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martes, 5 de diciembre de 2023

ANATOMIA DE UNA CAIDA: CRITICA DE CINE

 


Anatomía de una caída está dirigida por Justine Triet compartiendo guion con Arthur Harari. “El inquietante juego del uso de la palabra”

La escritora Sandra (Sandra Hüller) recibe la visita de su amiga Zoé (Camille Rutherford) con quien mantiene una conversación entre divertida y pícara. Son interrumpidas por la música a gran volumen, que en la parte superior de la vivienda, pone su marido Samuel (Samuel Theis), lo que provoca que Zoé se vaya. Daniel (Milo Machado-Graner) es el hijo adolescente de Sandra y Samuel, tiene discapacidad visual y decide salir de paseo con su perro guía. Cuando regresa, se encuentra delante de la casa a su padre muerto. Las extrañas circunstancias de la muerte de Samuel, originan el arresto y juicio a Sandra.

La actriz, guionista y directora, Justine Triet, se diplomó en la Escuela Superior de Bellas Artes. Entre su filmografía encontramos los documentales: “Sur Place” 2007, “Solférino” 2008 y “Des ombres dans la maison” 2010, los cortometrajes “Vilaine Fille, mauvais garçon” 2011 y  “Two Ships” 2012 y llegamos a su ópera prima para la gran pantalla “La batalla de Solferino” 2013, seguida de “Los casos de Victoria” 2016, “El reflejo de Sibyl” 2020 y este año nos ofrece “Anatomía de una caída” 2023.

Estamos ante un interesante thriller psicológico y familiar de corte muy clásico y sencillo en su presentación. Su principal objetivo es que estemos atentos a cuanto se dice, se ve e incluso se intuye y para ello Justine, junto a Arthur Harari, elaboran un guion  que nos lleva de la duda a la lucidez, de lo evidente a lo singular o de lo racional a lo inverosímil; en una elegante y efervescente narración, dando cuerpo a un filme que se me antoja por instantes truculento.

La acción se desarrolla en dos escenarios muy diferentes entre ellos. El primero, en medio de los Alpes franceses y muy importante lo de “franceses”, pues a lo largo de la crónica se incide en que se hable en francés y no en inglés. Un ambiente natural en cuyo manto nevado encontramos un chalet, por lo que se nos muestra, bastante alejado de la civilización y en el que vive una familia compuesta por tres miembros, el matrimonio y el hijo adolescente con serios problemas de visión, pero autosuficiente. El otro entorno nos sitúa en el interior de la sala de un juzgado, en la cual se desarrollará el juicio a Sandra. El juego entre ambos espacios nos irá ofreciendo cuanto necesitamos saber de la vida de ese matrimonio que desde casi el inicio presumimos que la relación entre ambos no es buena. Será a medida que evoluciona el juicio y nos ofrece los diversos flashbacks, cuando comprendemos la toxicidad que reina entre ellos. Triet enriquece la historia con las pesquisas con las que se elaboran las pistas para el juicio: interrogatorios, escenificación de lo sucedido no solo el día el infortunio, lugares en donde se hallaban los personajes claves, la utilización de peleles para recrear la caída desde la ventana al suelo, los dibujos y sobre todo, las palabras. Las palabras son las reinas en el juicio y fuera de él, para que el espectador, se convierta en jurado de excepción.

Una extraña película que se mueve en el filo del equilibrio que genera la verdad y la mentira, entre lo que se nos muestra y la realidad más escondida. Desazón, es una de las palabras que me suscita y con la que definiría este drama familiar de un matrimonio roto, que parece precipitarse montaña abajo, como lo hace la nieve al originarse un alud, en donde ninguno de los dos, desea dar el paso definitivo. El espectador en todo momento está recibiendo información desde esos dos escenarios para  intentar encajar algunas piezas que permanecen sueltas. ¿Se suicidó cansado de vivir una vida incompleta? ¿Fue asesinado por su mujer con el fin de comenzar de nuevo?

Una dirección audaz llena de trampas para nuestras mentes y que para fortuna y sorpresa del espectador, a medida que vamos llegando al final y las piezas parecen encajar, sentimos cierto alivio y satisfacción, aunque el cierre, con la impresionante escena que nos ofrece la mirada de Daniel, mirando a un punto indeterminado, creemos entender lo que realmente ha sucedido, no solo en esos días, sino desde que él tuvo consciencia de la relación entre sus padres, mostrando tanta claridad y verdad, que resulta inevitable no esbozar una sonrisa cómplice y de afirmación, Y es que Triet, sabe jugar con el público al despiste en medio de sus elaborados diálogos de doble sentido. Maestría en el guion y en la ejecución de sus imágenes.

Los tres actores principales: Sandra Hüller, Milo Machado-Graner y Samuel Theis, nos ofrecen tres magníficas interpretaciones directas a nuestra psique y sentidos, arropados por un reducido grupo de secundarios, que fortalecen la narración y el suspense. Nada queda al azar, desde mi modesto punto de vista. Justine traza un magnífico drama de intrigas en el que el espectador se cuestiona cada palabra y cada situación.

En resumen, personajes creibles, una correctísima fotografía de Simon Beautils y un guion sólido con un estudio preciso de personajes, para narrarnos una historia realista, que no necesita de efectos ni adornos innecesarios. Limpia lo artificioso para atraparnos en lo imprescindible.

Mi nota es: 8,5

ESTRENO EN ESPAÑA: 6 de diciembre

REPARTO: Sandra Hüller, Swann Arlaud, Milo Machado-Graner, Antoine Reinartz, Samuel Theis, Jehnny Beth, Arthur Harari, Sophie Fillières, Camille Rutherford, Wajdi Mouawad, Anne Rotger, Saadia Bentaieb, Sacha Wolff, Pierre-François Garel, Antoine Buéno, Kareen Guiock, Nesrine Slaoui, Iliès Kadri, Savannah Rol, Anne-Lise Heimburger y Laura Balasuriya.

PRODUCTORA: Les Films Pelléas// Les Films de Pierre.

DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Elastica Films y Filmin.