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viernes, 19 de mayo de 2017

ENTREVISTA A: ISRAEL MENDOZA TORRES: ESCRITOR, PERIODISTA, COMUNICADOR


Israel Mendoza Torres, se licenció en “Ciencias de la Comunicación” por la Universidad de Ecatepec, S.C. y Obtuvo además el Certificado Técnico en “Informática-Administrativa” en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de México.
J.S.- Israel, antes de profundizar un poco en tu mundo cultural, me gustaría hacerte algunas preguntas personales. ¿Cómo era Israel de niño?

I.M.- Muy estudioso. Aunque arraigado en su casa debido a que padecía asma, -desde los 4 años hasta casi terminar la escuela secundaria, ya en adolescente- por lo tanto, me era imposible salir a jugar como cualquier otro niño de mi edad. A los ocho años de edad comencé a escribir mis vivencias en, lo que yo creía, eran poemas. Jugaba con las hormigas; les hacía casitas con el material que pudiera. Reía mucho. Tenía una risa muy peculiar. Escuchaba el programa de radio “la tremenda corte” y eso me divertía mucho. Leía los libros que había en casa.

J.S.- Como todos los niños, soñamos que ser de mayores. ¿Cuáles eran esos sueños?

I.M.- Soñaba ser médico. Justo, como te comentaba anteriormente, era un niño enfermizo. Entonces, pasaba casi todo el tiempo en hospitales. Los médicos me regalaban papelería para que en casa jugara a que era médico. Tenía la plena convicción de querer ayudar a los demás niños si era médico pediatra. Con el paso del tiempo descubrí mi nerviosísimo hacia la sangre, a que me inyectaran, a ver agujas y comprendí que, por más que quisiera ayudarlos, no podría de esa manera.

J.S.- Familia, amistad, amor. Tres palabras que suelen surgir en mis entrevistas. ¿En qué orden las clasificarías de más importante a menos y por qué?

I.M.- Familia. Porque tengo la mejor familia del mundo. Sé que todo mundo lo dice. Pero es real. Ellos han sido la raíz de lo que soy hoy por hoy. Sobre todo, mis padres. Amistad. Porque al paso de los años, he formado una enorme familia por elección con grandes y valiosos amigos como Alejandro, Margarita, Hanzel, Sergio Manuel, Yanelli… a quienes atesoro con enorme arraigo.
Amor. Porque, como bien reza el dicho “amores van y amores vienen”. Vivo el momento. La felicidad y el amor está plasmado en pequeñas dosis dentro de nuestro andar por esta vida.

J.S.-  ¿Qué es lo que más te inquieta de la sociedad que vivimos?

I.M.- La doble moral. La falta de respeto. La desigualdad.
Estamos viviendo una actualidad en donde se genera un conflicto único y exclusivamente por estupideces. Se pide respeto para lo que unos piensan, pero no se otorga lo mismo para los demás. Hemos construido un sistema social donde, como autómatas, vivimos bajo el estado de la moda o lo trendy, y si no entras en ese condominio impuesto, eres excluido. Es preferible celebrar cuando alguien gana una guerra, un conflicto, que celebrar un acto de amor.  Me inquieta que ese mundo tan descompuesto lo estamos dejando en herencia a las nuevas generaciones. Y esas generaciones prefieren hacer oídos sordos a toda esa situación sin saber que eso les afecta directamente.

J.S.- ¿Piensas que la cultura está poco valorada?

I.M.- Le hemos dado mayor profundidad en valor a situaciones fugaces. Es preferible sentarse en familia o en pareja, en una tarde de domingo, o en los momentos en los que pueden reunirse, y en cambio, todos pegados al móvil. Ya no existen las pláticas sobre alguna exposición que haya impactado tanto en un museo o del libro que acabas de leer. No son todos, pero sí una enorme generalidad. Sin embargo, el gusto por los museos, por la lectura, por el cine, el teatro; es más por obligación o para tomarse la selfie, que para reflexionar. Súmale que la apuesta hacia verdaderos proyectos culturales, es muy poca.

J.S.- Entramos poco a poco en materia. Estudias área de Técnico de Informática-Administrativa. ¿Hasta qué punto consideras que la informática es importante en el ámbito laboral?

