Un asunto de familia
está dirigida por el japonés Hirokazu Kore-Eda. Un espléndido drama familiar, sustentado por los
temas que parecen perseguir a su director.
Osamu Shibata (Lily Franky)
entra con su hijo (Sosuke Ikematsu) a un supermercado, ambos se coordinan para
que el chico robe los alimentos que precisan para llevarse a casa. A la salida
los dos caminan deprisa, para entrar en calor y paliar el frío de la noche. Se encuentran con una niña y deciden acogerla en casa, hasta el día siguiente. La mujer de Osamu, Nobuyo (Sakura
Andô) determina que se quede con ellos para siempre, cuando la abuela, Hatsue
(Kiki Kirin) observa en el cuerpo de
la pequeña, golpes y cicatrices de quemaduras, y escuchan a los padres discutir
y pelearse. Son pobres y sin apenas recursos económicos, pero no les importa compartir
lo que tienen con la niña.
Temas que en apariencia pueden resultar sencillos y ya vistos, Hirokazu los
convierte en una joya con la habilidad que le identifica, haciéndonos partícipes a través de una gran realización desde la honestidad, sinceridad y verdad que ofrece en cada una de sus obras; recordemos como ejemplo sus dos últimos filmes: “Después
de la Tormenta” 2016 y “EL tercer asesinato” 2017
Una obra dividida en dos partes, claramente diferenciadas. En la primera, Hirokazu presenta a los personajes y la vida
de esta familia tan particular, con todo tipo de detalles, transformando su mente, corazón y ojos, en el objetivo de la cámara, la cual, como ya nos tiene acostumbrados,
maneja con absoluta habilidad, perfección y sutileza, para acomodar al espectador,
sin que este se sienta invadido e invitarle a traspasar los umbrales de una
casa, como un voyeur de excepción. Un
hogar que guarda muchos secretos bajo el
amparo de la unidad y el calor humano.
Una familia que dista mucho de la considerada como tradicional y es ese ingrediente
el que la convierte en especial, saltando en el espectador, todas las alarmas,
pues a la vez que conoce a los
personajes, le obliga a reflexionar sobre los principios morales tanto
personales, como universales. ¿Es la familia tradicional, la única que deber
considerarse como familia, o por el contrario la unidad de personas que
conviven bajo un mismo techo, sin la necesidad de los lazos de consanguinidad, pero amándose, protegiéndose y respetándose, también pueden ser llamados
familia?
Hirokazu Kore-Eda, involucra al espectador para que valore lo moral o amoral de esta familia, pero solicitándole que sea tan honesto y sincero como él lo ha sido exponiendo y desnudando a cada uno de sus miembros.
Kore-Eda, aborda los temas que le siguen preocupando y nos ha hecho partícipes a lo largo de su filmografía. En esta ocasión desde la perspectiva de una familia que les une la complicidad y el amor, atrapándonos en esa invisible tela de araña que conforman los problemas que les rodean dentro o fuera del hogar: La pobreza y la
dejadez, la ignorancia, la esterilidad femenina, la prostitución, los maltratos
a la mujer y a los hijos, los chantajes emocionales, las malas costumbres, el
abandono, las familias disfuncionales e incluso el “secuestro”
Si la primera parte de la obra es intensa, la segunda es
demoledora, pues es cuando Hirokazu coloca al espectador contra las cuerdas,
presionándole para que se decante hacia dónde debe caer la balanza según
su ética personal, no la de los demás, en relación a la institución familiar
y abriendo el debate cuestionando los vínculos morales que tan crudamente, nos
ha presentado.
ESTRENO en ESPAÑA: 21 de Diciembre
REPARTO: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura
Ando y Mayu Matsuoka.
PRODUCTORA: AOI Promotion//
Fuji TV// Gaga Communications Inc.
DISTRIBUIDORA
en ESPAÑA: Golem Distribución.