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Bryan
Singer conoce muy bien los entresijos de la saga, pues fue él quien dirigiría
la primera y segunda parte de X-Men y aquí nos ofrece un instante donde en un
momento determinado, Lobezno desorientado saldrá corriendo sin control al
exterior, cerrando y abriendo a la vez con el comienzo del original X- Men,
cuando Lobezno aparece corriendo con la conciencia perdida, en un bosque. Bryan
sin duda deseaba cerrar el ciclo, sin fisuras.
Los
efectos visuales están llevados al límite, pero nunca al exceso, pues las
batallas se ven y se disfrutan con suma claridad, ya que las destrucciones de
los entornos donde tendrán que batallar, son recreados para el placer del
espectador.
En
relación a las interpretaciones, buenas, sin más, yo diría que un poco por
encima de lo que normalmente este tipo de películas nos muestran. Las escenas
dramáticas nunca rozan lo trágico, al igual que sucede con los puntos de humor, no
abusan, lo que se agradece. Estamos ante una película donde supuestamente van a
destruir el mundo, no viene a cuento que los personajes hagan bromas sin
sentido.
A
destacar también la magnífica banda sonora a cargo de John Ottman y la fotografía
de Newton Thomas Sigel.
En
resumen, una película para disfrutar en sus casi dos horas y media de metraje,
donde conoceremos más de los personajes que en su día nos sorprendieron a todos
con aquel X-Men del año 2000 y donde su director Bryan Singer controla, hasta
el final, el ciclo que comenzó con “X-Men primera generación” y “X-Men días del
futuro pasado”
MI
NOTA: 7 Recomendable para todos los
amantes de la saga y del cine de ficción.