I.M.- Es una herramienta demasiado útil. Es un vehículo. Sin embargo, se ha desvirtuado y utilizado para emprender una guerra sin sentido. Los conocimientos que se tienen sobre el mundo informático es cada día más arrasador, y si a esto le sumas que hay empresas que se dedican a comprar bases de datos para enviar publicidad innecesaria a los usuarios, molestándolos en sus momentos privados, o, en el peor de los casos, utilizar dicha información para delinquir, me parece aborrecible.
La informática nos facilita muchísimo y nos evita tener montones de papeles sin sentido y ya todo lo puedes subir a la nube y en cualquier lugar puedes tener acceso a él.

J.S.-  Tras estos estudios realizas “Ciencia de la comunicación” ¿Qué te llevó a esta profesión?

I.M.- Siempre tuve claro que no quería una profesión que me mantuviera postrado y detrás de un escritorio el resto de mi vida. Hay gente que es muy buena resolviéndonos la vida y haciendo ese trabajo. Pero no es para mí.
Busqué varias opciones y me topé con esta carrera profesional donde me permitiría absorber varios conocimientos. Amo la licenciatura que cursé. Aprendí fotografía, radio, televisión, periodismo… también, a entender las diferentes problemáticas que tenemos como personas o como empresas para entablar una comunicación de calidad.
A veces no entendemos que una comunicación fluida, de calidad, sin vicios, puede evitar tantos conflictos.
Hoy en día, todos esos conocimientos me han servido para aplicarlas en los diversos roles profesionales que desempeño y mira que me ha funcionado muchísimo.
J.S.- Tomo un pequeño fragmento tuyo: “Los escritores somos como una pluma que vuela y vuela a través de los bellísimos y hasta escabrosos caminos de la creatividad, la imaginación y los senderos de la realidad misma” ¿Qué es para ti escribir?

I.M.- Es el oxígeno que requiere mi imaginación. Es darles voz a esos silencios arraigados en mi alma que constantemente gritan sin cesar. Es mi pasión. Es una necesidad. Es mi vida.  

J.S.- Tus primeros trabajos los realizas en Ciudad de México en revistas como “Praxis” Periódico político “Sobre la Marcha”. “Un espacio para Jóvenes con Experiencias Similares, México” y “Ángeles nocturnos” entre otros. ¿Qué te aportaron estos primeros trabajos?

I.M.- Bueno, la colaboración que realicé para la revista Praxis fue  el año pasado: entrevisté a un muralista mexicano. Las demás si fueron en mis inicios. Aprendí lo que no debo hacer, a escribir mejor. Sobre todo, me brindaron un ejercicio constante del periodismo.
En específico, con el periódico Sobre la Marcha, de corte político, conocí lo que es llevar una publicación de esa envergadura. Fue una labor titánica, pero de mucho aprendizaje. Todo, en mi trayectoria como periodista y escritor, me ha dejado enormes lecciones muy bien aprendidas.

J.S.- Pronto te mueves hacia otros puntos de la América Latina y de esta forma escribirás en “AGMagazine” (Rosario, Argentina) “Órbita” (Venezuela)  “Magazín MRTV” (Chile) o “Gente 10” (San José, Costa Rica) ¿Cómo surgen estas colaboraciones más internacionales?

I.M.- Cuando me dan la oportunidad de publicar un texto de mi autoría en la ciudad de México el 15 de diciembre del 2004, y de ahí, eso se convirtió en columnas mensuales y, posteriormente, semanales. Anodis, la agencia de noticias que me brinda esta oportunidad, se difundía a través de internet. Editores de las revistas que mencionas me leyeron y se pusieron en contacto conmigo vía e-mail para que colaborara en sus publicaciones. Y comencé a escribir sobre política y sociedad. Hasta que uno de ellos me dijo que había visto que escribía historias cortas en México, y que por qué no escribía algo para ellos, en Argentina. Así lo hice. A los cinco días de haberse publicado esa novela corta, me envían las estadísticas que arroja el sistema (donde se sabe cuántas personas leyeron tal o cual texto) y decía que la habían leído poco más de un millón de personas. Y de ahí, no volví a escribir más sobre política y sociedad, sino novelas cortas.

