una de las noches
de reclusión de Juana.
Un
monje (Enrique Torres) aparece en escena y tras él, a los pocos segundos, lo
hace Juana la loca (Gema Matarranz) llamando a su hija Catalina, la cual
también ha muerto. A partir de ese instante Juana atrapa al espectador en la
tela de araña de la historia, donde alabará y reprochará por igual tanto a su
madre Isabel, como a su amado esposo Felipe, el no haberla comprendido, dejando
para el final a su padre Fernando, al que culpa de su confinamiento por
considerarla loca, cuando su única locura fue anteponer el ser mujer ante de
ser reina, y defender el amor por encima del poder.
Una
interpretación soberbia, magistral, llena de matices en las expresiones de sus lamentos,
reproches, soledad y recuerdos que Juana la loca aprovecha para apoderarse del
cuerpo de Gema Matarranz, y así hacerse presente ante los espectadores a los
que narrará y criticará la historia que la tocó vivir, de los entresijos de
estado, de los matrimonios de conveniencia para ocupar los principales tronos
de Europa a través de sus hijos. Será crítica con quienes la obligaron a ser
quien no quería ser, pero a la vez crítica consigo misma por no haber asumido
las imposiciones que como reina debió haber cumplido, dejando los sentimientos
apartados, pero…
El olor de las velas se impregna
en la sala y los personajes desaparecerán de escena con la misma sutileza, que
aparecieron.
Nada
falla en la obra, todo está en armonía absoluta y perfecta, que por momentos crees estar en esa estancia
de reclusión en pleno siglo XVI.
La
obra obtuvo en el año 2013 el premio a la mejor actriz en I Premios del Teatro
Andaluz (Asociación de las Artes Escénicas de Andalucía)
Como
dije al principio de esta reseña – crítica, una obra IMPRESCINDIBLE para los
amantes del teatro y de la historia. Una obra clásica y a la vez moderna, pues
el personaje de Juana te hace reflexionar sobre los valores humanos, por encima
de la ambición.
Felicidades
de nuevo a la Sala Off del Teatro Lara
por este espacio escénico tan adecuado y acogedor.
La
obra está producida por Histrión Teatro
Para
próximas representaciones de esta función u otras obras consultar la página
oficial http://www.teatrolara.com/sala-off/