La
quietud en la tormenta, está dirigida por Alberto Gastesi, compartiendo guion con
Alex Merino. “Siempre se vive con
ansiedad. Siempre que el horizonte del mundo caiga en el mundo”
Daniel (Iñigo Gastesi) trabaja en el puerto y
Lara (Loreto Mauleón) toca el
violonchelo en el conservatorio, se conocerán bajo una tormenta, pero no se
dicen nada, solo se miran. Un día, mientras Lara camina con su violonchelo a la
espalda, Daniel se acerca con su moto y se ofrece a llevarla a la residencia de
estudiantes. Ambos quedan para verse en otra ocasión. En el nuevo encuentro
descubriremos que Lara tiene a su madre ingresada en una residencia, enferma de
Alzheimer y que el padre de Daniel, les abandonó a su madre y a él, para irse a
vivir con otra mujer.
Pasado un tiempo nos
encontramos con Lara regresando a San Sebastián acompañada de Telmo
(Aitor Beltrán), con la intención de
establecerse en la ciudad. Acuden a una inmobiliaria, en la que trabaja Daniel
junto a su madre, para adquirir un piso para vivir. Lara y Daniel se encuentran
cara a cara, sin saber que decirse.
El guionista y
director, Albeto Gastesi, con tan
solo 13 años dirigió y montó su primer cortometraje con la cámara Hi8 de su
abuelo y se matriculó en la Escuela de Cine, para adolescentes, de Larrotxene
en San Sebastián, dirigida por la guionista Isabel Alba. Su trayectoria ha
estado marcada por el cortometraje con los que ha ganado premios tanto
nacionales como internacionales. Entre sus cortos nos encontramos con “Istmo”
2011, “Ekaitza” 2012, “Ahaztutako denboraren mapa” 2013, “Alejandra” 2014,
“Miroirs” 2016, “Cactus” 2018 y “Las vacaciones” 2020. Los videoclips “Pablo
López: El mundo” 2015 o “Malú: Encadenada a ti” 2016. Ha trabajado en
publicidad y junto a Alex Merino escribe guiones de ficción. Su debut en el
largometraje llega ahora con “La quietud en la tormenta” 2023.
Parece existir una
tendencia clara, en las nuevas generaciones de realizadores y realizadoras al
menos en sus óperas primas, de la necesidad de contar historias cercanas y
dramáticas en torno a sus experiencias, inquietudes o las relacionadas con los
miedos y reservas sobre las relaciones personales como la maternidad a una
temprana edad, la rebeldía en el deseo de derribar muros establecidos, los
traumas no superados en la infancia, los amores correspondidos o fallidos, los
fantasmas producto de las familias separadas, el miedo a la soledad o al
rechazo, el enfrentarse cara a cara con la vida tras abandonar la zona de
confort en nido familiar y un largo etcétera.
Gastesi, en su ópera
prima en el largometraje, tras una amplia trayectoria en el corto y el
videoclip, nos ofrece una obra rodada en un impoluto blanco y negro y en
formato cuatro tercios, buscando captar la intimidad de los personajes y su
entorno más próximo, con el deseo de involucrar al espectador en una historia
de amor y desamor, de acercamientos y lejanía, de encuentros y desencuentros o de
lo que puso ser y no fue, entre conversaciones de miradas y silencios incómodos
y dolorosos que rodean a la pareja protagonista, tomando como vínculo la
tormenta, que en el norte de nuestro país, siempre se antoja más salvaje, como
el propio mar cantábrico.
El guion cuenta con
algunas lagunas que pueden llevar a la confusión al espectador entre el pasado
y el presente de los dos personajes principales y algunas escenas que parecen
no tener mucho sentido, no sé si de forma deliberada o no, pero lo que sí me provocó
es sacarme de la historia y desconectar totalmente hasta el punto de dejarme de
interesar lo que estaba sucediendo, por una parte por lo ya expuesto y de la
otra, porque situaciones similares ya las hemos visto e incluso vivido, desde
diversas perspectivas, no solo en la gran pantalla, con mayor acierto, sino en
la vida real.
Esta modesta película ha tomado como escenario principal la siempre bella ciudad de San Sebastián, en donde cabe destacar la labor en la dirección de fotografía de Esteban Ramos, quien ha retratado con elegancia y detalle cada espacio natural, como la playa de La Concha, en la que los personajes coinciden ante la presencia de una ballena varada, tal vez como recuerdo a la que en el año 2012 apareció y murió en dicho lugar.
Debo reconocer que la película me provocó sopor en la manera en que está narrada la historia y quietud ante las bellas estampas en blanco y negro, además de los sonidos, que como cántabro que soy, el estruendo de las tormentas lejos de causarme temor y el tintinear de la lluvia sobre los cristales, los paraguas o el suelo; siempre me han relajado, abrigándome de nostalgia y motivando para escribir o leer. Por lo que en resumen, lo mejor de la película sin duda alguna son la fotografía, la banda sonora en la partitura de Iñaki Carcavilla y los sonidos innatos la naturaleza.
Mi nota es: 5
ESTRENO EN ESPAÑA: 12
de mayo.
REPARTO: Loreto
Mauleón, Aitor Beltrán, Vera Milán e Iñigo Gastesi
PRODUCTORA: Vidania
Films
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Vidania Films.