J.S.- J.S.- Has entrevistado a personalidades como Julieta Lujambio Fuentes (Periodista y escritora) Carlo Coccioli Duranti (Escritor, pintor y periodista italiano) Franco Tempesta (Embajador de Italia en México) Christian Moire (Agregado cultural y encargado del libro de la Embajada de Francia en México) Thalía (Cantante, actriz)  Miguel Rodarte (Actor de teatro, TV y cine) Josu Iturbe (Escritor español) y Edmundo Escamilla (Historiador gastronómico) entre otros muchos. ¿Cómo preparas cada entrevista?

I.M.- Soy metodista: investigo, recolecto, selecciono y comienzo la labor de desmenuzar la información para así generar dudas. Las dudas se convierten en preguntas que le hago a mis entrevistados. No soy un periodista improvisado.
He tenido la fortuna de entrevistar a más de 50 personalidades de disímiles ámbitos y mi trabajo ha sobresalido porque no busco la información amarillista, no busco crear morbo, busco conocer a los personajes sin invadir su vida privada; finalmente, eso no es de mi incumbencia.

J.S.- En esto nos parecemos – Sonrisa – Como periodista que se precie, no puede olvidar los medios audiovisuales, en tu caso te decantaste por la radio. Programas como “Metáforas al viento” en Ciudad de México como locutor, guionista y productor o “El vicio de las letras” programa al que regresas ahora. Hablemos primero de ¿Qué sientes cuando estás con un micrófono delante y sabiendo que a través de las ondas y sin ver tu imagen, te siguen miles de personas?

I.M.- Una enorme responsabilidad. Hace poco decía en mis redes sociales que me parecía absurdo que, si antes los líderes de opinión eran personas destacadas, especialistas, académicos, gente preparada, hoy en día los llamados “influencers” son aquellos que sólo suben videos a youtube sin tener conocimientos de lo que hablan, sólo se dirigen a su audiencia para desacreditar a tal o cual persona. No digo que todos, porque me he topado con gente que verdaderamente aporta demasiado con sus comentarios, incluso, hasta me he tomado el atrevimiento de decir que esos videos deberían mostrarlos en las escuelas.
En mi caso, con poco más de 12 años de labor periodística y literaria, tengo una enorme responsabilidad con lo que digo, escribo y hago. Pero he descubierto, con el paso del tiempo, que la radio es como un libro, porque la gente no te ve, mucho menos a tus invitados, entonces, busco despertar la imaginación de mis radioescuchas mediante la descripción minuciosa de lo que está sucediendo. Les entrego un programa de calidad con invitados de calidad.

J.S.- Recientemente, como comentaba en la pregunta anterior, has regresado al programa de “El vicio de las letras” como locutor, guionista y productor. Por el título se intuye de que va el programa, pero haznos un breve resumen de su contenido y si se puede escuchar desde España.

I.M.- El vicio por las letras es un programa que se transmite todos los martes, y a partir del 21 de mayo, de 5 a 6 de la tarde (tiempo de la ciudad de México) a través de Promo Estereo, una empresa que brinda contenidos de mucha calidad y que me ha abrigado con enorme cariño dentro y fuera de sus instalaciones. Y sí, se puede escuchar en España a través de www.promoestereo.com
Este programa está diseñado para brindar un contenido donde partamos de un tema central, y de ahí lo desmenuzamos en los libros: lo que se ha hablado acerca de ese tema, si los personajes que habitan en dicha obra literaria se dedicaban a este menester. Por ejemplo, si hablamos de las tradiciones mexicanas, buscamos los títulos literarios, documentales o informativos que nos hablen sobre dicho tema, o que sus personajes tengan que ver con esa tradición. Le hacemos un enorme soporte con los invitados que tenemos en vivo y de ahí va tornando el programa. No sin antes dar el concepto real que nos brinda La Real Academia Española de la Lengua sobre ese tema. La música está seleccionada bajo ese mismo tenor.
No es un programa sublime, es más bien un programa donde aprendemos todos y a la vez nos reímos. El vicio por las letras está pensado y creado con el objetivo de enamorar a los radioescuchas de, primeramente, la lectura, y de las demás bellas artes.

J.S.- El arte es algo innato en ti, trabajando en diversos cometidos en el Museo Nacional San Carlos como Jefe de Programas Públicos y Responsable de Servicio Social. Mediador de visitas especiales y Noches de Museos. Mediador interpretativo de exposiciones temporales como “El Rostro de la Mujer en la Historia del Arte: Un recorrido del siglo XIV al siglo XXI” con grandes maestros como: Francisco de Goya y Luciente, Ángel Zárraga, Primitivo Miranda, María Berreda, Luca Giordano, entre otros muchos autores. Nombrar todas tus actividades dentro del museo se haría largo de escribir. ¿Qué sientes cuando estás ante una obra pictórica y qué intentas transmitir cuando hablas de ella?

