Sin
Filtro está dirigida por Eric Lavaine, con guion compartido con Barbara
Halary-Lafond y Bruno Lavaine.
Beatrice Mazuret (Alexandra Lamy) está casada con Frédéric Mazuret (José García) y tienen tres hijos. Un día, Frédéric sufre un accidente de moto, quedando en estado de coma profundo durante largo tiempo. Despertará ciego y con un grave déficit congnitivo. Beatriz escribirá un libro sobre los cinco años desde el lamentable accidente, hasta la actualidad.
Organiza una firma de libros con amigos y algunos familiares en Biarritz, invitándoles a un fin de semana en una casa cerca del mar, además, aprovecharán para celebrar el cumpleaños de su marido y el de ella. En esos días, todos leerán el libro que ha escrito Beatriz, sabiendo que aparecen en sus páginas, con nombres inventados. Las reacciones que provoca en cada uno de ellos, será el desencadenante de la historia.
Beatrice Mazuret (Alexandra Lamy) está casada con Frédéric Mazuret (José García) y tienen tres hijos. Un día, Frédéric sufre un accidente de moto, quedando en estado de coma profundo durante largo tiempo. Despertará ciego y con un grave déficit congnitivo. Beatriz escribirá un libro sobre los cinco años desde el lamentable accidente, hasta la actualidad.
Organiza una firma de libros con amigos y algunos familiares en Biarritz, invitándoles a un fin de semana en una casa cerca del mar, además, aprovecharán para celebrar el cumpleaños de su marido y el de ella. En esos días, todos leerán el libro que ha escrito Beatriz, sabiendo que aparecen en sus páginas, con nombres inventados. Las reacciones que provoca en cada uno de ellos, será el desencadenante de la historia.
Sin filtro, está basado en la autobiografía de Barbara Halary-Lafond, amiga del director y como el propio título indica, no solo el personaje principal, no poseerá ningún filtro a la hora de hablar y comportarse, debido a la enfermedad que le provocó el accidente, sino que esa falta de tacto se irá “contagiando”, entre el grupo.
El guionista y
director francés, Éric Lavaine, comenzó su carrera en 1988 en la televisión,
concretamente en Canal+, como guionista del programa de parodias “The Guignols
of the Info”, continuando con series como “H” 1997/2000 o “Faut-il?” 2002. Su
ópera prima, para la gran pantalla, la filmará en 2006 “Poltergay” a la que seguirán: “Incognito” 2009,
“Protéger et servir” 2010, “Bienvenue à bord” 2011, “Barbacoa de amigos” 2014,
“Vuelta a casa de mi madre” 2016 e “Historia de una indecisa” 2017. Un director
especializado en la comedia, la familia y el género romántico, hasta llegar a la que nos
ocupa en esta reseña.
Sin filtro es una comedia amable, que nos hace cuestionarnos algunos temas. ¿Qué sucedería si en un momento determinado, no pudiéramos controlar lo que decimos y nuestro comportamiento ante los demás? ¿Cómo afectaría a las personas que nos rodean? o ¿Cómo nos sentiríamos siendo personajes de una novela?. Este juego de malentendidos, de reproches, de sentir violada la intimidad, de verse infravalorados a lo que algunos se creen y mucho más, no es otra cosa que el reflejo de nuestra propia sociedad y lo deshumanizada que se ha vuelto. No importa la historia de dolor de esa mujer, que durante cinco años ha luchado para sacar adelante a su marido y a sus hijos, o la desgracia en la que ha caído Frédéric, comportándose como un niño, con memoria de pez y feliz cuando tiene comida entre sus manos o rabioso, cuando no se la dan; tras regresar del coma.
Un interesante reparto coral, que como piezas de ajedrez, cada uno sabe cuál es su puesto y hasta donde intervenir. Interpretaciones correctas gracias a la cuidada dirección actoral por parte de Lavaine. Destacar a Alexandra Lamy, en el papel de esa mujer coraje, luchadora,
silenciosa, soñadora... Una mujer entregada, intentando sacar una sonrisa de la adversidad, mientras lucha contra la burocracia, para poder
conseguir una pensión digna para su marido. Buscando unos brazos que la ayuden a no caer y haciéndola sentir viva. José
García, en un personaje irreverente, grotesco en algunos instantes y
canalla en otros, con esa sonrisa maliciosa que esboza cuando ha conseguido su objetivo,
casi siempre, comida.
Un filme costumbrista y
teatralizado, a lo que ya nos estamos acostumbrando en los últimos años, a través de
muchas obras que nos llegan de nuestro país vecino. Una comedia “astuta” y
por la que desfila cierta crueldad, logrando la respuesta en el espectador, ante
algunas posturas de los personajes. Nos reímos por la forma en que se presenta, pero
a la vez nos incomoda, al sopesarlo. Lo que sí se agradece de estos personajes, es la falta de tacto, de filtro, pues el ser correctamente político, está sobrevalorado. REPARTO: Alexandra Lamy, José García, Michaël Youn, Anne Marivin, Michel Vuillermoz, Medi Sadoun, Olivia Côte, Guillaume Briat, Christophe Canard, Jean François Cayrey, Ludivine de Chasteney, Pierre Ewudu, Anne Girouard, Sandra Rosinsky, Nuno Lopes, Guilaine Londez, Joséphine Drai, Lauréna Thellier, Benoît Allemane, Stana Roumillac, Jean-Baptiste Blanc, Jeff Bigot, Laurène Doval, Stéphane Bonnet, Simon Royer e Isabelle de Hertogh.
PRODUCTORA: Same
Player.
DISTRIBUIDORA en
ESPAÑA: Selecta Visión.