I.M.- Una enorme pasión. Siento que es una ventana al pasado, que es la portada de un libro y que me permitirá escribir una historia entorno a dicha imagen. Soy muy sensorial, entonces, orquesto todo lo que hay alrededor de la obra que tengo enfrente.
Y esa misma sensación es la que busco imprimir en la gente que me acompaña en los recorridos, además de brindarles, bajo un lenguaje cálido, información sobre el autor y la técnica de dicha pieza. Soy de dejarlos reflexionando sobre la obra y los motivos que tuvo el pintor al hacerla. Que entiendan que no sólo es un cuadro colgado sobre la pared, que hay mucho trabajo detrás para que esa obra esté exhibiéndose.
Mi paso por el Museo Nacional de San Carlos me dejó enormes aprendizajes, sobre todo, saber que no todo es miel sobre hojuelas, que a veces una institución como de esa envergadura puede estar pudriéndose por dentro a consecuencia de la gente que lo maneja y que busca a como dé lugar deshacerse de la gente que realmente trabaja y conservar a la que no lo hace. Que ven al museo como una empresa de su propiedad y pueden destruir la reputación de una persona en dos segundos, y no entienden que el museo es mucho más que eso.
Comprendí más sobre la metodología que tienen estos maravillosos recintos y que hay mucha labor por hacer para que los visitantes realmente tengan una experiencia significativa, que no sólo sea ir, ver los cuadros, tomarse la selfie y ya. Fue una experiencia maravillosa para mí.
Siempre tuve la inquietud por el arte y, hoy en día, he tenido la fortuna de adquirir varias piezas de reconocidos pintores, fotógrafos, escultores que me acompañan en mi hogar y que son cómplices de esas noches de bohemia, de mis tristezas, del nacimiento de mis proyectos, de mis libros…

J.S.- Creaste la empresa de entretenimiento “Blayre Entertainment” donde se representaban obras de teatro escritas por ti y espectáculos de performance, con el grupo musical “Eccóx” durante 11 años. ¿Por qué motivo abandonaste dicha empresa?

I.M.- Porque ya no sentía la misma pasión que me provocaba al principio. Pararme sobre un escenario conlleva mucha responsabilidad. Y no podemos subestimar la inteligencia de los asistentes. Entonces, ellos se dan cuenta cuando ya no sientes, cuando ya no proyectas pasión. Además, que mi carrera como escritor estaba en efervescencia y necesitaba dedicarle más tiempo. Blayre Entertainment me dejó enormes satisfacciones, no sólo monetarias, sino de amistades que aún conservo.

J.S.- Y entramos en una nueva materia literaria y aquí nos encontramos con un importante glosario, porque has escrito 5 obras de teatro de las cuales 3 han sido llevadas a las tablas. Entre los años 2000 al 2015, publicas 15 novelas cortas en diversos medios. Eres Co-autor del libro “Hojas paralelas” publicando el conjunto de poemas titulado “Erosión” en el 2014 y en libro “La primavera… la sangre algera III” con el microrrelato “No más espectros congelados” (Finalista en el concurso de microrrelatos “La primavera” Madrid 2016) Subdirector del área de Traducción (Traductor de gráficas, adaptador y corrector de estilo en Candiani Dubbing Studios. Distrito federal 2016) Participante en varios Encuentros de Lectura en Voz Alta. Antes de hablar de tu ópera prima. ¿Nos puedes decir de dónde sacas tiempo y ser capaz de abarcar la diversidad de trabajos realizados?

I.M.- Honestamente no lo sé. Lo único de lo que estoy convencido es que cada labor que he desempeñado la he realizado con pasión. Y cuando la pasión existe, no hay límites de tiempos.
He trabajado en muchos proyectos que, hoy en día, me han forjado como el profesional que soy.

J.S.-  He dejado casi para el final, tu primera obra literaria como autor independiente. “Desmoronando el tiempo” que está compuesta por siete historias cortas para reflexionar sobre la vida, la muerte y el tiempo. ¿Qué se va a encontrar el lector en ese número cabalístico que compone tu obra?

I.M.- Justamente me han preguntado en otras entrevistas que si tiene que ver con algo místico el número de relatos tatuados en esa bella obra literaria. No, la respuesta es no. No tiene nada que ver.
Cuando el presidente de la Fundación Pascual se acerca a mí y me propone hacer un libro, yo tenía el tiempo encima. Tenía, a la par, mis labores en el museo, conferencias que brindaba de manera independiente… no podía sentarme a escribir un libro en ese momento. La idea que me plasmaron en la Fundación, fue que querían publicar un libro de calidad para cerrar con broche de oro su administración, que ya estaba por culminar para dar paso a otros personajes que la manejarían (pues son una cooperativa de trabajadores que se rolan los puestos bajo elección). Entonces, yo estaba presionado y tampoco quería dejar escapar dicha oportunidad. Así es que me senté a meditarlo. Y surgió la idea de hacer una compilación de las mejores historias que haya escrito en esos 10 años de labor periodística y literaria (en el 2014). Eché mano de las historias que me habían publicado, por ejemplo, la que tuvo más de un millón de lectores en Argentina, y comencé a escribir otras historias cortas. Una de ellas fue en las maravillosas playas de Puerto Vallarta, en México.
Hice una convocatoria en mis redes sociales para diseñar la portada de este primer libro, pues tenía muy claro que quería que fuera una obra de arte, un óleo. Y fue así que surgió la pieza de arte que lleva el mismo nombre de mi libro y magníficamente trabajada por el artista plástico Darío Mijangos. Esa pieza, que es una de las que forman parte de mi familia y ocupan un lugar especial en mi casa, fue la que fungió como la portada.
Me hice de un equipo de trabajo bastante talentoso, desde el diseñador editorial, el fotógrafo, las maravillosas plumas que escribieron el prólogo, prefacio y presentación; sin dejar a un lado a la Fundación Pascual que se encargó de imprimirlo, ni a quien lo armó. Los patrocinadores que creyeron en mi trabajo. Familia y amigos que estuvieron en todo momento echándome ánimos.

Es un libro que se hizo desde enero hasta junio del 2015 con mucho amor y dedicación, y que vio la luz el 8 de agosto de ese mismo año. De ahí, hasta la fecha, ‘Desmoronando el tiempo’ me ha dado muchas satisfacciones. No hemos parado con ese libro. Ha sido un éxito, lo digo con plena humildad, no sólo por lo más de 28 mil ejemplares vendidos, sino porque hemos enamorado a tanta gente con estas historias.
Hemos realizado más de 20 presentaciones entre museos, galerías, restaurantes, embajadas, hasta en teatros y cines.

J.S.- Siempre he opinado que el tiempo es el peor invento que ha creado el hombre, pues él nos limita en muchas ocasiones la libertad de nuestros actos. ¿Cuál es tu opinión respecto al tiempo?

I.M.- No creo que haya sido un invento del hombre. El hombre sólo le dio el nombre. Es un fiel acompañante de todo lo vivo y lo que no lo está. El tiempo lo toma cada quien como mejor le venga en gana. Con el paso de los años, he aprendido que, sin ayuda del tiempo, la pasión, las ganas, el talento y la constancia puedes lograr enormes cosas. Si bien, el tiempo es una unidad de medida intangible, es indeleble, no podemos separarnos de él. Es el que nos lleva de un extremo al otro: de la vida a la muerte, a desintegrarnos como materia y seguir como energía.

J.S.-  La vida y la muerte. ¿No crees que en ocasiones, hablamos o nos preocupamos demasiado de la muerte, cuando en realidad lo que deberíamos hacer es vivir, sin pensar en el final terrenal?

I.M.- Así es. Es una enorme contradicción, porque le tememos tanto a la muerte cuando sabemos que es un proceso irremediable, indeleble que nos sucederá tarde o temprano. Todos vamos a morir o despojarnos de este templo llamado cuerpo. Hemos creado un misticismo erróneo acerca de la muerte. Y la vida la dejamos a un lado. Somos unos autómatas que vivimos sólo por hacerlo, no disfrutamos. Pretendemos que la vida es un proceso de banalidad, que vivimos para tener lujos y comodidades. NO es así. Considero que la vida es aprender de ella, dejar huella. Y, por supuesto, ayudar a nuestro caparazón llamado planeta tierra a evolucionar, pues nosotros fuimos dados para el planeta no al contrario. Pero lo destruimos. Nos destruimos a nosotros mismos. Y no sabemos si tendremos otra vida después de la muerte, entonces, por qué desperdiciarla en quejas inservibles, disfrutemos y brindémosle alimento de calidad a nuestro templo, a nuestro cuerpo, a nuestro planeta. La vida es maravillosa, pero es prestada. Desempeñemos un mejor papel con esa vida prestada.

J.S.- La vida está llena de miles de matices por los que sonreír cada mañana al despertar, aunque estemos enfermos, cansados o angustiados por el tema que nos rodee. ¿Cuál es tu consejo que ofreces con más frecuencia a los tuyos?

I.M.- Primeramente, no soy quien para dar consejos. Pero si brindo ejemplos con mi actuar. Disfrutar el sol, la lluvia, los atardeceres, la noche, el viento. Enojarme cada vez menos por algo que siempre tendrá solución. Decirle y demostrarle a la gente que me importa que los quiero, y a quienes no forman parte de mi círculo, mostrarles que los extraños también formamos parte de esa enorme familia llamada especie humana, animal, vegetal…
Que dejemos a un lado si somos hombres o mujeres, que nos respetemos por igual, que dejemos el abrigo del machismo y el feminismo tirado y comprendamos que la clave de todo no es la tolerancia, sino el respeto. Que somos seres humanos y por ese único motivo es que merecemos respeto.

J.S.- Reconozco que no he leído tu obra, pero estos temas me han apasionado desde siempre. ¿Crees en la vida tras la muerte? Y si la respuesta es positiva. ¿Qué piensas que puede existir en ese otro lado de la vida?

I.M.- No sé si podría llamarle vida o no. Pero científicamente somos energía, y la energía ni se crea ni se destruye sólo se transforma. Y nosotros somos energía. Seremos fieles acompañantes de otro templo que requiera energía, tras nuestra muerte carnal

J.S.- Vamos terminando, aunque me pasaría contigo conversando durante horas. Me gustaría saber cuáles son los nuevos proyectos que tienes en mente, además de tu vuelta a la radio.

I.M.- Sí, además de retomar la segunda temporada de mi programa de radio El Vicio por las letras, estoy escribiendo mi segundo libro como autor único. A la par, desarrollo proyectos de tertulias literarias para acercar y enamorar a la gente al mundo insospechado que sólo los libros nos brindan. Y estoy emprendiendo el camino en el teatro musical, pues estoy escribiendo una historia que pretendo llevar a las tablas muy pronto. Sigo brindando conferencias magistrales.
Y estudiaré la segunda licenciatura en mi andar, ahora en Creación Literaria.
J.S.- Y mi pregunta final y clásica. ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho, aunque sé que me dejo algunas cosillas de tu gran currículum?


I.M.- Sobre las constantes aberraciones que cometen en contra de las mujeres, de los homosexuales, de las lesbianas, de las personas transgénero, transexuales, travestis, bisexuales. Y digo aberración, porque no cabe duda que debe existir tanto odio a lo que no conocen, para actuar de una manera brutal. El miedo paraliza y el miedo te hace decir y hacer estupideces. Y, ¿cómo se combate el miedo? Leyendo, informándose, tomando las riendas de nuestro libre albedrío y no permitir más la manipulación, religiosa, sexual, social, política.
Sobre el difícil camino que hay que andar al decidir o encontrarse como escritor. Que, sin duda alguna, es muy difícil, egoísta por su propio gremio.
Muchas gracias, Javier por esta inteligente entrevista -lo digo con profundo honor-. He disfrutado tanto las preguntas como el responderlas. Me he sentido muy a gusto y, sobre todo, bajo una enorme gratitud por este espacio que me brinda otro escritor y de tu calibre. Gracias infinitas.

J.S.- Gracias a ti por tu valioso tiempo y emplazarte para el momento en que publiques la próxima obra, hacer la oportuna reseña; pues tengo la suerte de que el blog, es leído en muchos países de Latino América.

Pd.- En las respuestas del amigo Israel Mendoza Torres, he querido respetar la esencia de la forma en el hablar y escribir tal y como se realiza en el país hermano, México.